De la redacción de El Litoral-Télam
El actor Roberto Carnaghi, quien anima una de las más oscuras criaturas que atraviesan la trama de la telenovela "Montecristo" (Telefé), sostuvo que el suceso del programa "es una alegría que impide descalificar al público de televisión".
"La televisión también puede enseñar y ayudar a levantar la puntería para no apostar sólo a lo peor, a lo masivo, a lo fácil", resaltó Carnaghi en diálogo con Télam.
El intérprete que en ese medio trabajó, entre otros, con Tato Bores y Antonio Gasalla, consideró que "en TV no se puede hacer algo puramente cultural y tiene que haber de todo pero sin arruinar al público porque, lamentablemente, si al televidente le das mierda, come mierda".
Convencido de que "Montecristo" está apostando a una propuesta que constituye "un hermoso trabajo que nos tiene a todos muy contentos", porque, subrayó, "no sólo estamos haciendo un teleteatro sino que estamos generando cosas".
"La magia de la TV que se mete en todas las casas -opinó- hace que algunos de los temas que se tocan en el programa hayan generado más llamados de jóvenes a las Abuelas de Plaza de Mayo y también de mujeres hacia las entidades que se ocupan de las mujeres golpeadas".
Egresado en 1966 de la Escuela Nacional de Arte Dramático, el intérprete ostenta un recorrido con más de 60 presencias en obras teatrales y participación en una treintena de filmes. Algunos de los títulos que animó sobre tablas fueron "Sacco y Vanzetti", "Así es la vida", "Ricardo III", "El jardín de los cerezos", "Ya nadie recuerda a Frederic Chopin", "La cena de los tontos" y "El señor Puntila y su criado Mati", entre otros.
En la pantalla grande, en tanto, tomó parte, por citar sólo algunos títulos, en "Elsa & Fred", "De eso no se habla" y "Sol de Otoño", entre otras.
Su profusa y reconocida labor en televisión suma ahora, al asumir el rol de Lisandro, un represor que integró los grupos de tarea durante la dictadura, un nuevo desafío saldado con solvencia.
"El personaje que me ha tocado pensé que iba a estar bueno pero no tanto, y siento que sigue creciendo gracias a esos matices que le encontraron los autores (Adriana Lorenzón y Marcelo Camaño) y que yo trato de explotar", indicó.
Pese a la perversa criatura que encarna, Carnaghi destacó que "a los autores y a mí nos interesó abordar los grises y así romper con el previsible perfil del malo que, a esta altura, ya no le interesa a nadie".
En esa línea de razonamiento y acción, el actor reflexionó que "aunque el personaje en cuestión cometa actos malísimos, igual puede ser agradable y contar chistes. Uno podría pensar que un represor tiene que ser un animal y aquí vale aclarar que los animales no torturan".
El diseño de los personajes y las situaciones quizá expliquen el andar de "Montecristo" en una televisión en donde, aclaró con conocimiento de causa, "el gran problema es que todo se hace para ayer".
"Sin embargo cuando vos podés conocer la historia, charlar y ensayar, como hacemos en `Montecristo' y antes me pasó con `La niñera', las cosas funcionan de otro modo", comparó.
Carnaghi relató que esa mecánica aplicada al espacio ideado por Claudio Villarruel y Bernarda Llorente, "obliga a trabajar más, a hacer un esfuerzo mayor" y que nada de ello garantiza el éxito, pero enseguida dijo que "al margen del rating y la repercusión, uno tiene la satisfacción de estar haciendo el trabajo de la mejor manera posible".
Consultado acerca del impacto de audiencia que acompaña a la tira estelarizada por Pablo Echarri, Paola Krum y Joaquín Furriel, reflexionó que "el rating reconforta y, además, uno es consciente que si el programa está por debajo de los dos dígitos atenta contra el negocio que es la TV".
"Para mí como actor, el ideal es hacer un programa que compita porque de ese modo hay trabajo para todos", comentó antes de lamentar el poco tiempo de aire que tuvo la fallida comedia "Gladiadores de Pompeya" en Canal 9.
Por si semejante esfuerzo no bastara para completar su presente laboral, Carnaghi se apresta a encarnar a Closter para el estreno de "Rey Lear", con dirección de Jorge Lavelli, en el Teatro General San Martín.