Cartas a la Dirección
Docente

Señores directores: Estoy próxima a cumplir doce años de antigüedad en la labor docente. Mi pasión, siempre fue la música, pero la docencia se descubrió como mi vocación en los últimos años de formación profesional.

Hoy siento que ser conquistada por los alumnos, fue una gracia, ser humillada por el gobierno, es el precio por defender mis ideales. Lejos de amilanarme, esto último me rebela.

En el medio de las miserias compartidas la pregunta acotada y "dictada" de ¿por qué a los docentes sí, y a los otros no? nos permitiría reflexionar sobre dónde está la CGT, ¿acaso somos los docentes los únicos que estamos mal? ¿Por qué debo justificarme frente a los otros pobres?, deberíamos acompañarnos cuando de pedir por la justicia se trata, sea quien sea la víctima, y subrayo que en esta provincia somos todos los que pensamos diferente al "jefe".

Y necesito levantar la voz y ser clara. Estamos luchando por todos, para que nuestros alumnos y sus familias reaccionen y no se resignen a vivir en una provincia donde la riqueza es extraída en nombre de todos pero va a manos de unos pocos. Por decisión, ignorancia o complicidad, la forma actual de gobierno poco se parece a una democracia. No me resigno a vivir en medio del cinismo y la risa burlona de señores que se creen "dueños" del destino de los santafesinos. A la hora de referirme a la titular de la cartera educativa asumo que no tengo la distancia emocional que me permitiría hacerlo en términos de respeto, porque siento su accionar como una afrenta personal, y en concreto pienso, ¿cuál será su jubilación después de sólo cuatro años de función ministerial?

Se escucha por ahí que los alumnos son nuestros rehenes, y nosotros, docentes o ciudadanos comunes ¿qué somos para nuestros gobernantes?

¿Los docentes somos los que no pensamos en los demás? Nos estamos exponiendo al descuento de nuestro sueldo por hacer uso de un derecho constitucional como es el paro, mientras nuestros alumnos, lamentablemente, comparten cotidianamente el aprendizaje que dicta que: para este gobierno el bienestar de los ciudadanos no es tan importante como para replantear su política de Estado, la pobreza es naturalizada o invitada a aceptarla como un don del cielo (íDios de cuántas cosas sos responsable..:!) contra la que nada se puede hacer ocultando maliciosamente el poder de la educación que se les niega (¿por qué será?), y lo que considero peor, que no existe otro mundo posible. Si mis alumnos entendieran que sólo se trata de actos de voluntad.

Desde Santa Fe, ciudad de pobres corazones.

Profesora V. Mariel Loréfice.

DNI: 20.822.534. Ciudad.