Tres graves hechos de violencia en las últimas horas

Toda una noche con los ladrones en casa

Salvador Novello fue herido por los delincuentes que desvalijaron completamente su casa. Foto: GUILLERMO DI SALVATORE. 

En pleno centro de nuestra ciudad, la familia Novello fue sorprendida cuando al ingresar a su casa se encontraron con dos ladrones dentro. Tras amordazarlos, los delincuentes se pasearon cinco horas por la vivienda usando los dormitorios, mirando televisión, y hasta comieron y bebieron a gusto. Se llevaron joyas, dinero y valores. A este hecho se suman un violento asalto ocurrido esta mañana en una pandería de barrio Roma y un intento de robo a un camionero en la Mar Argentino.

Danilo Chiapello

La familia Novello padeció anoche una de las experiencias más duras de su vida cuando quedó a merced de un grupo de delincuentes que la asaltó en su propia casa, la mantuvo cautiva más de cinco horas y robó dinero, joyas y valores.

El horrendo episodio ocurrió anoche y tuvo lugar en el domicilio particular de Salvador Novello, esto es en calle Urquiza 3021, pleno centro de nuestra ciudad y frente a la Secretaría Electoral Nacional

Vale mencionar que Novello es un reconocido comerciante y empresario local, el que durante 27 años estuvo dedicado a la compra-venta de insumos médicos. Tras las "sorpresas" económicas de este país, Novello cambió de rubro y actualmente se dedica a los negocios inmobiliarios vinculados con el sector agropecuario.

Noche de sábado

La pesadilla de esta familia comenzó el sábado a la noche, cuando Salvador Novello padre (54), junto a su esposa María Cristina Bonacchi y su hijo, Salvador Alejandro (23), decidieron salir a cenar a un restaurante.

La cena transcurrió de manera normal y por supuesto que ninguno siquiera pudo imaginar la atroz secuencia que les esperaba al regreso.

Como siempre el hombre ingresó con su automóvil por el garaje, el que a su vez, se comunica con el interior de la casa. Toda la familia ya había descendido del coche y se instalaron en la cocina para degustar un café.

Estaban adentro

Fue en esta circunstancia que Novello se dirigió hacia el living del inmueble y allí se topó con un sujeto, el que le salió al cruce desde abajo de un escritorio donde estaba escondido.

Al instante irrumpió en la escena un segundo individuo el que arremetió contra la mujer y el hijo de Novello, a los que redujo en el sector de la cocina.

Los malvivientes, de entre 20 a 25 años, actuaron con suma velocidad y a cara descubierta. Portaban armas de grueso calibre y sin dudas contaban con un gran conocimiento del terreno.

A los golpes

Como un acto natural Novello intentó resistir el atraco. Todo lo que logró fue que los ladrones se enfurecieran más todavía. Uno de ellos lo tumbó contra el piso y no conforme con ello lo pisoteó a la altura del pecho hasta fisurarle una costilla.

Mientras, el otro rufián procedía a arrancar los cables de la televisión y de los teléfonos con los que maniató a la mujer y al joven. Estos últimos fueron dejados acostados boca abajo.

El banquete

Hasta aquí la acción fue ejecutada por dos personas. Sin embargo las propias víctimas relataron hoy que durante varios pasajes escuchaban las voces de otras personas.

"Se manejaron con total libertad y tranquilidad", dijo hoy Salvador Novello en diálogo con El Litoral. "Piensen que hasta se dieron el lujo de dormir, comer y mirar televisión. Hicieron lo que quisieron con la más cruel impunidad".

"De la única manera que podíamos identificar cuántos eran -prosiguió-, era a través de las voces. Pero en algunos momentos escuchamos que abrían la puerta del garaje, incluso que andaban por los techos e ingresaban más personas. En todo momento se comunicaban con teléfonos celulares".

"�Dónde está la guita?"

Más adelante Novello recordó que los ladrones a cada rato lo hacían objeto de amenazas mientras reclamaban a viva voz por dinero y joyas. "�Dónde está la plata?! íEmpezá a cantar porque los vamos a matar a todos!, les gritaban.

Mientras tanto los demás sujetos iniciaban por su cuenta una frenética búsqueda de los valores por todas las dependencias del inmueble.

Esta mañana la casa de la familia Novello lucía como si una mano gigante la hubiese tomado y puesto "patas para arriba" durante varios segundos. Todo estaba revuelto o destrozado.

Al cabo de varias horas de "trabajo" los delincuentes lograron hacerse de dinero, de algunas joyas y de numerosos documentos al cobro, entre otros objetos de valor.

Culminada esa tarea sus autores decidieron que era hora de tomar un descanso. Para eso se fueron a la parte superior de la vivienda -donde se ubican los dormitorios- y allí reposaron largo tiempo mientras se entretenían hablando por los celulares y mirando televisión.

Claro está que el ocio desmedido genera apetito. Y de esta regla general no escaparon los malvivientes que, ya cansados, fueron por dar el último "atraco": esta vez fue contra la heladera.

Desde allí se apoderaron de una generosa provisión de alimentos y bebidas, los que degustaron delante de sus víctimas mientras los seguían amenazando.

Golpeado y descalzo

Ya cuando las primeras luces del día se asomaban, la familia Novello se dio cuenta de que hacía rato estaban en silencio. Creyeron que los delincuentes se habían marchado y no se equivocaron.

Con las pocas fuerzas que quedaban Salvador logró desatarse y salir al exterior de la casa.

Maltrecho, golpeado y descalzo. En estas condiciones Novello cruzó calle Urquiza y llegó hasta la puerta de la Secretaría Electoral nacional, donde le pidió auxilio al policía que siempre está allí de guardia.