Los precios de los campos suben 30 % en dólares

Contra lo que suponían muchos operadores, que descontaban una baja en el valor de la tierra como consecuencia de la menor rentabilidad agrícola de 2005, los campos bonaerenses cuestan hoy de 20 a 30 % más en dólares que un año atrás.

Así las cosas, la hectárea se ha convertido en la opción estrella a la hora de invertir.

Aunque las perspectivas de la próxima cosecha no son halagüeñas, no se prevé que los valores vayan a retroceder en el corto plazo.

Según la estadística de la Compañía Argentina de Tierras, la hectárea en los mejores campos agrícolas (soja y maíz) pasó de valer 5.400 dólares a principios de 2005 a 7.000 dólares a fin del mismo año.

El salto, así, fue de 29,6 %. En otros segmentos agrícolas el estirón fue menor, pero no poco significativo. Los campos trigueros subieron 25 %, los paperos 22 %, y los mixtos 15 %.

En el renglón ganadero también se verifican subas. Los campos de invernada (con buenas pasturas para el engorde de vacunos) cotizan a 2.800 dólares, con un repunte de 21,7 %. En los establecimientos de cría (ubicados en la cuenca deprimida del Río Salado) la hectárea hoy vale unos 950 dólares. El aumento fue de 26 %.

Lo llamativo es que estas fuertes subas se registraron en un año en que la rentabilidad del sector retrocedió respecto de las holgadas campañas 2003 y 2004, cuando la soja registraba los precios más altos de la historia.

Esta contradicción confirma que el negocio estrictamente productivo se ha desvinculado bastante de la propiedad de la tierra. En otras palabras, los que se tuvieron que ajustar el cinturón fueron los arrendatarios (quienes alquilan campos para producir). Los rentistas (los dueños de los campos) no sintieron ese ajuste.

Eduardo Fitz Gerald, de la Compañía Argentina de Tierras, apuntó que en 2005 incluso subió el costo del arrendamiento en la pampa húmeda, un 10 % en promedio.

La explicación en este caso es muy sencilla: "Si se va un inquilino porque los números no le cierran, el propietario del campo ya tiene dos o tres interesados en la tranquera", señaló.

La cosecha que se aproxima fue afectada por una sequía que podría hacerla caer hasta 15 % respecto del récord de 84 millones de toneladas logrado en 2005, y esto amaga con ajustar todavía más los números de los chacareros.

De todos modos, nadie prevé que vaya a producirse una baja de los valores de la tierra.

"Ahora hay un amesetamiento. Los valores detuvieron su suba pero tampoco bajan, porque se mantienen las condiciones de poca oferta de campos y, por otro lado, mermó algo la demanda", explicó Ignacio Gómez Alzaga, de la casa Alzaga Unzué.

Fitz Gerald también está lejos de pensar que pueda producirse una brusca caída de los precios de la tierra, ya que no han cambiado las condiciones que impulsaron una tendencia alcista desde la devaluación, siempre en dólares.