La mirada interior de Amedeo Modigliani

La mirada interior con la que el pintor italiano Amedeo Modigliani retrataba el alma de sus amigos y de quienes lo rodeaban está visible en Roma, donde se ha inaugurado una exposición con cerca de cien obras del artista.

La muestra, que estará abierta en el Complejo Victoriano, bajo el monumento a Vittorio Emanuele hasta el 20 de junio, es la más completa del pintor que se ha hecho hasta ahora en Roma, ciudad en la que no ha habido ninguna retrospectiva dedicada al artista desde 1959.

La exposición se abre con un video sobre la vida de Modigliani, que recorre su estancia en Roma, pero sobre todo en París.

Después, le siguen unas fotografías en las que se pueden apreciar los amigos, las amantes, los pintores, los marchantes de arte y los intelectuales que rodearon a "Modi", el sobrenombre con el que se lo conocía y que juega con el doble sentido de la abreviatura de su apellido y el sonido de la palabra francesa maudit (maldito).

De hecho, bohemio, dandy, excéntrico, refinado, inquieto, bello y seductor son algunos de los adjetivos que se leen fácilmente en la leyenda de pintor maldito creada en torno a sí.

Reflejando el alma

Y tras las fotografías, los retratos. Si en aquéllas se puede ver cómo eran físicamente los que rodeaban al pintor, en los retratos se puede ver esa mirada interior de la que hablan los expertos y que refleja el alma de aquellos.

Un alma que no podía escapar al París bohemio de los primeros años del siglo XX, donde artistas e intelectuales se reunían en Montmartre y Montparnasse.

"El objetivo de esta amplia exposición es el de realzar el gran valor de la investigación de Modigliani en aquel clima absolutamente único formado en torno de Montmartre, primero, y de Montparnasse, después, en aquel París de principios del novecientos", explica Rudy Chiappini, comisario del evento y director del Museo de Arte Moderno de Lugano.

Así, se pueden admirar las fotografías y los retratos de su amigo, el poeta Max Jacob; de su agente y marchante, Leopold Zborowski, el primero que descubrió su talento y le dio un sueldo fijo; o de su compañera Jeanne Hebuterne.

Pero hay muchos más retratos como los de su también amigo Moise Kisling; su otro agente Paul Guillaume; y su también amante la escritora Beatrice Hustins, que despreció a Modigliani como artista, pero con el que tenía grandes discusiones intelectuales.

Dentro de la muestra también están los desnudos femeninos de Modigliani, aquellos que hicieron que la Galería Berte Weill cerrara su primera exposición personal, en 1917, porque la Policía y el público aseguraban "sentirse ultrajados por aquellos desnudos tan sensuales".

En la exposición, que cuenta también con acuarelas, dibujos y alguna escultura, se encuentran todas las obras que del artista se conservan en Italia, además de cuadros traídos de los museos públicos y las colecciones privadas que existen en Estados Unidos, Canadá, Brasil, Israel, Francia, Gran Bretaña, Suiza y España.

Antonio Lafuente- EFE