El desarrollo fue realizado por santafesinos
Exportan una planta de biodiesel para Paraguay
Empresarios e investigadores trabajaron en el desarrollo del producto que estará funcionando antes de fin de año en Asunción. El combustible será producido a partir de sebo animal

Una empresa esperancina embarcó hoy hacia Asunción del Paraguay, la primera parte de una planta procesadora de biodiesel a partir de grasa vacuna desarrollada íntegramente por santafesinos. Las empresas Fimaco de Esperanza, SIT ingeniería de nuestra ciudad y el Incape, un instituto que depende de la Universidad Nacional del Litoral y del Conicet, tuvieron a su cargo el desarrollo del producto adquirido por Frigorífico Guaraní, una firma del grupo Bogarín y Pentenhil.

La firma compradora posee, además, una importante grasería industrial que trata los desechos del frigorífico, especialmente vísceras y huesos, transformándolos en carnarina y grasas industriales donde obtiene diariamente unas 30 toneladas de sebo que destinaría totalmente a la elaboración de biodiesel con lo que produciría 30 mil litros diarios.

En Paraguay no hay cultura de consumo humano de grasas en las panificaciones ya que utilizan aceites vegetales. El bajo precio y las barreras sanitarias para exportar grasas vacunas hacen que esta materia prima sea muy poco demandada. Precisamente, el bajo precio lo torna atractivo para la transformación en combustible. En una primera etapa, la transformación de sebo en biodiesel será destinada al uso como combustible de la caldera mientras se avanza en el estudio de la posibilidad de refinamiento de la glicerina.

Características del producto

El doctor Carlos Querini, desde el Incape, explicó a El Litoral que el biodiesel obtenido de grasa vacuna puede usarse perfectamente en los motores diesel convencionales. Remarcó que tiene como particularidad un punto de niebla cercano a los 15 grados centígrados. "Significa que comienza a formar sólidos en suspensión a esa temperatura y tiene tendencia a solidificarse a temperaturas que están también levemente por debajo de los 15 grados. Debido a la especial característica de este combustible, la firma paraguaya lo piensa utilizar incorporándolo en un 20% al gasoil. De esta forma, se mejora el comportamiento en frío y puede ser usado a temperaturas más bajas". El otro dato es que el clima de Paraguay es tropical con inviernos cortos y muy pocos días frescos. "La proporción de biodiesel en el gasoil deberá formularse según la época del año, bajando el contenido de bio al bajar la temperatura", acotó el investigador.

Desde Asunción se señala que el grupo Bogarían y Petenhil tiene un alto consumo diario de combustible en sus empresas, pero además posee cinco estaciones de servicio donde el producto puede ser comercializado al público.

Desde Esperanza

Fimaco fabricó en Esperanza la planta que hoy comenzó a ser enviada a Paraguay y los técnicos estiman que a mediados de diciembre ya estará en funcionamiento en Asunción.

La firma que preside Enrique Gauchat construyó, a principios de 2001, una planta de biodiesel en su ciudad que funcionó, en primer momento, con aceite de soja sin refinar, luego de ser desgomado, obtenido por el proceso de prensas a tornillo. El desarrollo se lo hizo con la tecnología de un método de flujo continuo con la intención de lograr mejorar el aprovechamiento de las temperaturas y bajar los costos de mano de obra.

La planta piloto era para una producción de 500 litros por hora, lo que permitía obtener 12.000 litros por día y ser atendida en cada turno por una sola persona. En ese momento el aceite se compraba a 200 dólares la tonelada y el biodiesel costaba 0,55 dólar por litro. La ecuación se rompió cuando el aceite subió a 440 dólares y entonces se pensó en otra materia prima. Fue entonces cuando se utilizó grasa vacuna industrial que aun no había aumentado su valor. La planta esperancina debió ser transformada para adaptarla a la nueva materia prima y tras los ajustes se obtuvo biodiesel de grasa animal. Posteriormente los precios de la grasa siguieron a los del aceite y la planta debió ser parada.

Gauchat recuerda el inicio de la experiencia, y la conformación del equipo técnico para el desarrollo del sistema continuo integrado por la oficina técnica de su empresa, profesionales de SIT Ingeniería y del laboratorio del Incape a cargo del doctor Querini y su equipo de investigaciones.

El grupo del Incape realizó los estudios necesarios para lograr la ingeniería básica de las plantas, desarrollando procesos para una gran diversidad de materias primas, como aceites de coco, algodón, aceites usados, grasa de pollo, cerdo, residuos del desgomado de aceites. Además se han implementado los controles de calidad que exigen los estándares internacionales, como las normas Iram (Argentina), Astm (Estados Unidos), y EN (Europa).

Los profesionales de SIT Ingeniería se encargaron del diseño e ingeniería de detalle de las plantas.

Agradecimiento

Gauchat recuerda la ardua tarea para llegar al desarrollo de la planta donde hubo períodos de éxitos y también fracasos. El empresario esperancino reconoció el firme apoyo que tuvo del gobierno provincial especialmente del ex gobernador Carlos Reutemann, del ex vice, Marcelo Muniagurria y del entonces ministro Miguel Angel Paulón. "Confiaron en nosotros en momentos en que parecía, que decir que desde Esperanza, íbamos a construir una planta continua, para desarrollar un combustible que recién se iniciaba en Europa, parecía un disparate. Hoy tenemos la suerte de demostrar con los hechos que no los hemos defraudado" le dijo a El Litoral.

Mario Cáffaro