El consumo después de la gran crisis

Un informe de la cátedra de marketing de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella, en base a distintos estudios y encuestas de consultoras, delinea un nuevo mapa del consumo masivo argentino, según el cual las marcas líderes perdieron importantes volúmenes en beneficio de segundas marcas.

Si bien las marcas líderes recuperaron en parte sus volúmenes, no alcanzan los niveles pre-crisis, y esto se ha transformado en un dilema para los managers: continuar o discontinuar con las marcas alternativas que las mismas empresas lanzaron al mercado. "Nada les garantiza que los consumidores se pasarán a su marca líder" y corren el riesgo de perder facturación.

Los envases son los mejores testigos de la situación: los económicos (gaseosas en vidrio, jabón en bolsas, repuestos sin pulverizador) se mantienen con una participación del 50% promedio en el mercado.

En cuanto a productos que no son básicos, los consumidores plantearon una nueva exigencia en la relación entre precio y calidad como condición para adquirirlos. Los departamento de desarrollo de "nuevos productos" debieron crear nuevas categorías y surgieron aguas saborizadas, lácteos fortificados, cereales combinados, que son los que mejores números aportan a los balances de las empresas de consumo masivo.

Por último, el lugar de compra ha sido otra de las variables que cambió con la crisis. Las ventas en supermercados e hipermercados disminuyeron en favor de cadenas menores.

Hoy los canales tradicionales y los denominados "discounts" (presentes en Capital y gran Buenos Aires) conservan el terreno ganado mientras los supermercados vienen creciendo a tasas reducidas "pero no logran el nivel de ventas previos a la crisis" a pesar de que sus facturaciones se han recuperado.