Las revueltas de jóvenes llegaron al corazón de París

La violencia urbana sacude Francia

Edificios públicos, escuelas, comercios, almacenes y unos 1.300 vehículos fueron incendiados entre la noche del sábado y esta madrugada por grupos de jóvenes, en una escalada de violencia día a día que parece indetenible. Foto: AGENCIA AFP. 

En total, más de 3.450 coches, camiones y colectivos han ardido desde que estallaron los disturbios tras la muerte, el jueves de la semana pasada, de dos adolescentes, electrocutados en un transformador eléctrico donde se habían escondido porque se creían perseguidos por la policía.

AFP-EFE-Télam/SNI

La ola de violencia que sacude a Francia desde hace diez días llegó por primera vez esta madrugada al corazón de París, dejando un saldo de 1.300 vehículos quemados y más de 300 detenidos en todo el país, a pesar de los refuerzos policiales y la vigilancia desde helicópteros.

Por primera vez, al menos 32 vehículos fueron destruidos en el corazón de la capital, algunos en la emblemática Plaza de la República, y 30 personas detenidas, según la policía.

Hasta ahora, la violencia se había circunscripto a los barrios pobres de las afueras de la capital, con fuerte presencia de inmigración de origen magrebí y africano.

Ni los llamamientos a la calma, ni el anuncio del gobierno de que la policía impondrá el orden parecen socavar la determinación de estos jóvenes que gritan su odio al ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, y se sienten excluidos de la sociedad francesa.

Vehículos, pero sobre todo edificios públicos, escuelas, comercios y almacenes volvieron a ser los blancos preferidos de la furia juvenil, que opera con una gran movilidad.

Un presidente en silencio

El presidente francés, Jacques Chirac, ha permanecido hasta ahora en silencio. Su entorno se limita a decir que hablará "en su momento, si lo cree necesario".

Unos 2.300 policías más han sido desplegados para reforzar el dispositivo de seguridad, y siete helicópteros con potentes proyectores y cámaras de video sobrevolaron las zonas "sensibles" de París.

En los alrededores de París 741 vehículos fueron destruidos por el fuego.

Ciudades como Toulouse, Burdeos, Montpellier y Pau, en el sur, Rennes y Nantes, en el oeste, Lille en el norte y Mulhouse y Colmar en el este, fueron también escenario de la ira de los jóvenes incendiarios.

Cuatro policías municipales resultaron heridos en la ciudad de Evreux, en el oeste de Francia, durante enfrentamientos con un centenar de jóvenes, algunos de ellos armados con bates de béisbol.

Y otros siete policías fueron heridos en Pau (sur).

La jornada de ayer estuvo marcada en particular por múltiples incendios en el departamento de Essonne (sur), visitado por el ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, para mostrar su apoyo a la policía, al día siguiente de una noche en la que ardieron casi 900 vehículos, 656 de los cuales en la región parisina.

En el departamento del Loiret, en el centro de Francia, los bomberos tuvieron que intervenir más de 40 veces para sofocar incendios de vehículos y de algunos almacenes atacados con cócteles molotov, sobre todo en Orleans y Montargis.

En Nantes se quemaron 38 automóviles y se señalaron igualmente incendios de basuras.

Pequeños grupos móviles

"Se trata de pequeños grupos de individuos que prenden fuego a los automóviles y luego huyen", explicó un portavoz de los bomberos.

Lo mismo ocurrió en la ciudad de Rennes, donde "pequeños grupos muy móviles", según un policía, incendiaron 20 vehículos y decenas de basura y contenedores, pese a la intervención de las fuerzas de orden y la vigilancia de un helicóptero.

En la región parisiense, al sudeste, fueron incendiadas dos escuelas, 15 vehículos y una empresa de reciclaje de papel. Un gimnasio ardió en el norte.

"Quemar una escuela es inaceptable, pero el que pegó el fuego fue Sarkozy", declaró indignado un padre de familia.

Un restaurante McDonald's de Corbeil-Essonnes (sur) fue también destruido en un 70 % por un coche que fue lanzado como ariete y cuyos ocupantes incendiaron el local, según una periodista.

En Mureaux (oeste), al comenzar la noche del sábado, una treintena de jóvenes se agruparon para lanzar proyectiles, ruedas de bicicletas y carritos de supermercado, contra las fuerzas policiales.

En cambio en Drancy (norte), dos adolescentes que intentaban incendiar un camión fueron detenidos por vecinos que los entregaron a la policía.

El primer ministro Dominique de Villepin reunió ayer un gabinete de urgencia para buscar soluciones para la violencia, la peor crisis que le ha tocado enfrentar desde que asumió sus funciones en junio.

La "firmeza" de Sarkozy

El ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, abanderado de la postura de "firmeza" frente a los altercados en el gobierno, visitó por la noche varias comisarías e incluso intercambió algunas palabras con detenidos, muchos de ellos poco más que adolescentes.

Sarkozy se cuidó en público de evitar el vocabulario guerrero -había tratado hace una semana de "gentuza" a los jóvenes autores de los desmanes- por el que han pedido su dimisión muchas voces en la oposición de izquierda -aunque no oficialmente el Partido Socialista- y en los barrios afectados.

A su favor, el titular de Interior tiene el fin de las voces discordantes con su acción dentro del gobierno y una encuesta publicada hoy por Le Parisien, según la cual cuenta con el apoyo de un 57 % de los franceses, aunque un 73 % juzga que sus intervenciones son demasiado mediáticas, y un 63 % que ha utilizado términos chocantes.

Consciente de esas corrientes de opinión, el primer secretario socialista, Francois Hollande, afirmó que "con sus provocaciones verbales, Nicolas Sarkozy tiene una gran parte de responsabilidad de la escalada de estos últimos días", pero no pidió su dimisión para no añadir "más polémica al dolor de los barrios afectados y a la muy difícil misión" de policía, bomberos o trabajadores sociales.

"Guerrilla urbana"

El presidente de la Asamblea Nacional francesa, Jean-Louis Debré, denunció la "violencia inadmisible" que se desató la pasada noche en Evreux (noroeste), ciudad de la cual es alcalde, donde se vivieron "episodios de guerrilla urbana". "Hay que demostrar una gran firmeza. Lo que ha ocurrido es verdaderamente un episodio de guerrilla urbana", declaró Debré, quien se reunió con habitantes del lugar en la plaza de mercado del barrio La Madeleine, donde tuvieron lugar los incidentes.

Varios habitantes de Evreux lo increparon quejándose de un déficit de agentes de policía durante las noches.

Una "advertencia" para toda Europa

La explosión de violencia que estremece a Francia desde hace más de una semana, protagonizada por jóvenes que se sienten marginados, debe servir de "advertencia" a toda Europa, estiman algunos comentaristas y la prensa de varios países europeos.

Para el líder de la oposición de centroizquierda italiana, Romano Prodi, una explosión de violencia urbana en Italia "sólo es asunto de tiempo", ya que los suburbios de la península "están entre los peores de Europa".

"Tenemos las peores periferias de Europa. No debemos pensar que somos tan diferentes de París, es sólo una cuestión de tiempo", estimó el ex presidente de la Comisión Europea durante un debate en Bolonia (norte de Italia) sobre las ciudades.

"Lo que vemos estos días en las afueras de París podría producirse en Italia en cinco o diez años. Con un factor agravante: en Italia hay un porcentaje superior de inmigrantes ilegales, más expuestos a la trampa de la criminalidad", afirmó por su parte Mario Barbagli, un sociólogo italiano, en una entrevista al diario Il Sole-24 Ore.

Portugal y el resto de Europa deben sacar las lecciones de la violencia que sacude a Francia, estima la prensa portuguesa.

Los Estados europeos "no deben reproducir los errores sufridos por las primeras generaciones" de inmigrantes, señala José Leite Pereira, director del diario Jornal de Noticias.

Por su parte, el eurodiputado del Bloque de Izquierda, Miguel Portas, refuta en el Diario de Noticias que la violencia sea consecuencia de la pobreza.

"Eso puede explicar la violencia de las megalópolis de América Latina, pero en París, lo dudo", dice. "Los árabes o los negros de la periferia parisina son simplemente una generación desencantada" y consideran sus barrios "como territorios que les pertenecen" por lo que ven a un policía como "un extranjero y a un ministro idiota y reaccionario como un general de tropas de ocupación", explicó.

"Que nadie se frote las manos, las borrascas del otoño francés pueden ser preludio de un invierno europeo", alerta el diario catalán La Vanguardia. "Muchas de las causas de este levantamiento no son en nada diferentes de las que existen en otros países europeos", subraya el director del diario en un editorial titulado "Arde París".

Para La Razón, la violencia que azota a la periferia de las ciudades francesas "constituye una advertencia de la enorme dificultad de integrar a los emigrantes musulmanes en Europa". "España debería aprender de las experiencias de sus vecinos para no cometer los mismos errores", aconseja el diario.