Luego de doce años en que la educación técnica y los títulos técnicos de nivel medio fueron borrados del sistema educativo, el Senado de la Nación sancionó -por 34 votos a 18- la Ley de Educación Técnica que viene a corregir una gran injusticia y a resolver una necesidad.
La escuela técnica, que fue sufriendo un deterioro provocado por más de treinta años de hegemonía de un modelo de país que desconsideró la producción local con valor agregado y que terminó provocando una crisis nunca vista en la Argentina, hoy festeja su regreso de la mano de otro modelo de país y de sociedad que descansa en el trabajo, en la producción y en la justicia social.
La ley que hoy se promulga no resuelve todos los problemas ni puede dar vueltas 30 años en un día, pero plantea un nuevo escenario donde la educación comienza a ser protagonista, porque no hay salida de la actual situación social si no se fortalece la educación, en particular, aquella que promueva en el alumno capacidades, competencias y valores para desarrollarse en un mundo tan difícil y complejo como el nuestro.
En Santa Fe, el año pasado iniciamos un camino de recuperar a nuestras escuelas técnicas, adelantándonos en medidas que hoy se encuentran en la nueva ley. Pero nuestras acciones como provincia tenían patas cortas si no producíamos un cambio a nivel nacional, y esta ley viene justamente a dar el impulso necesario y el marco de legalidad y fundamentación nacional a lo que comenzamos a transitar desde esta nueva gestión.
Esta norma no es sólo fruto de todas las provincias que trabajosamente el año pasado discutimos y elaboramos innumerables documentos hasta arribar a una versión consensuada, que luego fue mejorada y aprobada por el Consejo Federal y llevada al Congreso. Es fruto, en primer lugar, de años y años de resistencia, de defensa de las escuelas técnicas desde cada lugar de trabajo, desde cada taller, desde cada director de escuela, desde cada docente que intentó proteger lo que sabía que era necesario para nuestros alumnos más allá de lo que dictaban los "especialistas" artífices de la reforma educativa y sus adaptadores locales.
Y también es fruto de la decisión política de nuestras autoridades nacionales y provinciales, que más allá de saber que no sería fácil, plantearon como imprescindible dar este paso tan trascendente.
Es lamentable que no hubiera voto unánime de la norma -cuyo proyecto se había generado desde un consenso abrumador de todas las provincias, de organizaciones sindicales, empresarias, técnicas- ni en Diputados ni en Senadores.
Excusas tuvieron muchas para no responsabilizase en resolver los problemas reales que tenemos en las escuelas. Es cierto que la norma tiene zonas de ambigüedad y generalidad y que se suprimieron párrafos que podían ser irritativos para las distintas posturas políticas y educativas que existen en la Argentina, pero contiene lo fundamental.
Ni el bloque radical ni los socialistas ni el ARI votaron a favor, aduciendo, algunos que querían hacer pequeños cambios aunque estaban de acuerdo con el espíritu (radicales), otros que había que resolver primero otros temas como la Ley Federal, la miseria y el hambre (Socialistas, ARI). Estos bloques señalaron que la ley es general, lo cual es cierto, pero �cuál no lo es?
Lo más lamentable de todo fue el uso que se dio a un pequeño grupo de estudiantes secundarios, que al mediodía fueron a manifestar contra la ley porque "destruía a la educación técnica", porque "obligaría a hacer tres años más después de los seis años", porque "ahora los planes de estudio lo van a hacer empresarios".
Conversando con ellos, mostrando incluso artículos de periódicos de Rosario y Santa Fe, donde la sociedad ve con alegría que por fin esta ley hace justicia con la educación técnica, entraron en duda.
Les dijimos que era importante que estuvieran allí, que se manifestaran en defensa de las escuelas técnicas, que era lo que nosotros hicimos todos estos años, aunque estuvieran mal informados. También había algunos adultos, docentes o directivos de escuelas de Capital Federal que reconocieron que ellos no habían tenido tiempo de discutir a fondo la ley, que recién se enteraban, que no la votaran hoy, que se demorara una semana más para mejorar su redacción.
A esto respondimos que ellos estaban viviendo una realidad que no era la del país, que después de la General Paz vive gente, y que ellos no habían aplicado la Ley Federal por lo que tenían las escuelas intactas.
Les explicamos que en el resto del país la situación era distinta y que, por ejemplo, en Córdoba habían desaparecido las escuelas técnicas. Por ende, que nosotros teníamos urgencias, que ya habíamos esperado 12 años, y que por más que la ley fuera perfectible y tuviera claroscuros, era un paso trascendente e implicaría un antes y un después de la educación argentina.
Fue una sesión ejemplo de lo que es la democracia y tuvo un final feliz: ganaron las escuelas técnicas. Agendemos estos dos días en el almanaque. Son días de festejo.
La reciente aprobación de la Ley Nacional de Educación Técnica Profesional fue recibida con beneplácito por el Colegio Profesional de Maestros Mayores de Obras y Técnicos de la provincia y la Federación Argentina de Colegios Técnicos. Ambas entidades -presididas por Sergio Romero- consideran que han concluido "una gran lucha" que habían iniciado en 1993 cuando la Ley Federal de Educación los excluyó del sistema nacional.
La sanción de la norma "pone un resguardo jurídico a las profesiones técnicas y nos da la identidad que habíamos perdido. Además nos asegura una terminalidad con rápida inserción laboral y permite la formación de técnicos que la industria está necesitando", manifestó Jorge Zavala, Secretario General de la Federación.
Desde el Colegio Profesional de Maestros Mayores de Obras y Técnicos recordaron que en la década del noventa, realizaron dos congresos nacionales en donde todos los sectores representativos de la educación técnica reclamaron su reconocimiento ante una ley federal que les era adversa, "previendo ya en esa época el vacío que se dejaba y las grandes consecuencias que acarrearía al país cuando tuviera que retomar el proceso industrial".
Zavala sostuvo que la reactivación del 2003 puso en evidencia la necesidad de contar nuevamente con una ley de educación técnica y la falta de profesionales llevó a que "la nación la sancionara rápidamente. Se necesitan nuevos técnicos y no pueden formarse a través del polimodal como prevé la Ley Federal de Educación".
Por último, manifestó su deseo de que la provincia de Santa Fe adhiera inmediatamente a esta normativa nacional arguyendo que "la industria lo necesita y que es necesario no seguir demorando los tiempos que ya nos sacó la Ley Federal de Educación".
Fernando J. Pisani (*)(*) Director provincial de Educación Media y Técnica