La presentación en sociedad, el lunes pasado, de un extraño mapa chino de 1763, copia de un original supuestamente datado en 1418 en el que figuran en detalle casi todos los continentes, dio pie al The New York Times para preguntarse si el navegante chino Zheng He habría descubierto América 70 años antes que Cristóbal Colón.

Según el autor de la nota, Joseph Kahn, el mapa dibuja al mundo en 1418 "como un globo donde todos los continentes principales están representados con una exactitud que los mapas europeos no tuvieron durante por lo menos otro siglo, después de Colón, Da Gama, Magallanes, Díaz y otros exploradores".

El dueño del mapa es Liu Gang, un historiador amateur que vive en Beijing, quien dijo que lo había comprado en una librería de Shangai en 500 dólares sin percatarse, en un primer momento, de la posibilidad de "cambiar la historia" que tenía tal instrumento.

Lo que hasta aquí se sabía era que antes de que Colón naciera, Zheng He había hecho entre 1405 y 1433 siete viajes explorativos por el sur de Asia, la India, el Golfo Pérsico y el este de Africa. ¿Cómo se explica entonces que en un mapa chino fechado en 1418 aparezca el continente americano?

Por supuesto, reflexionar sobre esto no es tan fácil como preguntarse quién inventó la pólvora... íy responder que fueron los chinos! Pero a no aclarar que oscurece: lo de la pólvora, en verdad, no se sabe; y lo del viaje, menos que menos.

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A los chinos se les atribuyen tantos, y tan importantes descubrimientos, que resulta asombroso que el resto de la humanidad haya podido prescindir de Mao para gobernarse, del I Ching para encontrar el camino, de la acupuntura para los dolores de ciática y del tallarín para recuperar los hidratos de carbono perdidos en el último single.

El papel. El papel moneda. La brújula. La imprenta. Los números negativos. Los decimales. El lugar del cero. Las fracciones decimales. El valor de Pi. El sismógrafo. El paraguas. El timón. La rueca. El estribo. Los fósforos. El arado de hierro. La ballesta. El paracaídas. El control biológico de plagas. Los naipes... ¿Descubrieron tantas cosas los chinos?

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Si de la invención del papel, en el año 105 por Tsai Lun, se puede estar seguro, no lo es menos que previo a eso, en el siglo III (ANE) el emperador Hunag Ti mandó a quemar casi todos los libros que por entonces se escribían en tablillas de bambú, fastidiado, quizás, porque no hallaba sitio dónde desplegar su esterilla king size, dado el espacio que tanto saber ocupaba.

Y así fue como "sanseacabó" la historia china. Pero a fines de ese mismo siglo, alguien corrió a su encuentro: fue la primera dinastía Han, que sumada a la segunda, se extendió hasta dos siglos después de Cristo, tiempo que los chinos emplearon en rehacer toda su historia, atribuyendo a sus más remotos emperadores la invención de todo lo conocido hasta entonces, incluida la tinta, claro, y el papel, porque no era cosa de repetir lo vivido con las tablillas de bambú.

Según el investigador Dik Edgar Ibarra Rosso, "los chinos fueron muy aficionados a atribuir mayor antigüedad a los conocimientos del momento".

Prueba de que lo hicieron con total descaro es que en tiempos de los Han le atribuyeron al primer emperador Huang Ti (no confundir con el antes nombrado Hunag Ti) haber utilizado un "carro magnético" (léase, guiado por una brújula) para perseguir a sus enemigos "en medio de la niebla", íhace 5.000 años!

Aunque autores serios conceden que los chinos pudieron haber conocido la brújula en una fecha más razonable (271 DNE), se ha comprobado que los "carros magnéticos" existían en ese país al menos desde dos o tres siglos antes de nuestra Era.

¿Inventaron entonces los chinos la brújula? Sí, pero no. Del tiempo de las primeras dinastías del Antiguo Egipto, allá por entre el 2.850 y el 2.650 ANE, data la representación doble del meridiano -el polar y el magnético-, observable en el Templo de Denderah, por ejemplo, lo que demuestra: primero, que conocían la brújula; y segundo, que el cuento chino de los Han acerca de la datación de "su invento", no era tan descabellado.

También en La Odisea, el poeta griego Homero, que no se sabe si vivió ocho o doce siglos antes de nuestra Era, cita a los "feacios" (que tampoco se sabe quiénes son) y dice que sus naves poseían una "inteligencia" que les permitía guiarse en la niebla.

Pero lo más sorprendente es que ya por esa época, o quizás antes, la famosa brújula había llegado a América.

En su libro "La Ciencia Antigua", Ibarra Rosso consigna que "la brújula primitiva formada por un trocito de piedra imán colocada sobre un corcho en una cajita con agua" fue hallada "en las ruinas de la civilización olmeca de la ciudad de San Lorenzo, en Veracruz, México, que tienen una antigüedad -según el carbono 14- de 1.256 años antes de nuestra Era".

"El artefacto -concluyó- fue hallado in situ en un trabajo científico de excavación, de la Universidad de Yale. (...) Se lo halló dentro de una cajita de jade con tapa. El jefe de la expedición, doctor Miguel M.Coe, se dio cuenta de lo que significaba y lo colocó sobre un soporte de corcho en una vasija con agua. Inmediatamente, se orientó hacia el norte magnético".

Y así es como se llega a la pregunta del millón: ¿Cómo es que llegó la brújula a América si es que la inventaron los chinos?

Si se está dispuesto a creer que el mapa al que aludió The New York Time reproduce en verdad el que habría dibujado algún allegado a Zheng He durante su supuesto viaje a América, hay libre albedrío; pero llama poderosamente la atención que en 2005, al conmemorarse los 600 años de su primer viaje, el gobierno de Beijing no mencionara que "descubrió" el nuevo continente.

Hay otra consideración posible: ya en el siglo IX los wikingos (que conocían la brújula) navegaron las costas de América y no sólo la "descubrieron" sino que se quedaron por siempre en Groenlandia, de donde el aparato hubiera podido emigrar a México.

Pero tampoco hay que desestimar que durante la última glaciación, hacia el 10.000 (ANE), habitantes de Eurasia llegaron, ora caminando, ora navegando, al Nuevo Continente, por entonces unido con el Viejo por un puente de tierra entre Siberia y Alaska, a la altura de los actuales mares de Chuski y de Bering. ¿Lo habrán hecho guiados por la aguja imantada?

Acotación al margen: la brújula, tal cual hoy la conocemos, fue inventada en 1187 por el británico Alexander Neckham.