Es el más poderoso que se recuerda en décadas

El huracán Wilma se acerca a las costas de Cancún


Miles de personas buscaron refugio hoy en la península de Yucatán, anticipándose a la llegada del huracán Wilma, cuyos vientos de 240 km/h podrían volverse más fuertes.

Wilma estaba cada vez más cerca y el balneario mexicano de Cancún (este) se fue quedando desierto a medida que caía la noche del jueves, ya lluviosa y con fuertes vientos, en espera del impacto del huracán más poderoso que se recuerda en décadas en México.

Una inesperada tregua en las condiciones climatológicas sorprendió en la tarde a cancunenses y turistas, tras un día laborioso por las tareas de evacuación. Al mirar al cielo, parecía incluso que los nubarrones se alejaban.

Pese a que las autoridades del municipio de Benito Juárez, donde se ubica Cancún, habían solicitado a la población no salir de sus casas a partir de la tarde, la gente seguía acudiendo a comprar alimentos y agua en los escasos comercios que abrieron sus puertas.

Pero al caer la noche, eran pocos los que circulaban aún por las calles de la zona urbana.

Cancún, que ya experimentó el huracán Emily el pasado mes de julio, era por completo una ciudad fantasma, donde sólo se escuchaba el ulular del viento y el choque poderoso del mar que ya se engulló toda la playa, en la zona hotelera.

El desalojo de los turistas concluyó a poco antes de las 17, cuando 8.000 visitantes, en su mayoría extranjeros, ya habían sido trasladados a los albergues de la ciudad y en los gigantescos hoteles sólo quedaban los guardias de seguridad.

También habían buscado albergue unos 2.500 habitantes de Cancún, la mayoría obreros que habitan en las zonas "bajas", situadas por debajo del nivel del mar y cuyas calles, donde se amontonan humildes viviendas de materiales frágiles, son presa fácil de las inundaciones.

Albergue provisorio

El deportivo Cuxin Baxal es el albergue más grande y recibió a unos 2.500 turistas equipados con toallas, cobijas, almohadas y sus pertenencias personales más necesarias, como dinero, pasaportes, documentos de identidad y billetes de avión.

"Nosotros sólo trajimos las colchonetas y el hotel envió a su personal para atender a los huéspedes, lo mismo que alimentos y bebidas para darlos gratis", explicó Víctor Hugo García, jefe del albergue de la Dirección de Protección Civil del municipio.

El graderío y las canchas de básquetbol aparecían cubiertos de colchonetas una al lado de otra, haciendo imposible caminar entre ellas. Un espacio había sido habilitado como cocina y los chefs, de impecable blanco y gorro incluido, preparaban comida fría, además de la abundante fruta colocada como si se tratara de un típico mercado mexicano.

La mayoría de los turistas vestían con ropas ligeras y, con actitud indolente, casi como si estuvieran en la playa, pasaban las interminables horas. Algunos dormían, otros leían, jugaban a las cartas o hablaban por celular.

Alrededor de las 17, el clima aún era agradable, la brisa, aunque por momentos fuerte, era una alivio ante el calor y el sofoco que ya se empezaba a sentir dentro del refugio, donde un solo ventilador gigante aparecía en una de las esquinas.

"Tengo calor, mucho calor, pero aquí estoy seguro, o al menos eso espero", comentó Tim Hazeldine, un ingeniero de 47 años procedente de Londres y que pasó nueve días de vacaciones en Cancún.

Una estudiante de 24 años de Ontario, Canadá, Stephanie Johnson, buscaba desesperada saber a qué hora cerraría sus puertas el gimnasio. "Necesito fumar, quiero saber si después de que se cierren las puertas, podré fumarme un cigarro. (...) Es mi primer huracán y estoy muy nerviosa", comentó mientras estrujaba sus manos.

"Sobrevivientes"

En este albergue, un ocurrente comerciante mandó imprimir en camisetas blancas una leyenda que reza, en letras azules y rojas: "I survived to hurricane Wilma" (Sobreviví al huracán Wilma), que vendía a 10 dólares.

Entre miércoles y jueves, más de 20.000 turistas lograron salir de Cancún por aire o tierra hacia el vecino Estado de Yucatán.

En cambio, en el vecino municipio de Solidaridad, donde se erige la Riviera Maya, los turistas llevados a albergues sumaban 29.800, según autoridades municipales.

Para estos visitantes, en su mayoría europeos, el peligro podría resultar aún mayor porque Solidaridad se erige a lo largo de la franja costera y los refugios, a diferencia de Cancún, están mucho más cercanos al mar.

Especialmente peligroso

La lenta velocidad del poderoso huracán Wilma, a 9 km/h, lo hace especialmente peligroso, advirtió hoy el gobernador del Estado mexicano de Quintana Roo, Félix González.

Wilma era de categoría 4 en la escala Saffir-Simpson según el último informe del Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Miami, con posibilidad de que se fortalezca antes de tocar tierra, lo que estaba previsto a media jornada de hoy. "El ojo es enorme, lo que va a dar una aparente calma de 6-7 horas, es decir, va a haber la apariencia de que ya pasó el huracán, pero no es así", advirtió a la emisora Televisa el gobernador.

Puede romper muros y erosionar playas

El huracán Wilma tiene potencia para causar daños estructurales en casas y edificios así como para producir erosiones importantes en las zonas costeras, informaron fuentes meteorológicas mexicanas.

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) informó hoy de que además puede causar "daños graves en los pisos bajos de estructuras cercanas a la costa" e "inundaciones de los terrenos por debajo de los tres metros" de altura.

Uno de los mayores peligros para el litoral son las mareas de tormenta, que pueden llegar a ser de 4,5 a 5 metros en algunos puntos.

El Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc), dependiente de la Secretaría de Gobernación (Interior), señaló en su boletín de las 7.30 hora local que continúa el paso "lento y errático" de Wilma, localizado a 80 kilómetros de Cozumel, uno de los destinos turísticos más importantes de la zona, casi totalmente desalojado.

El fenómeno genera vientos de 230 kilómetros por hora, con rachas de 285 kilómetros cerca de su centro, y se localiza a 130 kilómetros de Cancún.

Una de las recomendaciones más repetidas es que la gente no salga de sus casas por el peligro que representan los fuentes vientos.

La nubosidad abarca un radio de 250 kilómetros, lo que ha dejado desiertas las localidades costeras y más cercanas a la ruta del fenómeno.

Protección Civil mantiene en "alerta roja" (máxima peligrosidad) el Estado de Quintana Roo y las islas de Chinchorro, Cozumel, Mujeres, Holbox y Contoy, así como el Estado de Yucatán, cuya zona oriental es la más afectada.

Varias carreteras de la zona están cortadas, lo que ha dejado prácticamente incomunicada también por tierra el área costera de Quintana Roo, en particular entre Cancún y Playa del Carmen, donde hay cerca de 4.000 españoles refugiados, en su mayoría en hoteles del lugar.

Otros Estados como Campeche se encuentran en "alerta naranja", segunda más importante, mientras que en Tabasco rige la "alerta verde" (segunda más baja de cinco), al igual que en las plataformas de extracción de Petróleos Mexicanos (Pemex) ubicadas en el Golfo de México.

AFP-EFE