Gobiernos peronistas y radicales apelaron desde mediados de los '80 a reformas constitucionales para prolongar sus mandatos a través de cláusulas que permiten la reelección y que, en realidad, responden más a los intereses y ambiciones de los políticos que a las proclamadas necesidades de la gente.

Así, en la Argentina, cuya Constitución Nacional fue reformada en 1994, veinte de las veintitrés provincias que conforman la Nación modificaron también sus textos fundamentales, lo que permite a un mismo partido político mantener el control ejecutivo durante plazos mínimos de ocho años o más, según las interpretaciones que cada estado dé a las cláusulas constitucionales.

Por ejemplo, en Salta el gobernador Juan Carlos Romero lleva adelante su tercer mandato consecutivo dado que cuando se reformó la Constitución provincial y se habilitó la reelección por un solo período seguido se acordó no contar como primera gestión la que cumplía en 1998 al momento de los cambios.

De hecho, el caso de Romero no es el único sino que, según recordó el abogado constitucionalista Gregorio Badeni, "el primero que lo hizo fue (el radical Eduardo) Angeloz en Córdoba, que logró su reelección y consideró su mandato al margen y fue doce años gobernador. Eso marca la pauta de que los que propician las reformas son los gobernadores en ejercicio del cargo, que saben que cuentan con el aval de la clase política para su objetivo".

Además, remarcó que "un solo caso que proyectó una reforma fue rechazado. Fue en Buenos Aires cuando (el peronista Antonio) Cafiero convocó a referéndum de reforma constitucional y la gente lo rechazó, aunque en 1994, (otro justicialista, Eduardo) Duhalde consiguió la reforma".

En 2006, de cara a los comicios generales previstos para octubre de 2007, dos provincias reformaron sus constituciones (Neuquén en febrero y Tucumán en junio) las que también incorporaron a los textos la posibilidad de la reelección. Asimismo, otros Estados como Jujuy y Corrientes anunciaron su intención de apelar una vez más al recurso reformista.

Consultado sobre la apetencia electoral que lleva a modificar los textos legales, Badeni dijo que "el grueso de las reformas constitucionales desde 1983 respondió a fines de política agonal y no de política arquitectónica, es decir impulsadas por intereses de sectores políticos y no de la sociedad. Sugestivamente todas las reformas fueron propiciadas por gobiernos con apoyo político", sostuvo Badeni, aunque advirtió que "el pueblo es el principal responsable de esto, porque se convoca a elecciones y el pueblo vota por los grupos políticos la reforma. Cuando se reformó en 1994 la Constitución Nacional, el 75 por ciento de los ciudadanos votó luego por partidos políticos que invocan la reforma de la Constitución provincial. Una de las características que hace a la esencia de la república es la renovación permanente de los funcionarios públicos, que en algún momento tienen que volver al pueblo, a la vida privada y después, en todo caso, podrán retornar al poder".