Desde hace seis años

Laboratorio de la UTN controla la seguridad de artefactos eléctricos

Según los expertos de la FRSF, cuando empezaron los ensayos, de 10 productos que entraban al país, 6 no los pasaban. Actualmente, de 100 productos que entran al laboratorio, 98 salen con resultado satisfactorio. Foto: Prensa FRSF. 

En la FRSF se realiza el 10 % de los ensayos sobre riesgo eléctrico del país y se brindan servicios a más de 50 firmas de Argentina, así como de Italia, Francia, EE.UU., México, Brasil y China. De allí envían los productos para su control antes de salir al mercado.

Prensa FRSF-El Litoral

Cada año es mayor la cantidad de artefactos eléctricos que se prueban con el fin de corroborar la seguridad eléctrica. Este año, aumentó, con respecto a igual período del año anterior, en aproximadamente un ciento por ciento la cantidad de ensayos y, como dato importante, cada vez son más los que superan dichas pruebas.

El dato fue confirmado por el Ing. César Maragno, responsable del Área de Calidad del Laboratorio de Mediciones y Ensayos (Lamyen) de la Universidad Tecnológica, Facultad Regional Santa Fe.

En la FRSF hace seis años se viene realizando este tipo de ensayos, que sirven para certificar la seguridad eléctrica de los aparatos. El Laboratorio está acreditado por el Organismo Argentino de Acreditación (OAA) para evaluar electrodomésticos y similares, equipamiento para oficinas, aparatos electrónicos y de entretenimientos, herramientas eléctricas operadas a mano (portátiles), herramientas eléctricas semifijas, herramientas manuales para trabajo con tensión de hasta 1.000 Vca y 1.500 Vcc.

En su rubro, el Lamyen fue el primer laboratorio universitario en el país acreditado por el OAA.

"En el año 2005 realizamos 370 ensayos, a razón de más uno por día. Este año estamos en 170 en 4 meses con lo cual estaríamos en los 500 ensayos al año", precisó el Ing. César Maragno.

El Laboratorio de Mediciones y Ensayos de la Regional Santa Fe funciona en el Departamento Electrotecnia y está catalogado en el país como el tercero en volumen de ensayos que realiza sobre riesgo eléctrico.

Según el Ing. Maragno, en dicho laboratorio se realiza, aproximadamente, "el 10 % de todos los ensayos del país y se brindan servicios a más de 50 firmas diferentes de Argentina y Sudamérica". Allí ensayan los electrodomésticos comercializados por las empresas más importantes del país provenientes de Italia, Francia, EE.UU., México, entre otros.

"También trabajamos con empresas como Black & Decker, The Wall y otras de renombre internacional, que fabrican en Brasil, China y otros países. Ellos nos envían los productos para que les realicemos los ensayos de seguridad eléctrica antes de salir al mercado. Todos los reportes van en forma directa al fabricante o distribuidor con copia al Organismo de Certificación. Además, nos solicitan que les reenviemos los productos así como quedan después de los ensayos, porque ellos los vuelven a inspeccionar para detectar dónde está la falla, si es que hubo alguna", comentó Maragno.

Cambio de rumbo

Según los especialistas en seguridad eléctrica de la FRSF, la Resolución 92/98 de la ex Secretaría de Industria, Comercio y Minería de la República Argentina cambió radicalmente la calidad de los electrodomésticos comercializados. "Cuando empezamos a ensayar en el año 2000, analizábamos los productos importados de Oriente. Más o menos, de 10 productos que entraban al país, 6 no pasaban los ensayos de seguridad eléctrica -aclaran-. Ahora esto se invirtió y, de 100 productos que entran al laboratorio, 98 salen con resultado satisfactorio de los ensayos".

Para los profesionales, esto indica que las grandes cadenas de fabricantes e importadores de electrodomésticos "se han concientizado de la obligación de cumplir una ley en función de la resolución que establece que todos los productos deben ser seguros. Si no, no los pueden comercializar".

Dicha normativa exige básicamente que los fabricantes, importadores, distribuidores, mayoristas y minoristas de los artefactos electrodomésticos, herramientas eléctricas, aparatos o materiales eléctricos y electrónicos deberán hacer certificar "mediante un Ensayo de Certificación de Tipo, exigir la certificación del cumplimiento de los requisitos esenciales de seguridad eléctrica para luego poder comercializarlos en el país".

Todos los años se hacen dos grandes ferias de electrodomésticos en Oriente, donde los comercializadores del país seleccionan los productos y solicitan enviar muestras de cada uno: dichos artefactos son enviados a los laboratorios como testigos. Allí los ensayan y, en función del reporte, las operaciones de importación se concretan o no.

Los especialistas de la UTN explicaron que, en los últimos años, el desarrollo y crecimiento de nuevas tecnologías y una mayor concientización sobre normas de seguridad eléctrica han motivado la atención de la comunidad sobre los productos que se comercializan. Así, comienzan a exigirse estándares mínimos de seguridad a partir de procedimientos de certificación, de cumplimiento obligatorio, los cuales tienen por objeto principal garantizar la integridad física de usuarios, generalmente inexpertos en materia de seguridad eléctrica".

Reconocimientos del Lamyen

El mismo fue acreditado por el Organismo Argentino de Acreditación (OAA). Fue reconocido además por la Dirección Nacional de Comercio Interior Lealtad Comercial (Disposición 34/2001), por el Instituto Argentino de Racionalización de Materiales (IRAM) y por el Organismo Certificador Bureau Veritas Argentina.

El proceso de aprobación

En el Lamyen, una vez ejecutados los trabajos se emiten reportes de ensayos (Test Report). El original se envía al comitente y una copia al Organismo de Certificación actuante o interviniente (a saber, Iram, Bureau Veritas, Net Connection, entre otros). Estos organismos son los que emiten un sello que se adosa al electrodoméstico, y junto con el sello de la Dirección de Lealtad Comercial del país, certifican la seguridad eléctrica del producto.

En un ensayo completo, por ejemplo de una plancha o heladera, se deben seguir normas que poseen más de 30 ítem, con algunos subítems de 25 capítulos cada uno de ellos. Esto varía según el producto y, en el mejor de los casos, se pueden llegar a realizar 90 ensayos o verificaciones para determinar la seguridad eléctrica de un artefacto.

El director del Laboratorio, Ing. Raúl Regalini, comentó que "las cadenas de electrodomésticos con las que trabajamos exigen calidad, tiempo y costo". Para cumplir con ello, aplican metodologías estrictas. El OAA audita anualmente el desempeño de la FRSF, con el objeto de verificar la eficiencia de los métodos de ensayos que se aplican.

"Nosotros trabajamos con técnicas adecuadas para hacer un ensayo completo de equipos entre 15 y 20 días, cuando hay laboratorios que tardan 2 meses. En los ensayos reducidos estamos entre 7 y 9 días", agregó Regalini.

Después de tres años de funcionar como laboratorio acreditado por el Organismo Argentino de Acreditación, también fue reacreditado este año para continuar realizando ensayos por un período de cuatro años.