Planear el día soñado
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Hasta hace poco tiempo, las bodas eran más o menos todas iguales. Es decir, el trámite civil unos días antes del religioso; después de la iglesia, continuaba con una tradicional cena -basada en pollo o lomo con salsa de champiñones-, en un ambiente con música suave hasta que llegaba el no menos tradicional vals. Luego, la búsqueda del anillo en la torta y el ramo arrojado tratando de que caiga en brazos de otra novia, que empezaba a soñar con su futuro enlace.
Pero todo cambia al compás de los nuevos tiempos y es así como, últimamente, los casamientos se diferencian unos de otros con la incorporación de novedosos ritos que, de a poco, van ganando espacio en estos eventos.
En el marco de "Sí quiero, Expoboda 2006", el reconocido wedding planner Martín Roig, residente en Buenos Aires, charló con un grupo de novias santafesinas acerca de las últimas tendencias en la organización de casamientos.
El organizador, que se encargó de planificar casamientos de reconocidas figuras argentinas, como los jugadores de fútbol Hernán Crespo y Martín Palermo, o la actriz Florencia Peña, entre otros, brindó consejos y compartió sus experiencias para lograr la mejor fiesta.
Al partir de que los jueces pueden casar a las parejas en el lugar de la fiesta, la boda civil y la religiosa pueden realizarse en el mismo encuentro. Y la fiesta se puede organizar en distintos horarios. La noche es sólo una de las opciones, aunque sigue siendo la favorita. Sin embargo, están quienes prefieren servir para su boda, un almuerzo al aire libre o un té a la tarde, que es la última tendencia en Buenos Aires.
Las variantes del menú también son amplias, incluso se puede optar por un salad bar que sea muy grande, con camareros que atiendan a los invitados que así lo desean. Y si hablamos de los mozos, el wedding planner recomienda que se disponga de uno y medio por mesa, durante toda la noche, para asegurar un buen servicio.
Otra idea puede ser que los novios armen, en los salones de fiesta, pequeños livings, como una manera de crear espacios más interesantes para la estadía de los invitados. Allí, la gente no se sienta a comer en una mesa predeterminada, sino que elige distenderse en esos rincones con luz difusa, mesitas bajas y nada de protocolo.
Si se prefiere esta opción, lo mejor es buscar un menú que no necesite de cubiertos y que se pueda comer con las manos. Los wedding planners proponen mesas con diferentes menúes criollos, o comidas chinas, mediterráneas o mejicanas servidas en cazuelitas.
También se pueden armar quioscos para ofrecer helados y postres, que tampoco necesiten de vajilla, y cambiar el tradicional brindis con champagne por una barra donde el barman -además de demostrar sus habilidades con la coctelera-, sirva distintos tragos al gusto de cada invitado o invente uno con el nombre de los novios. Se pueden incorporar, al frente de la barra, banquetas altas para el que quiera sentarse.
Esta opción implica un cambio en lo que a música se refiere. Se deberá pensar en que, si se está proponiendo un ambiente de boliche bailable, los ritmos tendrán que estar acordes.
Si bien en cuestión de precios resulta un poco más caro armar livings que las clásicas mesas con manteles y sillas vestidas, el catering -bien seleccionado-, puede llegar a ser bastante más económico.
"El casamiento es un punto de inflexión en la vida de una persona, por eso son buenos los rituales", asegura Roig. Un ejemplo es el vals. El wedding planner reconoce que, para él, es importante mantener este momento dentro de la fiesta de boda, pero asegura que se puede renovar, optando por otros tipos de música (sugiere, por ejemplo, a Joaquín Sabina).
Todo puede ser retocado para no caer en "lo de siempre", sin que por eso se pierdan ciertas tradiciones que le dan identidad a una boda.
Otro caso es el recorrido de los novios por todas las mesas y la foto de rigor. Para evitar este momento, hay sugerencias alternativas como fotografiar a los distintos grupos de alguna manera original. Una novedad, en este sentido, son las greting box, cajas para cuatro personas, en las que los invitados se sacan fotos y tienen 30 segundos para decir su mensaje a los novios.
Otra opción para registrar recuerdos, es armar un libro de firmas en el que los invitados pueden expresarse y saludar a los novios.
Los souvenirs -que representan otra tradición- tienen que ser originales, para evitar regalar recuerdos que -en el mejor de los casos- terminan archivados en alguna caja. Lo ideal es que tengan que ver con la fiesta y con los novios: cd's, vinos, tortas, fotos express, abanicos...son algunas de las miles de propuestas.
Para el momento del baile es muy importante la elección de la música, ya que debe coordinarse de tal manera que refleje la personalidad de los novios, pero a la vez permitir que todos puedan bailar. Por eso, lo mejor es proponer distintas tandas con diferentes tipos de música y así lograr que todos se enganchen en la fiesta.
Sin duda, la presencia de un show puede resultar atractiva para la fiesta y le da identidad, diferenciándola de otras. Hay muchas opciones, como por ejemplo, música jazz, clásica, cantantes, bailarines latinos, magos, grupos de música pop o disco, una murga y muchísimas más posibilidades. Están los que son sólo para mirar pero también aquellos en los que, tanto novios como invitados, interactúan. Los músicos en vivo son la propuesta preferida.
Todas las opciones pueden tenerse en cuenta, sólo se trata de animarse, y el único requisito es preferir siempre profesionales para asegurar la calidad del show.
La tecnología y la informática también se incorporan a las bodas de estos días. Es así como, desde una clásica pantalla o desde enormes plasmas, se pueden proyectar -con excelente definición- videos previamente armados, fotografías digitales tomadas en esos momentos o películas filmadas durante la fiesta.
Lejos del clásico cotillón carioca, ahora se usan las fiestas temáticas, también las mesas de maquillaje artístico y body paiting, y hasta efectos especiales.
Estos son algunos breves puntos que el wedding planner Martín Roig destacó para que las novias tengan en cuenta en la preparación de la fiesta de boda:
Más allá de orquestar cada mínimo detalle del gran día, los novios deben relajarse y recordar que "están festejando". Los inconvenientes e imprevistos, que nunca faltan, deben pasar a un segundo plano.
Martín Roig recuerda que una novia se enojó tanto al ver que el color de la torta no era exactamente el que ella había elegido, que exigió que se la llevaran. Una anécdota que, según él, sirve para ilustrar lo que no se debe hacer. Si los novios están sintiéndose bien, los invitados también lo disfrutarán y la boda será un éxito.
La actitud debe ser de calma. Se trata seguramente del día más importante en la vida de los novios y, por lo tanto, tienen que disfrutarlo sin dar lugar a tensiones innecesarias. "Y eso es algo que ningún wedding planner te puede dar", concluyó el experto.
Mercado
El mercado de las bodas, sólo considerando el nivel socioeconómico medio y medio-alto (32 mil casamientos al año), mueve en nuestro país más de 800 millones de pesos.
Ambientación
Una nueva tendencia que se ve en la organización de los casamientos es el gasto en ambientaciones para las fiestas. Se trata de una verdadera explosión y actualmente está muy extendido, incluso muchos salones tienen ambientadores propios.
No reparan en gastos
Para su casamiento, la gente gasta más de lo que indica su realidad económica. Esto tiene que ver con que los novios quieren lucirse y asegurarse, por una suma más grande, la calidad de todos los servicios.
Detrás de cada detalle
Las bodas, en esencia, siguen siendo iguales a las de antes. Pero la moda cambia y renueva su organización. En la actualidad los casamientos son verdaderas puestas en escena que están a cargo de organizadores, los wedding planners, que se ocupan de cada detalle, como en las películas.
Estas fiestas son mucho más ostentosas que antes y se alimentan de un mercado cada vez más amplio, dirigido a un segmento de alto poder adquisitivo que no mide en gastos para que no se escape ningún detalle. Una amplia gama de servicios está esperando a quienes quieren un casamiento sorprendente, original, único, personalizado y, por supuesto, pueden pagarlo.
Las novias son las que más se ocupan de los preparativos, porque ellas son quienes más se ilusionan con el casamiento, pero también porque la fiesta tiene más rubros femeninos: el vestido, el ramo, el maquillaje... Sin embargo, los novios también se involucran, especialmente con los números, la música, el catering y las barras de trago.