Una empresa líder en la región
Cervecería Santa Fe formalizó su programa de visitas guiadas
Los santafesinos que deseen conocer la planta de producción de la rubia bebida, de amplio consumo en toda la zona, podrán hacerlo desde ahora, acompañados por personal de la empresa. Será gratuito, tres veces a la semana, y podrán acceder mayores de 18 años.

A través de un simple llamado telefónico y la solicitud de un turno, cualquier persona que lo desee, tiene la posibilidad de conocer y recorrer la planta de elaboración de la Cervecería Santa Fe, ubicada en barrio Candioti Sur. Luego de culminar sus trabajos de actualización tecnológica y edilicia, la empresa lanzó formalmente el programa de visitas.

"En los últimos diez años, trabajamos muchísimo en tecnología, en renovar constantemente la planta, y poder tener -como decimos internamente- una máquina competitiva, luego trabajamos en la parte edilicia y cuando terminamos esto, dijimos: ahora sí tenemos la casa linda para que todos los santafesinos vengan a visitarla y se sientan parte de ella", explicó Walter Giulioni, gerente comercial de la compañía.

Para conocer el proceso de elaboración cervecero, sólo hay que llamar por teléfono y solicitar un turno. Las recorridas son gratuitas, y pueden hacerse tres días a la semana -lunes, miércoles y viernes-, aunque cabe la posibilidad de disponer algunos cambios sobre la marcha, para que nadie se quede sin visitarla.

A los fines organizativos, la empresa pretende que los recorridos se efectúen en grupos de alrededor de veinte personas, para garantizar la seguridad y el óptimo desarrollo. "En principio van a ser para mayores de 18 años, porque trabajamos con una bebida que tiene contenido alcohólico" aclaró Giulioni, y señaló que "pueden venir grupos familiares de instituciones, clubes, universidades o grupos de amigos".

El recorrido

Cuatro guías de planta se dividen los turnos para hacer las visitas a la cervecería. Cecilia Crespi y Soledad Simioni fueron las encargadas de mostrar las instalaciones y evacuar dudas al grupo de periodistas invitados.

En la primera parte del programa, los visitantes pueden observar el trabajo que se realiza en el área de laboratorios, que son tres.

El primero es el de control de calidad, donde se realizan pruebas al proceso de elaboración de la cerveza, desde las materias primas hasta el producto terminado. Allí se analizan 30 mil muestras por mes.

Los dos restantes son el laboratorio de envasado y de medio ambiente. Este último se divide en dos partes: la planta de tratamiento de aguas y la de tratamiento de desechos industriales.

En la cocina están las ollas en las que se comienzan a mezclar los ingredientes. La fábrica local tiene una capacidad de hasta 18 cocciones por día, lo que significa un millón y medio de litros de cerveza en proceso.

No obstante, este nivel es alcanzado sólo en algunos días del verano, mientras que el promedio es de 10 a 12 cocciones diarias, lo que equivale a un millón de litros.

A gran escala

Los ingredientes fundamentales para su preparación son agua, malta, lúpulo y adjuntos cerveceros. Con ellos se forma el mosto, que luego se mezcla con levadura para que de ahí empiece a tomar cuerpo la ansiada cerveza.

Para ello, las diferentes marcas que se elaboran en la planta, debe pasar por alguno de los 70 tanques destinados a la fermentación, el reposo y el almacenamiento del producto terminado.

La capacidad de cada uno oscila entre los 200 y 500 mil litros y cuando se vacían, se limpian automáticamente con agua caliente y soda cáustica, como lo requieren las normas internacionales.

En la estación de envasado se trabaja a velocidades pocas veces vista. Allí ingresan las botellas vacías apiladas en paletas, luego se seleccionan y lavan. Para que los envases de vidrio queden limpios, se efectúa un doble proceso de limpieza mecánico y químico.

Una vez inspeccionadas las botellas, se realiza el llenado en forma automática, bajo presión de gas carbónico, a través de 154 válvulas que controlan con precisión la cantidad de líquido que ingresa en cada envase. El mismo equipo, inmediatamente después del llenado, coloca las "tapitas" a una velocidad de 600 por minuto.

Luego, se realiza el proceso de pasteurización que consiste en calentar las botellas con una lluvia uniforme de agua a distintas temperaturas, para que la bebida conserve intactas sus propiedades originales como el aroma, sabor y color. Esta pasteurización brinda un período de aptitud de la cerveza de seis meses.

Luego se colocan las etiquetas en forma automatizada, y una vez que la cerveza está embotellada, cerrada, pasteurizada y etiquetada, una máquina llena automáticamente los cajones, a una velocidad de cincuenta por minuto.

Líder en Sudamérica

La empresa invirtió más de diez millones de dólares en una década, y colocó a Cervecería Santa Fe entre las plantas más modernas de Sudamérica.

Tiene una superficie de 55.000 m2, emplea a 550 personas aproximadamente, que varían dependiendo de las temporadas, ya que en verano se vende tres veces más que en invierno. En Argentina existe otra planta de la misma firma, y se encuentra en Salta, donde trabajan otros 100 empleados.

Aquí se producen las cervezas llamadas locales o nacionales, y son Santa Fe, Schneider y Córdoba. La cerveza Salta, Salta Negra, Malta y Schneider Negra, se producen en la planta ubicada en la ciudad de Salta.

En Santa Fe se elaboran dos líneas de marcas internacionales, líderes en el mercado mundial, como Budweiser y Heineken.

La primera se fabrica desde noviembre de 1996, siendo ésta la única planta en Sudamérica. Desde 2003 Santa Fe tiene la única fábrica que produce la marca Heineken en Argentina.

También se comercializan y distribuyen otras dos marcas internacionales, la cerveza Guinnes (Irlanda) y Corona (México).

En cuanto al mercado de exportación, la marca Schneider llega a Perú, Bolivia, Uruguay, Israel y Tenerife; y la marca Budweiser a Chile, Perú, Bolivia, Uruguay y Brasil.

La firma cuenta en Argentina con el 15 % del mercado cervecero, y está instalada en la provincia que dobla el consumo per cápita de cerveza del resto del país. El promedio anual es de 35 litros por persona, mientras que Santa Fe supera los 70 litros por persona.

De la Redacción de El Litoral