Los obreros van y vienen, subiendo elementos a un camión. Debajo de la máscara y munido de un aerosol, Sex (prefiere que no lo llamen por su nombre oficial) retoca la manga de un niño que acompaña a una mujer embarazada.
"Un minuto", pide. Se aleja unos metros de la pared, vuelve, agrega algunos rasgos en blanco y, por fin, abandona por un rato la obra.
"El niño de las pinturas" (ése es su otro apodo, el que da nombre a su sitio web: www.elninodelaspinturas.com) llegó a Santa Fe el 25 de enero y piensa retornar a su Granada natal el 15 de este mes. El motivo de su viaje: desplegar una obra de arte sobre una pared blanca, "hermosamente blanca", dice.
Hace poco tiempo, se construyó una nueva nave de la sede de Sotic SA (la fábrica ocupa tres lados: ambas calzadas de Dr. Zavalla más la cortada que cierra la calle). La blancura de una fachada muy extensa disparó en Erich Zwiener, el dueño de la fábrica, el recuerdo de Sex, a quien el empresario había conocido a través de un familiar en España.
"Cuando llegué, me di una vuelta por la fábrica, vi las máquinas que tienen, el trabajo que hacen y el aspecto social que cubren. Con eso ya me hice el lío en la cabeza, y aquí estoy, pues", dice.
El "aspecto social" está formado por varias aristas. "En la empresa trabajan tres personas con discapacidad; hay una asistente social que recorre los hogares cada dos años para ver las necesidades insatisfechas y los problemas de educación, desnutrición, habitabilidad, etcétera. También tenemos un sistema de asesoramiento jurídico gratuito. A todos los hijos menores de 5 años se les entrega dos veces por mes un bolsón preparado por una nutricionista para evitar problemas de malnutrición en esa etapa importante. A los empleados se les presta dinero -sin interés- para la compra de materiales de construcción, motos, TV. A los que no tienen el nivel primario o secundario completo, se los apoya para que lo terminen. A los fumadores que desean se les ayuda para dejar de fumar. En este mes se les entregará una ayuda escolar en materiales para la escuela a todos los niños que están cursando. Y estamos por inaugurar la Sala Sarmiento- Capacitación, con 12 pupitres", consigna Zwiener.
Árboles al lado, cristales arriba: sólo cuando llegó y vio las condiciones del lugar, Sex se largó a dibujar. "Si pintas en tu casa, pues no ves el terreno en el que vas a trabajar -explica-. Me gusta recoger unas cuantas ideas (fotografías, bocetos) y ya empiezo".
Sex fantasea con pintar algo más en las calles santafesinas. "Mi técnica la desarrollé durante 15 años, pisando mierda en los descampados. No hay teoría. Se trata de tener pintura, buscar una pared guapa y meterle", asegura.
Algunas veces, los empleados de la fábrica que van y vienen le sugieren algún aporte. "A casi todo el mundo le ha gustado", afirma.
Sin embargo, él se resiste a analizar su obra. Simplemente dice: "Esto es mi vida, es lo que hago". Prefiere no detenerse demasiado en los resultados. "Aquí hay una serie de símbolos que tienen que ver conmigo. Para mí esto tiene un rollo, pero tampoco me interesa decir: `Esto es así'. Quiero dejarlo abierto a la interpretación del que observa el trabajo", dice. Quienes se animen al desafío, pueden acercarse a Dr. Zavalla 4900.