El verdadero rostro de Shakespeare

El verdadero rostro de William Shakespeare, cuya apariencia física ha sido un misterio durante siglos, ha quedado resuelto según una investigación de la National Portrait Gallery de Londres.

Los expertos de la Galería consideraron que el verdadero rostro del autor de "Romeo y Julieta", tenía barba y un pendiente dorado, según un informe que reproduce el diario español El Mundo.

La investigación se realizó sobre seis retratos que aspiraban a representar al escritor y fueron examinados durante cuatro años con rayos X y otro tipo de pruebas científicas.

Uno de los retratos conocido como "Chandos", porque fue propiedad del duque de ese nombre, muestra a un Shakespeare en torno de los 40 años, lo que coincide con la fecha de la pintura, que está datada entre 1600 y 1610.

Otro dato a su favor es su procedencia ya que la obra fue pintada por John Taylor, un actor amigo del dramaturgo, y donada a la Galería por Lord Ellesmere en 1856. De hecho, es el primer retrato cedido al museo.

Los expertos la National Portrait Gallery fueron capaces de ver, a través de las capas de barniz y pintura que se han acumulado sobre el retrato, que el pendiente que lleva Shakespeare estaba en la obra original, aunque parte de la barba y el cabello se añadió posteriormente.

En cambio, los otros cinco resultaron ser falsos y forman parte de una gran exposición organizada por la galería londinense con motivo de su sesquicentenario, que lleva por título "Buscando a Shakespeare".

El cuadro, que pertenece a la National Portrait Gallery desde 1856, ha sido retocado varias veces en los pasados siglos. Los expertos del museo han digitalizado ahora la obra para saber cómo era originalmente.

También se expondrá al público el grabado realizado por Martin Droeshout, una de las imágenes de Shakespeare reproducidas más frecuentemente en los libros y carteles sobre el dramaturgo.

Otra famosa representación del escritor es el conocido como retrato Grafton, pintado por un artista anónimo en 1588, cuando el bardo de Stratford-upon-Avon había cumplido 24 años, cifras ambas que aparecen en una inscripción en la parte superior del cuadro.

El retrato, prestado a la galería londinense por la Biblioteca John Rylands, de Manchester, representa a un joven de cabellos castaños y ondulados y ojos grises, ataviado con una escarlata de seda o raso.

Según los especialistas de la galería, Shakespeare, que era un actor itinerante y acababa de ser padre de mellizos, además de la hija ya nacida cuando tenía 19 años, difícilmente podía permitirse un atuendo tan lujoso como el que lleva en el retrato.

Aunque la vida de Shakespeare (1564-1616) sólo se ha logrado reconstruir parcialmente, la exposición intentará también aportar nuevos datos examinando tanto a quienes fueron sus mecenas como a otros actores y dramaturgos de la época.

Resuelta esta incógnita, queda aún otra: �quién escribió sus obras? Casi cuatrocientos años después de su muerte, los estudiosos tampoco se ponen de acuerdo sobre la identidad real del autor, que atribuyen a personajes como el filósofo Francis Bacon, el famoso dramaturgo isabelino Christopher Marlowe o Edward de Vere, el conde de Oxford.