Detenido anoche se haría cargo del crimen

En Jefatura dan por aclarado el asesinato de Pablo Sañudo

El jefe de la URI comisario Alejandro Forzare y el de Investigaciones, comisario Julio Ordoñez, hablaron de la investigación realizada. Foto: Danilo Chiapello. 

Un municipal debía entregar a Sañudo una licencia de remís a cambio de 3.000 pesos, pero no cumplió y tampoco devolvió el dinero. Las tensas negociaciones que siguieron terminarían trágicamente

José Luis Pagés

La investigación policial que siguió al brutal asesinato del remisero de la empresa Express, Pablo Ernesto Sañudo, condujo a la detención de un hombre de 29 años de edad y al secuestro de un arma de fuego. Esto ocurrió anoche, en el marco de un allanamiento domiciliario practicado en Santa Marta, barrio comprendido en la jurisdicción donde se consumó el crimen.

Los agentes de la Sección Homicidios, quienes desde un primer momento descartaron la hipótesis de robo, siguieron una pista que los condujo hasta el principal sospechoso, un vecino del barrio Las Flores II que fue encontrado en una vivienda de calle Chaco al 6600, no demasiado lejos del sitio donde Sañudo apareció muerto con un balazo en la espalda y el cráneo destrozado.

Esta mañana en conferencia de prensa ofrecida en Jefatura el titular de la Policía capitalina, comisario Alejandro Forzare, dio por aclarado el caso y, a reglón seguido el jefe de la Agrupación de Unidades Especiales, comisario Julio Ordoñez, dio cuenta del camino recorrido para llegar hasta el principal sospechoso y también, para conocer las causas que posiblemente impulsaron la acción homicida.

El comisario Ordoñez reveló que fue a partir de asociar algunos datos que los agentes orientaron la pesquisa. Entre otros indicios citó la descripción que realizaron algunos pescadores del hombre que tiró el remís al río y la mención -en otros ámbitos-, de un sujeto que fuera visto junto a Sañudo.

Así fue que un joven que trabaja como ordenanza en la Dirección de Transportes de la Municipalidad de Santa Fe, cayó bajo sospecha. Y mucho más comprometida se hizo la situación del municipal cuando los policías que lo buscaron en su casa del barrio Las Flores II fueron enterados por sus propios familiares que nada se sabía de él desde el día jueves.

Luego, por su nombre y apellido, el hombre comenzó a ser rastreado en distintos vecindarios hasta que anoche una comisión de la AUE dio con él en una casa de calle Chaco al 6000, en Santa Marta, populosa barriada ubicada en el sector noroeste de la planta urbana.

Un poco más tarde y ya en sede policial el joven detenido -Justo G.-, admitiría ampliamente su responsabilidad en el crimen y ofrecería una detallada descripción de la secuencia criminal que lo habría tenido como único protagonista.

Para el comisario Ordoñez, jefe de la AUE, el homicidio fue planeado y fríamente ejecutado, desde el momento que Justo G. se habría valido de un determinado tipo de tarjeta telefónica para que no quedaran rastros de la engañosa llamada que hizo a la víctima, esto, entre otros pasos previos al momento de perpetrar el crimen.

El propio Justo G. habría revelado -siempre en sede policial-, cuáles fueron los motivos por los cuales decidió terminar con la vida del remisero. Al parecer Sañudo le había entregado la suma de 3.000 pesos a cambio de una licencia de remís que éste debía conseguir en su lugar de trabajo, pero él no cumplió con su parte y con el paso de los días la relación entre ambos se volvió tormentosa.

Presuntamente Sañudo se sintió burlado y comenzó a reclamar a Justo G. que le entregara la habilitación municipal o en su defecto le devolviera el dinero. Entonces, Justo G., quien ya no estaba en condiciones de dar satisfacción ni a uno ni a otro reclamo habría urdido un plan para terminar con las presiones.

El día del crimen el municipal pactó una cita con el remisero, pero lejos de entregarle la licencia o los 3.000 pesos, le sugirió discutir nuevamente sobre el tema en un lugar apartado, es decir, en el camino viejo. Allí Justo G. pondría fin a las tensas negociaciones baleando a la víctima por la espalda.

Siempre de acuerdo con el relato de los hechos que escuchamos esta mañana en Jefatura, Justo G. disparó contra Sañudo cuando éste se encontraba al volante del Fiat Siena. El proyectil que salió de la Bersa 22 -podría tratarse del arma secuestrada anoche-, atravesó el cuerpo de la víctima, pero no hubo un segundo disparo porque la corredera del arma se atascó.

Posiblemente fue entonces que Sañudo, aunque gravemente herido, intentó resistir y descendió del coche, pero para entonces Justo G. ya había cambiado la pistola por una pesada herramienta y con ella golpeó repetidas veces en la cabeza de la víctima.

Por último, un detalle habla de la violencia que víctima y victimario desplegaron en la escena del crimen, también de la participación que el municipal tuvo en los hechos investigados. Cuando la policía llegó al camino viejo el muerto todavía aferraba en una de sus manos un reloj pulsera que el joven detenido habría reconocido como propio en la dependencia policial.

Caso Florencia

En el marco de la conferencia celebrada esta mañana en Jefatura y ante la consulta de los representantes de distintos medios de prensa, el jefe de la URI, comisario Alejandro Forazare, dijo que el crimen del que resultó víctima la joven estudiante de la sociedad Dianética María Florencia Morello se investiga aún, en un marco de reserva impuesto por el juez de la causa, Dr. Carlos Ferrero. Tanto es así que, según el funcionario policial, es un solo agente de la repartición, quien trabaja en relación directa con el magistrado el único que conoce los detalles que hacen a la marcha de la pesquisa. María Florencia Morello (21) fue blanco de un golpe demoledor en la nuca cuando, a las seis de la mañana de del sábado 1° de octubre, deslizaba volantes de la Iglesia de Cienciología por debajo de las puertas. El ataque criminal se consumó en calle Irigoyen Freyre al 3000, es decir, en plena zona céntrica de nuestra ciudad.

"No es de Transporte"

El subsecretario de Transporte de la Municipalidad, Julio Michelli, señaló que la persona detenida por el asesinato del remisero Pablo Sañudo no pertenece a la Dirección de Transporte de la Municipalidad, sino a Tránsito.

El funcionario consideró necesario hacer esa salvedad para despejar suspicacias y teniendo en cuenta que de la repartición que dirige depende, precisamente la actividad de colectivos, taxis y remises.