Caso Clearstream: tambalea cúpula del gobierno francés
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AFP
"Cada día que pasa, sale a la luz un aspecto nuevo de esta increíble telenovela: ni siquiera en los libros de John Le Carré los espías toman notas, los jueces ocultan la identidad de sus informantes a los otros magistrados o los responsables políticos se tropiezan tanto en sus explicaciones", asegura el editorial de hoy del diario Liberation.
Mientras se multiplican los registros en casas de sospechosos, los encuentros secretos entre políticos, las críticas cruzadas y los nuevos actores de esta trama, dos jueces, conocidos por su tenacidad, intentan aclarar este asunto.
El caso Clearstream, un simple escándalo financiero que resultó ser falso, se ha convertido en una crisis política en Francia, en una maraña de rumores e intrigas tras las cuales podría esconderse el insaciable afán de poder de cara a los comicios presidenciales.
Esta mañana, el presidente Jacques Chirac volvía a ser primera página de todos los diarios franceses. Con gesto severo y envejecido, el jefe de Estado, de 73 años, se ha visto inevitablemente salpicado por este escándalo.
El mandatario tuvo que desmentir en varias ocasiones que ordenara investigar a políticos cuyos nombres estaban en una lista de supuestos titulares de cuentas bancarias en Luxemburgo, vía la sociedad francesa Clearstream, cuyo dinero procedía de comisiones ilegales recibidas tras una venta de fragatas a Taiwan en 1991.
La lista, cuya falsedad quedó demostrada, fue enviada a un juez en 2004 y entre los nombres estaba el del titular de Interior, Nicolas Sarkozy, rival personal de Chirac y Villepin, pese a pertenecer los tres al mismo partido, la UMP (derecha en el poder).
Los jueces intentan aclarar quién y por qué fabricó esta lista y quiénes son realmente los artífices del escándalo y los que realmente lo padecen.
Mientras tanto, la cúpula del gobierno se tambalea: los rumores de una dimisión de Villepin no cesan e incluso Sarkozy se pregunta si "quedarse o marcharse", mientras sus adversarios dudan cada día más de su papel de víctima en esta historia.
Según las declaraciones y las notas confiscadas al ex responsable de los servicios secretos, el general Philippe Rondot, Villepin ordenó que se investigara a Sarkozy tras recibir instrucciones de Chirac.
Allegados de Rondot afirmaron hoy que Chirac y el ex espía se han reunido recientemente.
El ex agente secreto, de reputación impecable y conocido por haber capturado al terrorista venezolano Carlos en 1994 en Sudán, ha comprometido de forma involuntaria al presidente y primer ministro en este asunto debido a las notas que tomaba durante sus reuniones.
"Confirmación de la voluntad de NS (Sarkozy) de pulverizar a D de V (Villepin)", escribió Rondot en 2005, mostrando la rivalidad entre ambos dirigentes.
En otra de sus notas, Rondot escribió una frase pronunciada por Villepin: "Si el presidente y yo aparecemos (en este asunto), estamos perdidos". "Proteger al presidente" "Riesgo de que el presidente se vea afectado", insistía el ex agente secreto en sus apuntes.
Esta mañana, el domicilio de un informático vinculado con los servicios secretos fue de nuevo registrado y el juez que recibió la famosa lista es objeto de una investigación interna por comportamiento poco ortodoxo.
Al parecer, el magistrado Renaud Van Ruymbeke podría haber organizado con su informante, supuestamente el empresario Jean Louis Gergorin, la entrega de estas listas, hipótesis que ambos niegan.
Para la prensa, Van Ruymbeke es el primer chivo expiatorio de este escándalo y el gobierno se "divierte encendiendo fuegos" para desviar la atención del incendio principal, que ocurre en el seno del Estado.