La particular historia del "Corto" Israilevich
Un santafesino en Israel
El ex jugador de Unión, Guillermo Israilevich, que actualmente vive y juega al fútbol en Israel, estuvo de visita en Santa Fe y, en un alto de sus vacaciones, charló con Nosotros.

Ya quedó tan lejano aquel día de agosto de 2002 cuando Guillermo Israilevich dejaba Unión para emprender su viaje hacia el fútbol israelí. Pasaron tres años y el "Corto" volvió a visitar a su familia y amigos. Se hizo un lugarcito para reunirse con Nosotros y relatar una historia con ribetes muy particulares.

Guillermo contó que vino por un mes, luego de hacer ingentes gestiones, ya que, en un principio, sólo le otorgaban 20 días de licencia. Es que se encuentra haciendo lo que él denomina "el ejército", una especie de servicio militar que deben cumplir todos aquellos extranjeros al nacionalizarse. Le tocó al segundo año de llegar a Haifa, precisamente el epicentro del comienzo de la historia de este santafesino de 22 años en esas tierras tan lejanas, en donde la mayor barrera -como generalmente ocurre- fue el desconocimiento del idioma.

"Ya hace tres años que estoy viviendo en Haifa. Al principio fue muy duro. Me recibieron muy bien en el club. Pero, al no manejar el idioma y ser todo tan diferente, se me complicó bastante. Además, apenas llegué ya jugamos la Champions League y eso implicaba viajes constantes. Vivía solo adentro del hotel porque no podía hablar con nadie. Solamente me veía con los demás cuando bajaba a comer; estaba bastante deprimido en un principio, a tal punto que llegué a pensar en la vuelta cuando recién habían pasado seis meses", comenta Israilevich de sus primeros pasos en el viejo continente.

-¿Te fuiste solo?

-Al principio, me fui con mi papá y mi hermano, y al mes llegó mi novia, que ahora es mi señora. Ellos fueron los que me daban fuerzas, aunque tampoco la pasaban muy bien porque no manejaban el idioma. Pero, de a poco, fuimos afrontando las barreras y las pudimos ir superando.

-¿Cómo te arreglaste en ese momento?

-En el club me consiguieron una traductora para poder comunicarme, pero de todas maneras no era sencillo, ya que de esa forma el técnico no podía hablar nunca conmigo. Lo hizo la primera vez, para presentarse, y no lo volvió a hacer más.

Sensaciones diferentes

Concomitantemente con sus problemas de adaptación al medio, Guillermo iba viviendo situaciones trascendentes en el mundo del fútbol, que no podía disfrutar. "En el primer año fue todo tan rápido, y me pasaron tantas cosas, que ni me di cuenta de lo que había vivido. Había jugado la Champions League contra el Manchester United o el Bayern Leverkusen, equipos fuertes de Europa. Después, cuando fue pasando el tiempo, fui reparando en lo que me había sucedido".

De todas maneras, el fútbol al que había arribado no le dejaba las mismas sensaciones que el argentino. "Es que es muy diferente. Además, Israel es un país chico y a las canchas no va tanta gente como en la Argentina. Es otra cultura. Lo bueno es que los estadios no tienen alambrados, la gente es muy tranquila. Cuando se arma algún tumulto, la policía lo arregla enseguida".

-¿Y las diferencias futbolísticas?

-En lo futbolístico es más parecido a lo europeo. Siempre se trata de terminar en centros y se juega de manera muy mecanizada, a dos toques.

-¿Se te complicaron las cosas por tu manera de jugar?

-Fue uno de los grandes problemas que tuve en Macabi Haifa, el primer club donde jugué en Israel: mi forma de jugar. En los entrenamientos tenía mucho la pelota y entonces veía los gestos del técnico, que eran de enojo conmigo. Pero yo seguía haciendo la mía porque por eso fue que llegué a ese fútbol. Al entrenador no le gustó y tuve que pasar a préstamo a otro equipo.

-Ahí te tuviste que adaptar...

-Un poco. Pero en donde estoy ahora me dan más libertades, ya que, si bien el DT es israelí, admira el fútbol sudamericano. Incluso ha venido a nuestro país a ver partidos y a buscar jugadores. Conmigo jugaban Luciano Sacripanti, el que salió de Newell's, y también un brasileño. Por otra parte, me pregunta constantemente por otros futbolistas nacionales para llevarlos a jugar allá. En el Apoen Nazaret, donde juego ahora, me dejan hacer lo que yo siento.

-¿Podés decir que ya te adaptaste a la vida israelí?

-Hoy por hoy puedo decir que estoy totalmente adaptado, ya sea futbolísticamente como en la vida cotidiana. Y la clave, sin lugar a dudas, fue aprender el idioma.

Rojo, blanco y celeste

Para el ex jugador de Unión es imposible escindir su actualidad de su pasado y, por eso, rápidamente sale el tema de las memorias tatengues. Como él mismo explica, "tengo los recuerdos más lindos de Unión, porque fue el club que me abrió las puertas para llegar adonde estoy ahora. Los amigos que dejé, la hinchada tatengue... Rememoro todo".

De igual modo, el "Rusito", como le dicen algunos, no se olvidó de sus otros pasos futbolísticos, porque "cada uno que fui dando fue muy importante. No me olvido nunca de Guadalupe, que me permitió pasar a los 14 años a Renato Cesarini de Rosario, algo muy destacado, porque ahí me ayudaron a cambiar mucho técnicamente. En Renato tuve la posibilidad de mostrarme para llegar a la selección sub 17 de Pekerman, un sueño".

Precisamente, la memoria de este argentino en el Viejo Mundo atesora celosamente aquellos momentos inolvidables de selección sub 17, de la mano de Pekerman, con quien tuvo una relación bastante estrecha "por ser del interior, ya que vivíamos en el predio de Ezeiza, donde estuve un año. José insistía siempre en que había que trabajar mucho y hacíamos doble turno todas las jornadas. Como persona, él era como un padre para nosotros, que teníamos 15 ó 16 años y estábamos solos en Buenos Aires. Nos insistía mucho en que fuéramos a la escuela y en hacer otras actividades. Creo que es un muy buen tipo".

-¿Creés que tenés alguna chance extra de jugar en la mayor por haberte tenido en las juveniles?

-Es muy difícil. Primero, porque estoy jugando en un fútbol que no se mira tanto. Y además, porque la selección argentina tiene jugadores muy buenos, tal vez los mejores del mundo. Fijate que del sub 17 en el que yo jugaba sólo llegaron dos jugadores, que son Fabricio Coloccini y Germán Lux.

-¿Te gusta Pekerman en la mayor?

-A mí me gustaba mucho Bielsa, pero me parece que la decisión de darle el equipo mayor a José está bien. Está muy capacitado y conoce a todos los jugadores. Cuando me pongo a ver un partido de Argentina parece que está jugando el sub 20, porque realmente mantiene el mismo estilo.

Alejandro Galetto y Juan Carlos HaberkonFotos: Eduardo Salva, El Litoral y gentileza flia. Israilevich

En Santa Fe

"Cada vez que vengo, hago lo mismo que hice siempre cuando vivía aquí: me junto con mis amigos y con mi familia, juego alguno que otro picado al fútbol y también al paddle. Trato de moverme, de no quedarme quieto -dice Israilevich-. Por supuesto que disfruto el doble las cosas que hago en mi ciudad en esos días, porque hace mucho que no pateo con mis amigos o me como un buen asado. Pero trato todo el tiempo de estar tranquilo, de no desesperarme, porque, si no, me agarran ganas de quedarme". (Risas).

Vida distinta

Una de las preguntas inevitables en la charla con Guillermo Israilevich tiene que ver con los quehaceres cotidianos en su nuevo país, con todas las vicisitudes que ello implica. El tema más complicado es el de la guerra y los atentados, pero Guillermo les resta gravedad.

"Desde que estoy en Haifa hubo dos atentados. Uno en un restaurante, donde incluso yo iba con mi familia. Es muy fuerte porque podría haber estado yo ese día. Te queda una sensación rara. Pero ves que la gente vive con eso. A los seis meses se reinauguró el comedor y todo volvió a la normalidad, lleno de clientes todos los días. Aunque mis amigos o parientes de Santa Fe no lo entienden, allá se convive con eso, como aquí se lo hace con la delincuencia y los accidentes de tránsito, por ejemplo".

El "Corto" asegura que siente ganas de volver, pero no por eso, sino por lo deportivo y por los afectos. "Extraño mucho la familia y los amigos. Inclusive jugar en la cancha de Unión. Por ahí me meto en Internet y cuando veo las fotos me da mucha nostalgia, como cuando pasan fútbol argentino en la televisión. Cuando veo las hinchadas y todo el folklore en general que hay en nuestro fútbol, me da nostalgia. La pasión que hay en nuestro país por el fútbol es muy diferente de la del europeo".