Buenas relaciones
Por Néstor Fenoglio

La gente de San Justo debe estar con buenas relaciones allá arriba: con un sábado de perros y con la decisión tomada de darle para adelante (el entusiasmo de los habitués, dueños de tropilla, jinetes y compañía era irreductible y ya habían desafiado el frío de la previa), el domingo trajo un sol prometedor. Y así fue nomás, desde temprano se veía que la fiesta iba a ser completa, pues la gente -de todas partes, literalmente, no sólo de nuestra provincia- empezó a llegar: familias enteras que se apropiaron de "su" doma y de todo lo que la rodea y le da identidad.

Los puesteros, contentos, porque todos vendieron todo, desde tortas fritas hasta los videos de la edición anterior de la doma, desde carne asada hasta artesanías. El vino y el porrón corrieron generosamente, en algunos casos muy generosamente: no hay fiesta sin un buen mamado, dicen.

Pero lo importante, lo que quiero rescatar es el espíritu que la gente del Club Colón de San Justo logró imprimirle a esta iniciativa que ya trasciende a la entidad, pasa a ser de la ciudad y la región y proyecta una imagen de prestigio a todo el país.

He visto chicos pequeños luciendo con un orgullo su primera vestimenta gaucha. Y familias enteras en pleno disfrute. El gobernador recibió aplausos y muestras de afecto a su paso: se cotizan doble con una elección cerca. Obeid llevaba una notoria bufanda rojiblanca sumamente funcional: Unión había ganado unas horas antes su primer partido en el torneo, y esos colores son los mismos del club anfitrión. Es que las buenas relaciones de la gente de San Justo "arriba" se disfrutaron también abajo y todos -organizadores, payadores, jinetes, funcionarios y los miles de asistentes- se fueron contentos a sus casas.