De la redacción de El Litoral
Cuando quedan solamente 37 días para el puntapié inicial del Mundial de Alemania 2006, el país anfitrión ya está preparado para recibir a las 31 selecciones extranjeras y a millones de aficionados para participar en el más importante evento deportivo del año.
Franz Beckenbauer, el legendario y respetado "Káiser", presidente del Comité de organización de la Copa del Mundo, puede congratularse por el trabajo realizado desde que se le atribuyera al país la organización del torneo, el 6 de julio de 2000, entonces para sorpresa general en detrimento de Sudáfrica, un candidato avalado por la propia Federación Internacional (FIFA).
Han sido construidos nuevos estadios o remozados los existentes, y más allá de las polémicas sobre la seguridad en algunos de ellos, en su conjunto constituyen un lugar de ensueño para una XVIII edición de la competición que estará aún más mediatizada que las precedentes.
Alemania ha gastado 1.500 millones de euros sólo en estos trabajos, entre los que se destacan el futurista Allianz-Arena de Munich (76.000 plazas), sede del partido inaugural, y el estadio Olímpico de Berlín (66.000), donde se jugará la final.
Los doce estadios ya son operativos, a pesar del informe alarmista sobre la seguridad dado a conocer a comienzos del año por una importante asociación de defensa de los consumidores.
El ensayo general que supuso la Copa de las Confederaciones, en junio de 2005, confirmó que la organización germana, conocida por su rigidez, casi no tiene fallas.
Sin embargo, dos estadios preocupan aún a los organizadores. El de Francfort (centro-oeste), que tuvo problemas en su techo corredizo durante ese torneo, a causa del agua de lluvia acumulada, y recientemente en la Bundesliga. Y el de Nuremberg (sur), el Frankenstadion (44.000 plazas), en el que aparecieron fisuras en las tribunas debido a los festejos excesivos de algunos hinchas.
Otra preocupación de los organizadores es evitar que eventuales intrusos perturben el desarrollo de los encuentros penetrando al campo de juego, algo que ocurrió en cuatro oportunidades durante la Copa de las Confederaciones.
En lo que concierne a las infraestructuras de transportes, el gobierno alemán construyó 370 kilómetros de nuevas carreteras y modernizó la red ferroviaria.
Símbolo de estos trabajos faraónicos es la futura estación central de Berlín, ya señalada como "el más importante nudo ferroviario de Europa", que será inaugurada con toda la pompa a fines de mayo.
Mientras el país espera la llegada de unos tres millones de visitantes extranjeros, las autoridades restablecerán el control estricto en las fronteras y la OTAN sobrevolará Alemania con aviones-radares del tipo Awacs, y en el espacio aéreo sobre los estadios estará prohibido al tráfico.
Para evitar los desbordes de los "hooligans", la policía alemana realiza operativos conjuntos con sus pares holandeses y británicos, además de los polacos, cuyos hinchas ultras, poco conocidos, pueden ser tan numerosos como violentos. El servicio encargado del control del "hooliganismo" ha pasado de 13 a 130 miembros.
Además, la venta de entradas, pese a las críticas a la rigidez del sistema y el excesivo número de éstas reservado para patrocinadores y federaciones en lugar de hacerlo para los "verdaderos" aficionados, ha sido exitoso.
Pero lo más importante es que el Mundial 2006 se anuncia como un éxito deportivo, con el Brasil de Ronaldinho, la Argentina de Hernán Crespo, la Holanda de Ruud Van Nistelrooy, la Inglaterra de David Beckham y la Francia de Zinedine Zidane.
Los más contrariados parecen ser los hinchas de la "Mannschaft" ya que, a causa de sus magros desempeños, sólo el 12,7% de los alemanes cree que el equipo de Jurgen Klinsmann puede ganar la final del 9 de julio.
El entrenador del seleccionado argentino José Pekerman arribó ayer a España junto con su colaborador Hugo Tocalli para reunirse con algunos de los futbolistas que tienen posibilidades de integrar el plantel argentino que jugará el Mundial de Alemania 2006.
En Madrid, el director técnico se juntará con aquellos futbolistas que no tengan compromisos con sus respectivos clubes para analizar videos sobre los rivales que les tocará enfrentar en la primera ronda de la cita ecuménica y mantener un contacto personalizado con cada uno de ellos.
En esa ciudad, el tres veces campeón mundial con los seleccionados juveniles argentinos tendría la posibilidad de comunicarles la agradable noticia de la inclusión en la nómina de 23 jugadores a varios de los que se desempeñan en las diversas ligas europeas.
En tanto, el juvenil argentino Lionel Messi quedó con muy pocas chances de jugar la final de la Liga de Campeones y, si se vuelve a apresurar, también podrá quedarse "sin el mundial" de Alemania, advirtió un médico del Barcelona.
"Si se precipita, se queda sin mundial", dijo la fuente médica del Barcelona al diario El País, de Madrid, y agregó que Messi "tiene apenas un dos por ciento" de chances de jugar la final de Liga de Campeones ante Arsenal, el 17 de mayo en París.
"El Barsa cuida a Messi porque sabe que está triste: no jugará en París y eso duele", dice a su vez la crónica de El País que reprodujo Ansa, bajo el título: "Los médicos de Barcelona, convencidos de que Messi no jugará en París".