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Los cisnes, símbolo de fidelidad y amor eterno, son en realidad perfectos "donjuanes" que regularmente abandonan sus nidos "maritales" en busca de relaciones sexuales extraconyugales, según un estudio australiano dado a conocer este miércoles.
Análisis de ADN pusieron de manifiesto cómo uno de cada seis pequeños cisnes es producto de una relación ilícita, acabando así con el mito de la monogamia de esta especie de aves.
Un grupo de investigadores del departamento de Zoología de la universidad de Melbourne intenta establecer cómo las hembras logran abandonar el nido en busca de nuevos "amantes", escapando al control de sus machos, famosos por su carácter protector.
"Los cisnes han sido considerados durante mucho tiempo como un símbolo de fidelidad, devoción y amor eterno, pero nuestro trabajo ha puesto de manifiesto que la infidelidad es algo común entre los cines negros", declaró a la AFP Raul Mulder, responsable del equipo de investigadores, que disponen para cumplir su misión de tres años y un presupuesto de 149.000 dólares.
Mulder explicó que las pruebas de paternidad basadas en estudios de ADN dieron como resultado la existencia de actividad extraconyugal entre los cisnes, si bien el científico reconoció desconocer cómo se llevan a cabo los encuentros ilícitos.
Para esclarecer este punto, los investigadores colocaron unos pequeños microprocesadores en las plumas de las colas de 60 cisnes machos del lago del Albert Park de Melbourne.
A las hembras, por su parte, se les instaló un identificador de posición en miniatura que los científicos denominaron "decodificador".
"Cuando copulan un macho y una hembra, el decodificador detecta el microprocesador implantado en las plumas de la cola del macho, grabando la identidad de este último así como la hora en que se produjo" el contacto sexual, especificó Mulder.
"Todos los momentos de apareamiento quedan grabados en la unidad decodificadora, de forma que se tenga constancia del comportamiento de las hembras durante varias semanas cuando uno de los cisnes vuelva a ser capturado", agregó el experto.
Mulder precisó que el estudio se centró en los cisnes negros porque son lo suficientemente grandes como para poder llevar el decodificador y, además, son más comunes y numerosos que sus "primos" blancos.
Otro de los objetivos de la investigación, además de analizar la actividad sexual de los cisnes es analizar las sofisticadas formas de apareamiento que realizan las hembras de otras especies de aves y pájaros, añadió el científico.
De esta forma, el estudio podría revelar los modos en que las hembras intentan procrear lo mejor posible eligiendo de sus parejas los que tienen mejores genes, finalizó.
AFP