El escolta Dwyane Wade con 36 puntos, incluidos cuatro en los últimos 26 segundos, encabezó el ataque de los Heat de Miami para vencer por 95 a 92 a los Mavericks de Dallas y el sexto partido de las Finales de la NBA que ganaron por 4-2 al mejor de siete.
El título fue el primero en la historia del equipo en lo que también fue su primera participación en las Finales desde que llegó hace 18 años a la competición de la NBA.
Wade, que anotó 10 de 18 tiros de campo y 16 de 21 desde la línea de personal, también aportó 10 rebotes, con cinco asistencias, cuatro recuperaciones de balón y tres tapones, siendo sin discusión el Jugador Más Valioso (MVP) de las Finales.
Junto a Wade, el alero Udonis Haslem aportó 17 puntos con 10 rebotes, mientras que Antoine Walker consiguió 14 tantos y también capturó 11 balones bajo los aros para ser también decisivos en el triunfo de los Heat.
Lo mismo que el pivote reserva Alonzo Mourning, que en 14 minutos, aportó ocho puntos (3 de 4 tiros de campo y 2 de 3 desde la línea de personal), con seis rebotes y cinco tapones, siendo el sustituto perfecto cuando O'Neal tuvo problemas con las personales.
O'Neal, que ganó su cuarto título como profesional con dos equipos diferentes, no tuvo su mejor noche y se quedó con sólo nueve puntos, 12 rebotes y un tapón.
La aportación del reserva James Posey, con seis puntos, incluido un triple decisivo en el cuarto período, confirmó el gran trabajo de equipo que realizaron los Heat bajo la dirección de Wade.
Por los Mavericks, el alero alemán Dirk Nowitzki con 29 puntos y 15 rebotes fue de nuevo el líder que no pudo superar en los momentos decisivos las genialidades de Wade, la nueva estrella de la NBA.
El base Jason Terry aportó 16 puntos; el alero Josh Howard logró 14 tantos con 12 rebotes y los reservas Jerry Stackhouse y Marquis Daniels lograron 12 anotaciones cada uno.
Los Heat consiguieron un 44,9 por ciento de acierto en los tiros de campo y 56 rebotes por el 37,0 y 50, respectivamente, para los Mavericks, que en la primera parte llegaron a tener 10 puntos de ventaja con un parcial de 36-46.
Pero los Heat reaccionaron con su mejor juego de equipo para una racha de 13-2 que iba a cambiar la historia del partido al irse al descanso con la ventaja parcial de 49-48.
A partir de ese momento, los Heat nunca perdieron la ventaja hasta que con 7:01 minutos para concluir el partido, los Mavericks lograron el empate a 79-79.
De nuevo, surgió el jugador sorpresa para los Heat y fue Posey que con 3:41 por jugarse iba a encestar un triple demoledor que le dio a los Heat la ventaja parcial de 87-81 para ser la decisiva.
Los Mavericks con un triple de Stackhouse cuando faltaban 1:04 minutos consiguieron acercarse a un punto (88-89), pero fue lo máximo que lograron porque Posey y Haslem respondieron con canastas que les mantuvieron arriba en el marcador hasta que surgió la figura de Wade para sentenciar desde la línea de personal. .
Los Heat se convirtieron en el tercer equipo en la historia de las Finales de la NBA que después de haber perdido los dos primeros partidos de la serie luego lograron el título de campeones.
El veterano entrenador Pat Riley vio cumplido su sueño de conseguir un nuevo anillo de campeón de liga con un nuevo equipo, los Heat de Miami, de sólo 18 años de historia en la NBA.
Riley, que disputó su novena final y ha ganado cinco, cuatro con Los Angeles Lakers de la dinastía de Magic Johnson y Kareem Abdul Jabbar, se reivindicó después de haberle quedado la frustración de la derrota por 4-3 en las finales de 1994 ante los Rockets de Houston cuando dirigía a los Knicks de Nueva York.
"Es el triunfo más importante de mi carrera, porque es el que más significa en cuanto a la gran confianza que tenía en el equipo", declaró Riley. "Siempre quise participar en este proyecto de hacer campeón a los Heat y lo hemos logrado. Habíamos estado a las puertas del título en varias oportunidades y no pudimos conseguirlo, pero ahora todo ha quedado en su lugar al demostrar que sí somos un equipo campeón", agregó.
"Es cierto que Wade está ya en otro nivel muy superior con su juego, pero sin Shaq no hubiésemos podido lograr el gran objetivo y tampoco sin el apoyo del resto de los jugadores que llegaron a nuestra plantilla", explicó Riley.
"Ahora ya puedo descansar y estar tranquilo por haber cumplido con la misión y además también que otros jugadores veteranos que llegaron al equipo para ayudarnos también se sientan felices de haber realizado el sueño de su carrera", expresó el coach.
"Hemos tenido que hacer grandes sacrificios a nivel familiar y de decisiones que no siempre fueron bien recibidas por los aficionados y las críticas", valoró Riley, en referencia al volver a sentarle en banquillo y sacar a Van Gundy del cargo.
"Nuestra defensa fue la clave durante toda la fase final del campeonato y especialmente esta noche cuando logramos el triunfo decisivo", agregó Riley. "Nos vamos con la misión cumplida".
De la Redacción de El Litoral