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Los excéntricos antepasados ingleses de Borges

 Detalle de un manuscrito de Jorge Luis Borges junto a un abrecartas, los cuales forman parte de la muestra "Imágenes y manuscritos de Borges".. 

Clan de intelectuales. Un libro revela que los cultivados y hasta ahora ignotos antepasados ingleses de Jorge Luis Borges pergeñaron una especie de "mandato familiar" que lo empujó al mundo de las letras. Una pasión que lo mantuvo vivo hasta hace 20 años, cuando un 14 de junio fallecía lejos de su tierra. textos de Natalia Kidd. fotos de EFE Reportajes y El Litoral.

Borges lo ignoraba. O, al menos, no conocía al detalle su árbol genealógico, en especial, la rama inglesa. De haberlo sabido, seguramente el genial literato argentino, que nació en Buenos Aires el 24 de agosto de 1899 y falleció en Ginebra el 14 de junio de 1986, hubiese inmortalizado en sus relatos a sus curiosos ancestros.

Un doctor de insanos que fundó su propio manicomio, una escritora de best sellers victorianos y un antropólogo anticuario que coleccionaba cráneos y esqueletos son parte de esta "dinastía intelectual", cuya genealogía fue reconstruida por el investigador argentino Martín Hadis.

"�Qué hubiera hecho Borges con todo esto? �Qué poemas hubiera escrito? Con todo este material, con la imaginación que él tenía y la importancia que le daba a los antepasados, qué no hubiera escrito", dice Hadis, autor de "Literatos y excéntricos. Los ancestros ingleses de Jorge Luis Borges", que acaba de salir a la venta en la Argentina.

El creador de "Ficciones", que aprendió a hablar en inglés antes que en español, sabía apenas que la anglofilia le venía de su abuela paterna, Frances Anne "Fanny" Haslam, nacida en Staffordshire (Reino Unido) en 1842.

La investigación de Hadis permitió descubrir que Frances se había criado entre metodistas eruditos y que, al emigrar a la Argentina, entre 1866 y 1869, se propuso refundar ese clan de intelectuales, primero, con su hijo Jorge Guillermo Borges (1874-1938) y, después, con su célebre nieto.

El tatarabuelo de Borges e iniciador de esta estirpe, William Haslam (1768-1839), era un pastor metodista nacido en Bolton (condado inglés de Lancashire).

El reverendo Haslam tenía un asombroso parecido con su futuro descendiente: amaba profundamente los libros, le gustaba dar largas caminatas, era sumamente erudito y padecía una ceguera hereditaria.

El del metodismo no es un detalle menor en la constitución de este linaje. El movimiento religioso fundado en el siglo XVIII por John Wesley le daba un alto valor a los libros como medio para la formación de los cristianos. Así, el metodismo se convirtió en una verdadera "máquina editorial", con puntos de distribución en toda Inglaterra.

Los seis hijos del reverendo Haslam

El reverendo Haslam tuvo seis hijos, cuatro varones y dos mujeres, la mayor de las cuales, Elizabeth, se casó con Joseph Barnard Davis, un médico que armó en su casa una colección de 1.700 cráneos y publicó dos libros sobre el estudio de los cráneos humanos de diversas razas.

El mayor de los hijos varones de William Haslam fue John, un maestro que, por "problemas pecuniarios", huyó a Estados Unidos, donde murió asesinado en misteriosas circunstancias.

El tercer hijo fue William C., un director de escuela que se casó con Mary Eleanora Allbut, integrante de un clan de libreros que editaba textos de metodistas.

La cuarta es Marianne, una pedagoga que fundó la "Revista para la madre británica" y alcanzó fama con su "Guía práctica para la madre sobre la formación temprana de sus hijos con instrucciones para la educación física, intelectual y moral", que vendió 20.000 ejemplares, un verdadero "éxito editorial" para la época.

Entre otros consejos, la experta prevenía a las madres protestantes respecto de las profesoras de Francés católicas, por el "peligro" que éstas representaban para la "integridad religiosa" de los niños.

Su obituario señalaba que murió por una enfermedad definida como "reblandecimiento de cerebro causado por el uso excesivo de ese órgano". En otras palabras, para los médicos feneció "por pensar demasiado...".

Marianne estaba casada con John Bakewell, escritor, predicador e hijo de Thomas Bakewell, poeta, fundador de un asilo para lunáticos y autor de una excéntrica "guía doméstica" para el tratamiento de la locura, en la que recomendaba -entre otras cosas- evitar "las pasiones sexuales demasiado fuertes" o la "retención de la orina", porque entendía que una de las causas de la insania era el "flujo excesivo de sangre al cerebro".

El quinto hijo fue Samuel, que murió joven, y el sexto fue el bisabuelo de Borges, cuyo nombre de pila, Edward Young, le viene del nombre completo de un poeta inglés muy famoso entre los metodistas.

Un mandato familiar

El reverendo Haslam había decidido bautizar a su hijo menor con el nombre de un escritor, una forma implícita de imponerle un destino literario.

Lo curioso es que Borges sabía -al menos, de forma intuitiva- de este mandato. "Borges decía que, cuando su padre se quedó ciego, quedó claro que el destino literario que su padre no iba a poder realizar iba a tener que realizarlo él. Había un mandato familiar", apunta Hadis.

Edward Young Haslam (1808-1878), nacido en Newcastle (condado de Northumberland), era director de una escuela, estudioso de la literatura inglesa y se había doctorado en Filosofía y Artes Liberales en la Universidad de Heidelberg (Alemania).

Tuvo dos hijas: Caroline, casada con un empresario ítalo-judío que se radicó en la Argentina; y Frances, la abuela de Borges, quien le inculcó a su nieto la pasión por la lengua y la literatura inglesas.

Las características de este grupo de intelectuales ingleses del siglo XIX quedaron plasmadas en la obra y el pensamiento del célebre escritor argentino, herencia que no siempre fue bien comprendida por sus compatriotas.

Un conservador anarquista

"Ciertas cosas dejaban perplejos a sus contemporáneos, como el hecho de que Borges amaba a la literatura, pero la música y otras artes no le interesaban en lo más mínimo. Eso es algo típico de la intelectualidad inglesa, sobre todo de sesgo evangélico", explica Hadis, quien estudió informática en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, lingüística y literatura en Harvard y es coautor del libro "Borges profesor" (2000).

Otro aspecto de la personalidad de Borges, heredado de la intelectualidad inglesa, era su posición política, muy extraña para los argentinos. "Por un lado, era conservador y, por otro, un anarquista. Eso era exasperante en Argentina. Pero para la intelectualidad inglesa, ser revolucionario y conservador al mismo tiempo era típico en el siglo XIX: todo tiene que cambiar de fondo, pero con el tiempo, algo así como el socialismo fabiano", concluye el investigador.

Orígenes

La ciudad de Longton fue una de las seis urbes de la región inglesa que componían las "Potteries" -alfarerías, en castellano-, ubicadas 220 kilómetros al norte de Londres. Allí se instaló la familia Haslam durante tres generaciones, entre los años 1799 y 1870. El escritor Jorge Luis Borges es descendiente de esa rama de la familia Haslam.

Antepasados

Edward Young Haslam (1808-1878), bisabuelo de Jorge Luis Borges, nació en Newcastle (condado de Northumberland), Inglaterra. Era maestro, estudioso de la literatura inglesa y asistió a la universidad de Heidelberg (Alemania).

En tanto, la abuela paterna de Borges, Frances Anne, "Fanny" Haslam, había nacido en Staffordshire (Reino Unido) en 1842; fue la madre de Jorge Guillermo, padre de Jorge Luis. Su hermana mayor, Caroline, se casó con un empresario ítalo-judío, y se radicaron en la ciudad de Paraná, provincia de Entre Ríos, donde tenían prósperos emprendimientos.

Literatos

Una investigación revela que los antepasados ingleses de Borges pergeñaron una especie de mandato familiar, que lo llevó a meterse de lleno en el universo de la literatura. Esta herencia provenía de la familia Haslam, cuya genealogía fue reconstruida por Martín Hadis, autor de la investigación "Literatos y excéntricos. Los ancestros ingleses de Jorge Luis Borges".

Entre literatura y proctología

INQUISICIONES SOBRE UN CREADOR

"Borges no dejaba de puntualizar que las opiniones en general y las opiniones políticas en particular (la doxa que tanto despreciaba Platón) suelen ser lo más superficial que puede expresar un escritor. Norman Mailer, con esa frontalidad norteamericana que la flema y el pudor británicos de Borges no hubieran consentido, hablaba del autor de Ficciones y su filiación política en términos más tajantes: "Está bien, es un conservador, pero... No soporto pensar en un escritor en términos políticos. Y menos en primer lugar. Es lo mismo que pensar en alguien y empezar por el ano (...)". (Pontificaciones - Conversaciones con Norman Mailer. Celtia, 1983, p. 199).

Gran parte de la crítica argentina, a estar por la definición de Mailer, adhería (y, aun con reservas, adhiere) al ejercicio de la proctología en mucha mayor medida que al análisis textual.

Pero hay una frase deslizada por Borges en un reportaje que Horacio Salas le efectuara en 1985: "Y yo soy un hombre ético. Creo". Al cabo de tanto enfrentamiento y encono inútiles, parece una buena definición de Borges como ciudadano.

(*) Fragmento del texto publicado en "Más memorias de Borges" (http://letras-uruguay.espaciolatino.com)