Buenos Aires (Télam)
Un policía bonaerense fue asesinado de dos balazos y otro resultó herido al tirotearse en el partido de San Martín con una banda armada con fusiles, pistolas y un lanzagranadas que había asaltado y capturado a un automovilista en Carapachay, partido de Vicente López.
A pesar de un cinematográfico despliegue policial, que incluyó minuciosas requisas en casas de la zona, uno de los delincuentes consiguió refugiarse en una casa que se encontraba momentáneamente deshabitada y cuando el dueño entró lo amenazó y lo maniató.
Pasadas las 19, y cuando había finalizado el operativo policial, el delincuente escapó tranquilamente tras dejar atado al propietario de la vivienda situada en la intersección de las calles Joaquín V. González y Córdoba donde se mantuvo escondido.
El subsecretario de Seguridad bonaerense, Martín Arias Duval, informó que tras el tiroteo había muerto un delincuente, otro estaba herido y un tercero detenido; no obstante, fuentes judiciales precisaron a Télam que sólo se había registrado una detención y que en la causa no constaban civiles fallecidos ni heridos.
El episodio se inició a las 11.15 cuando dos delincuentes armados abordaron al abogado que se encontraba en su camioneta Ssang Yong Musso bordó, en el cruce de Ascasubi y Carlos Calvo, de Carapachay.
Según la víctima del robo, un abogado identificado como Oscar Alberto Castro Roberts, los delincuentes que lo abordaron le dijeron que no querían nada de él, ni siquiera su vehículo, sino que sólo pretendían escapar de la policía que los perseguía.
Los asaltantes armados amenazaron al letrado y se lo llevaron cautivo unos 200 metros, donde detuvieron la marcha para que se subiera a la camioneta un tercer delincuente que lo obligó a pasarse al asiento trasero y tirarse al piso.
Esos delincuentes iban apoyados por otros que se trasladaban en un Fiat Duna color oscuro, explicaron fuentes policiales y judiciales.
Castro Roberts contó que unos 10 minutos más tarde fue obligado a bajarse del auto mientras que los asaltantes continuaron con la huida, perseguidos por varios patrulleros.
Fuentes judiciales informaron que la banda disparó varias veces contra la patrulla y que incluso en el camino arrojó una granada contra los policías.
La persecución se extendió hasta Villa Ballester, donde en el cruce de las calles Córdoba y Paraná, cerca de la villa Las Ranas, de Villa Ballester, la camioneta fue interceptada por varias patrullas.
Finalmente, en Paraná y Marengo, los tripulantes de la camioneta bajaron corriendo a los tiros, mientras que el Fiat Duna con los cómplices se retiró del lugar.
Allí se produjo un nuevo tiroteo con los delincuentes -aparentemente cuatro- y los policías que los perseguían, explicó Agustín Mozzo, vocero de la fiscalía de San Martín.
En ese enfrentamiento, en el que los asaltantes emplearon un fusil M16 y pistolas, al tiempo que cubrían sus cuerpos con chalecos antibalas, fueron heridos el oficial Gustavo Adrián Farías, de 36 años, y el teniente Domingo Quintana, de 55, quienes fueron trasladados al hospital Belgrano, de San Martín.
Farías murió allí debido a las lesiones de bala que había sufrido, mientras que su compañero fue trasladado al hospital Churruca.
Si bien en un inicio voceros policiales informaron que Quintana había sufrido muerte cerebral, luego aclararon que se repone favorablemente de las lesiones sufridas.
Farías era casado y padre de cinco hijos de entre 2 y 13 años y trabajaba en la seccional octava de Villa Concepción junto con Quintana.