La especialización de un profesional de la Medicina en el exterior no está siempre al alcance de todos, básicamente por las exigencias requeridas para el ingreso a diferentes centros de capacitación y por los costos que ella implica.
Sin embargo, un joven cirujano general santafesino decidió intentar obtenerla porque su interés era el trasplante de hígado, un área no muy desarrollada en nuestra región. Tras ser evaluado por sus antecedentes, el Dr. Leandro Pierini, de 30 años, consiguió un contrato de trabajo (que incluye capacitación) en los máximos centros de referencia de Francia en el tema: el Hospital Paul Brousse, de París, y el Saint Eloi, de Montpellier.
En abril del año pasado, partió con su familia -su esposa, Laura, y su hija de 3 años- hacia Francia para comenzar sus tres años de capacitación. Pero "siempre con la idea de volver", aclaró, ya que pretende organizar un centro sobre trasplante hepático en la ciudad, "porque institucional y humanamente se puede encarar este emprendimiento", aseguró.
Pierini explicó que "el tema del trasplante hepático surgió por iniciativa propia, porque es una cirugía que no se hace en la ciudad ni en la región. Sólo se realiza en Rosario, pero con un cirujano de la Fundación Favaloro de Buenos Aires. La idea es tratar de que cirujanos de la zona empiecen a hacerla acá, pero para la habilitación de este tipo de servicios se requiere que un profesional cuente con un cierto número de trasplantes hechos en el exterior (alrededor de 100).
Pierini recordó que luego de recibirse de médico, hizo 5 años de residencia en Buenos Aires de Cirugía General, pero "en tercer año ya me nació la inquietud no solamente del trasplante sino de la cirugía hepática, biliar, pancreática, etc. Por eso, empecé a averiguar a partir de contactos que tengo en Santa Fe a través de mi padre (el Dr. Ángel Pierini, jefe de Cirugía del hospital Iturraspe) y en Francia sobre este tema".
También precisó que escribió cartas a diferentes servicios de Francia y Estados Unidos, a las que adjuntó su currículum (incluyendo trabajos publicados y cirugías realizadas) y una carta de motivación de esa especialización. Y las posibilidades llegaron en dos centros de cirugía hepática ubicados en las mencionadas ciudades francesas.
Agregó que "los jefes de servicio de esos centros de salud (que se denominan profesores) fueron los encargados de seleccionar a los postulantes y tuve la posibilidad de ser elegido. Empecé a trabajar a través de un contrato pagado por el gobierno de Francia y por eso recibo un sueldo. Mientras dure mi contrato también me dan la seguridad social y todos los beneficios que tiene un ciudadano. En este sentido también están muy organizados".
Pero aclaró que -durante los primeros 6 meses en París- tuvo la posibilidad de trabajar como residente en el Instituto Mutualista Mont Souri, un centro donde se hace cirugía robótica.
"Allí no hice trasplantes hepáticos, pero sí cirugías laparoscópicas de hígado, hiato y obesidad", aclaró, al tiempo que explicó que "en nuestro país no hay cirugía robótica, sólo en Estados Unidos, Francia y México. Allá, el cirujano se sienta en una consola y maneja desde allí el robot para operar al paciente".
Respecto de esta experiencia personal, el Dr. Leandro Pierini opinó que "al principio fue difícil, porque mi familia tuvo que instalarse en una casa pequeña; pero luego se adaptaron bastante bien. Se hace difícil, extrañamos mucho, pero sabemos que es algo pasajero, que después volvemos a Santa Fe. También nos da tranquilidad saber que al regresar tenemos algo para volver a empezar".
Respecto de la parte profesional, destacó que "uno gana también desde el punto de vista médico, además de familiar y humano. Los médicos se dedican exclusivamente a trabajar en un centro de salud. La medicina social (los hospitales públicos nuestros) son los centros donde realmente se hace la cirugía de alta envergadura: trasplantes, cirugías hepato-bilio-pancreáticas. Son los más avanzados en cuanto a la tecnología, además de recurso humano, a la altura de centros de Estados Unidos".
Y agregó: "Además, uno tiene acceso continuamente a la actualización. En mi oficina cuento con una computadora a través de la cual tengo acceso a las revistas de actualización de mi especialidad, la última bibliografía, o hasta puedo hablar con la universidad para que me preparen un cadáver porque voy a ir a las 6 de la tarde a operar, para aprender técnicas delicadas sobre ese cadáver".
Por último, opinó que "se aprende de la organización de los centros y no sólo desde el punto de vista técnico para la cirugía. En estos estamos un poco lejos, no desde el punto de vista médico y la formación profesional, pero sí en lo tecnológico y la accesibilidad que tiene el médico a congresos, Internet, actualización, etc.".
Mariana Rivera