El cielo gris de la tarde de ayer pareció abrirse un paréntesis en la Plaza del Soldado. Allí, la bandera multicolor que identifica al movimiento gay, lésbico, travesti, transexual y bisexual flameó en el mástil, arriba de la argentina, haciendo de paraguas a un encuentro inédito en la ciudad.
Desde las cinco de la tarde se desarrolló un colorido acto ("mitad político, mitad festivo", como lo definió Guillermo Lovagnini, presidente de Vox).
Decenas de organismos sociales, estudiantiles y de derechos humanos adhirieron a la marcha, que se basó fundamentalmente en una sucesión de números artísticos protagonizados por transformistas y bailarines, además de algunos discursos. "Hoy venimos a esta plaza a tomar la palabra. A dejar de estar sujetos a esas palabras que nos fueron puestas desde siempre: puto, depravado, perverso, degenerado, maricón, tortillera. Hoy estamos acá para hacernos cargo de esa palabra que denomina nuestra manera de vivir la sexualidad. Para denunciar ese discurso del poder que nos oprime. Ese discurso político, social, institucional, donde `homosexual' no se dice. Y si se lo dice, carga todo el peso del estigma", manifestó Luciano, miembro de la asociación en Santa Fe.
"Queremos legitimizar nuestro deseo, concerniente a cada subjetividad; cambiar los códigos de normatividad que discriminan, que excluyen, que obligan a muchos a vivir en lo oculto, en el anonimato, pagando precios muy caros, como la soledad, la enfermedad y hasta la muerte. Santa Fe no está exenta de asesinatos: muchos hacen oídos sordos a la causa homofóbica", manifestó.
"Hoy todavía somos objeto de broma, de burla. Hoy te echan por darte un beso en un boliche. Estamos poniendo nuestros cuerpos aquí para un `sí' que sea social y que haga a esta sociedad más humana", sostuvo.
"Exigimos la aprobación de la Ley de Unión Estable de Parejas, la derogación del vergonzoso Código de Faltas (sobre todo, de los artículos que prohíben andar con ropa de otro sexo, la prostitución escandalosa y la ofensa al pudor) y la democratización de la Ley de Educación Sexual. El gobernador nos lo prometió después de la muerte de Sandra Cabrera, y todavía estamos en veremos", manifestó Lovagnini en diálogo con El Litoral.
Respecto de la decisión de desarrollar este acto en Santa Fe, confesó que "costó bastante": "La gente piensa que ésta es una ciudad muy dura, muy conservadora. Pero las sociedades son permeables. Ante el pedido de libertad, ante el progreso, nadie puede poner vallas. La jerarquía católica que haga lo que quiera, nosotros vamos a tener nuestra ley".
Nadie usó las máscaras que habían sido dispuestas para aquellas personas que quisieran participar y no se animaran a mostrar su identidad. "La única máscara la tiene el gobernador, que dice que ésta es una provincia para todos. Hay 300 mil gays en Santa Fe que no tienen ningún derecho", dijo Lovagnini.
Para terminar, los organizadores propusieron "un minuto de besos" entre los participantes del encuentro. La iniciativa tuvo tres destinatarios: "Para el gobernador Obeid, para los legisladores del oficialismo y para el arzobispo", dijeron desde el escenario. De fondo sonó el "himno" que identifica al movimiento gay: "Soy lo que soy", interpretado por Sandra Mihanovich. Eran casi las siete. La noche ya empezaba a apagar los colores y el frío se hacía sentir en la ciudad.
A nivel oficial
La Secretaría de Derechos Humanos de la provincia adhirió a la manifestación y pidió, a través de un comunicado, que se trate en la Legislatura el anteproyecto de Ley sobre la Unión Estable.
Además, esta semana, la concejala socialista Marta Fassino presentó un proyecto de ordenanza que establece el derecho a pensión para parejas de agentes municipales sin distinción de identidad de género u orientación sexual.