Quieren producir celulosa microcristalina en Santa Fe
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A punto de graduarse de ingeniero químico, Federico Yábale recibió, a fines del año pasado, una de las becas que la Fundación Nuevo Banco de Santa Fe otorgó a estudiantes avanzados que desarrollan proyectos innovadores.
La ayuda económica le permitió comenzar los estudios referidos a la Optimización del Circuito del Ácido en la Producción de Celulosa Microcristalina (Cemic), un producto que sólo puede obtenerse sometiendo un grado muy purificado de celulosa a tratamiento con ácido concentrado a alta temperatura. "La Cemic más refinada se usa como excipiente de la industria farmacéutica, como componente en la formulación de comprimidos. Nos proponemos como materia prima el linters de algodón, que es la pelusita de la semilla del algodón y que naturalmente tiene alta proporción de alfa celulosa y es un subproducto de la industria aceitera", explicó la Dra. Mirtha Maximino, quien junto al ingeniero Luis Mina dirigen el proyecto de Yábale.
La investigación del estudiante forma parte de un proyecto mayor, que desarrollan docentes-investigadores de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ).
Dentro de este marco, Yábale centra sus estudios en "las etapas del proceso de producción de la celulosa microcristalina como excipiente de medicamentos" y más particularmente en una de las instancias del proceso: la optimización de la etapa de purificación y lavado, al concluir la hidrólisis ácida. Yábale explicó que "durante el proceso de producción se genera una corriente de alta concentración ácida, que incluye al producto y se trata de encontrar la mejor opción para purificar el mismo y separarlo de dicha corriente. Por un lado, se pretende recuperar el ácido y, por otro, obtener el producto purificado, listo para convertirlo en polvo. Con la recuperación del ácido se persigue a la vez un objetivo económico y otro medioambiental, ya que se reduce el consumo por recirculación y se minimiza la carga ácida del efluente", explicó Yábale.
La Cemic tiene una variedad de usos y funciones en distintas industrias. "Cuando se dispersa el polvo adecuadamente en agua forma geles aptos para utilizarlos en la industria alimentaria, adiciona opacidad y consistencia cremosa en leche chocolatada y también controla el crecimiento cristalino del helado, entre otras cosas. La Cemic también se utiliza como aditivo no calórico en productos diet, puede incluirse en la formulación de cremas cosméticas para evitar la separación de aceites y como estabilizante en pinturas, recubrimientos de electrodos para soldaduras y auxiliar de filtración", comentó Yábale.
A pesar de su gran utilidad, la Cemic es un producto que no se fabrica en el país. "Según datos del sistema informático aduanero, durante el 2005, la importación de Cemic fue superior a 900 toneladas, con un precio unitario promedio del orden de los 5 dólares por kilo. Esto significa un negocio de 4,5 millones de dólares, y que de fabricarse en la Argentina el país ahorrará en divisas. Este mercado tiene expectativas de expansión si el precio, abastecimiento, calidad y servicio de asistencia técnica garantizan algo más que la simple provisión del producto", sostuvo el ingeniero Luis Mina.
La utilidad de la Cemic y la capacidad de producción en Santa Fe llevaron a Federico Yábale y al grupo de docentes-investigadores de la FIQ a plantearse la implementación industrial del proyecto, con una producción de 250 a 300 toneladas de Cemic al año. "En principio, nuestra intención es apuntar a la franja del mercado que incluye a los pequeños y medianos laboratorios oficiales y privados, que carecen de estructuras comerciales para la importación directa y, por lo tanto, deben pagar más por este tipo de insumos, o sencillamente no lo usan por su costo, resintiendo la calidad de los productos que elaboran", explicó Mina.
El equipo que trabaja en la implementación industrial del Cemic tiene entre sus planes instalarse en el Parque Tecnológico del Litoral Centro (PTLC). "Desde un principio, nos planteamos que la radicación industrial tiene un lugar casi insuperable, que es el PTLC. Este lugar reúne todas las características deseables, porque tiene agua abundante y de óptima calidad, gas natural, materia prima regional, recursos humanos propios y aportados por los centros de educación, investigación y desarrollo de la ciudad, una ruta troncal del Mercosur, servicios informáticos de alta velocidad, planta de tratamiento de efluentes operada por expertos y exenciones impositivas. No hay ninguna objeción para instalarse en este lugar, y se está en tratativas para poder lograrlo, más aún ahora que se cuenta con representación de la UNL dentro del directorio de la Sociedad Anónima con Participación Estatal Mayoritaria (Sapem)", manifestó el ingeniero Luis Mina.