De la Redacción de El Litoral
Se decía antaño que los alguaciles anunciaban la llegada de la lluvia; los mismo podía pasar si se observaba una mayor cantidad de hormigas o caracoles en el jardín. Pues bien; los tiempos han cambiado y en Colastiné Norte los vecinos saben a ciencia cierta que la tormenta está en puerta porque la luz se corta. A la oscuridad sobreviene el viento y el agua: los signos modernos para predecir el tiempo no fallan.
Lo que en principio resulta jocoso es en verdad una situación que marca la realidad de vida cotidiana de miles de habitantes de la zona de la costa.
Desde la vecinal de Colastiné Norte se viene poniendo de manifiesto desde hace años el serio déficit del servicio eléctrico, y sobre todo, las consecuencias que genera la baja tensión y los reiterados cortes del servicio.
En este sentido, la exposición del problema no se circunscribe a una cuestión meramente de confort, sino al surgimiento de una diversidad de dificultades: "En la zona, la electricidad es agua (porque no hay agua corriente); cuando está el río alto, si no hay electricidad, las bombas de desagote de los terraplenes no funcionan; tampoco no se puede bombear agua para la ciudad; los centros de salud se quedan sin la cadena de frío, al igual que los comercios", comentó el Ing. Ricardo Toledo, vecino de Colastiné.
Aunque las causas pueden ser de diversa naturaleza, al menos dos aparecen ponderadas: el desfasaje entre el crecimiento urbano de la zona y el crecimiento de la estructura de servicios; y el incumplimiento de la ley provincial N° 10.742 de Electroducto.
Dicha norma regula y establece una zona de seguridad a ambos lados del eje de las líneas de transmisión para las de media tensión, por lo que corresponde que dicha zona "sea respetada, y los propietarios u ocupantes no tengan árboles, carteles, construcciones, etc. (sean privados o estatales)", comentó Toledo.
El evidente incumplimiento de la ley se puede observar al transitar la ruta provincial N° 1, donde los cables se pierden de vista en las copas de frondosos árboles.
Explicó el profesional que el área está alimentada desde Santa Fe por dos tipos de líneas: una de 13.200 voltios y otra de 33.000 voltios. La primera existe desde hace 50 años, construida para alimentar las estaciones de bombeo de obras sanitarias, cuyo fin es alimentar la ciudad con agua. Ambas se trazaron hace más de cinco décadas en la banquina de la ruta, cuando no existía el arbolado actual.
"El tema es que se fueron plantando árboles y las líneas quedaron entre medio de las frondas, por lo que cada vez que hay viento o tormenta, se corta el servicio. En baja tensión, esto se soluciona técnicamente con cables preensamblados. En media tensión, el arbolado existente a lo largo de la ruta genera inevitablemente problemas de cortes de cables y roturas de postes", agregó Toledo.
La ley 10.742 podría entrar en conflicto con lo que establece la ley provincial N° 9004, de arbolado público. Aunque para la vecinal esto no es así.
"La ley establece una zona de seguridad para las líneas de media tensión, lo que significa que dentro de la franja donde va el cableado no puede haber elementos que lo perturben. No sabemos por qué acá nadie la hizo aplicar. Hay que despejar los árboles para que dejen de producirse cortes de energía. Con esto se solucionaría gran parte del problema", agregó el Ing. Toledo.
"Esto va a seguir pasando cada vez que haya tormentas. Hay zonas donde si uno quiere tener un buen servicio eléctrico, deberá cortar o podar el arbolado", agregó.
Las definiciones de dicha norma estarían en conflicto con la ley N° 9004, en función de lo cual la EPE debe pedir autorización al Ministerio de Medio Ambiente cada vez que necesite podar o talar árboles.
Para la vecinal de Colastiné Norte, no se ha acompañado en obras la expansión de la población que tuvo la zona, lo que la ha dejado "en virtual colapso", y lo que explica los reiterados bajones de tensión del servicio eléctrico.
"Tenemos situaciones críticas los viernes, sábados y domingos, donde se triplica el consumo", expresó Antonio Yapur, aludiendo a la cantidad de personas que llegan a la zona de quintas y a camping como Foecyt, Asoem, Amsafe o UPCN, entre otros. "Todos siguen creciendo y la estructura de servicios no ha ido acompañando ese ritmo", agregó.
Con la reciente habilitación de la estación transformadora de 33.000 a 13.000 voltios, se seccionaron las áreas del servicio: un tramo llega hasta la escuela Roca (sobre la ruta 1), y otro desde allí hacia adelante, razón por la cual de ahora en más los cortes también quedarán sectorizados.
Los vecinos entienden que los cortes del servicio se solucionarían en parte haciendo cumplir la Ley de Electroducto; y la baja tensión con obras que respondan a la mayor demanda de la zona.
La vecinal
trabaja varios temas vinculados con la urbanización de la zona: falta de gas natural y agua potable; problemas en las defensas; ausencia de servicios de emergencia médica; el colapso de la ruta 1; déficit de alumbrado público; mantenimiento de los espacios públicos; riego y mantenimiento de las calles; ausencia de un cuartel de bomberos; y zonas de oscuridad en la ruta 168; entre otros.
El crecimiento
de la zona de la costa es exponencial. Según el último censo viven en Colastiné Norte cerca de 6.300 personas. Pero un reciente relevamiento de la vecinal indica que en los últimos 8 meses se instalaron 400 viviendas nuevas, sólo en el área de su competencia.