AFP
"La tregua (de los ataques a Israel) no se prolongará el año próximo (...)", declaró un responsable del movimiento islámico Jamas, Mushir Al Masri.
Según el portavoz, "debido a la escalada israelí, nadie debe soñar que habrá otra tregua" cuando venza, a finales de 2005, el acuerdo sobre una suspensión de ataques alcanzado en marzo en El Cairo entre los grupos armados y la Autoridad Palestina.
Al Masri hizo estas declaraciones en el campo de refugiados de Jabaliya, en la franja de Gaza, donde participó en el funeral de Fayez Abu Al Qarra, jefe de las Brigadas Ezzedin Al Qassam, brazo armado de Jamas, muerto el martes por un misil israelí contra su coche, que también costó la vida a un jefe militar de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa que lo acompañaba.
Al Qaraa es el primer responsable de Jamas en haber muerto en una operación israelí de "eliminación selectiva" contra miembros de grupos armados palestinos desde el atentado suicida palestino en Israel del 26 de octubre que causó cinco muertos y que fue reivindicado por la Yihad Islámica.
Los responsables israelíes justificaron la "eliminación selectiva" de Al Qaraa.
"Estamos en guerra y estamos obligados a recurrir a ese tipo de acción contra los grupos terroristas que llevan a cabo atentados y preparan otros", declaró el ministro israelí de Relaciones Exteriores, Sylvan Shalom.
Raanan Gissin, portavoz del primer ministro israelí, Ariel Sharon, precisó que "hasta que la Autoridad Palestina no se decida a luchar contra los grupos armados, Israel no podrá renunciar a hacerse justicia".
Sin embargo, los medios de comunicación israelíes se preguntaron sobre las consecuencias de esos "asesinatos selectivos" ante el temor de que generen una nueva espiral de violencia.
"En lugar de acabar con el terrorismo, lo alimentan", señaló el especialista militar del diario Yediot Aharonot, Ofer Shelah.
Según el diputado de izquierdas Yossi Sarid, "es un método más que discutible, sobre todo porque muy a menudo causan víctimas inocentes".
"Que la tregua se vaya al diablo", afirmaron en un comunicado las Brigadas de los mártires de Al Aqsa tras la acción israelí en la que murió uno de sus jefes, Hassan Al Madhun. La nota añadió se había decretado "la movilización" de todos los miembros del grupo.
Por otra parte, un soldado israelí resultó muerto este miércoles por una serie de disparos durante una detención en el norte de Cisjordania. En un comunicado, las Brigadas Ezedin Al Qasam afirmaron haber atacado y matado al soldado.
Con esta muerte ascienden a 4.874 las víctimas mortales desde el comienzo de la Intifada, en septiembre de 2000, de las que más de tres cuartas partes son palestinos.
El asesinato del primer ministro israelí, Yitzhak Rabin -cuyo décimo aniversario se conmemora mañana- cumplió las expectativas de la extrema derecha que lo inspiró, pues el proceso de paz con los palestinos está bloqueado mientras crece el temor de una nueva muerte política en Israel.
Sin embargo, si la muerte de Rabin acabó con una esperanza de paz, también desvaneció el sueño de la extrema derecha de crear un Gran Israel con los territorios palestinos englobados, vista la retirada de los colonos y los soldados israelíes de la Franja de Gaza en setiembre pasado después de 38 años de ocupación.
Por ironías de la historia, el actual primer ministro, Ariel Sharon -ex "niño mimado" de los ultraconservadores y que hace una década acusó a Rabin de malvender la tierra de Israel- fue quien decretó la evacuación de las colonias israelíes de Gaza, algo que Rabin nunca se atrevió a hacer.
El rencor que esa decisión provocó en la extrema derecha podría ser ahora la causa de un nuevo asesinato político, según afirmó recientemente el 36 % de los isralíes en un sondeo publicado por la prensa.
El blanco de ese acto sería el propio Sharon, cuya vida diaria se desarrolla en medio de decenas de guardaespaldas, numerosos coches blindados, limitados desplazamientos y rarísimas intervenciones públicas.
"Esas precauciones no son casuales. El peligro de un nuevo asesinato es más que real", estimó el politólogo Yoram Peri.