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Más allá de la moda, el vestido de novia es una imagen que la mujer forja a lo largo de su vida como concreción de un sueño que, con mucho esfuerzo, los diseñadores deben componer. Por eso, el vestido hablará de ella y enfatizará sus rasgos y personalidad.
El diseñador Ariel Sosa opina que "no hay término medio: la novia suele elegir un vestido romántico, bordado y con superposición de texturas, o un vestido lánguido, más sencillo y romántico". En este sentido, agrega que "se usa todo. Todas las texturas, desde las más livianas hasta las más pesadas: muselina, gasa, seda natural y hasta terciopelo. Lo novedoso de la temporada europea es la combinación de materiales rústicos con elementos de brillo de trabajo artesanal: cordones, piedras, tramas deshiladas, trabajo de vuelos deshilachados y bordados".
Es que, de un tiempo a esta parte, el trabajo artesanal reemplazó al encaje y la moda de antaño, con pollerines y vestidos tipo dama antigua, ofreciendo diseños novedosos y personalizados.
En diferentes variantes, la corsetería no ha dejado de usarse y, por las ventajas que ofrece al formar la figura femenina, es probable que siga vigente por muchos años más. Hoy, la mayoría de los vestidos están encorsetados, ya sea por fuera o por dentro, porque achatan el vientre, delinean la cintura y ayudan a disimular el busto, cuando abunda o escasea.
Al igual que en otros ámbitos de la moda, esta temporada propone superposición de texturas. En este sentido, el más elegido es el tul, porque crea un volumen liviano que no se consigue con otra tela. Aquí, Sosa aporta un buen dato: "la exposición del tul como última capa es una terminación rústica. Por eso, es mejor colocar una capa de organza fina, que es más delicada".
Mientras los vestidos clásicos en chantú y en razo italiano siguen vigentes como clásicos irrevocables, el encaje ya no tiene la fuerza de otros años. Es que su reemplazo, el bordado o las aplicaciones artesanales, permiten diseños particulares creados especialmente para cada novia. Esto erradica el riesgo de encontrar el mismo motivo del encaje de la novia, en otros vestidos presentes en la fiesta, en distinto color.
El vestido de novia se elige acorde a la importancia de la fiesta que realice, ya que no será armonioso un vestido suntuoso para una celebración sencilla, ni un vestido relativamente simple para una gran fiesta. La idea es estar espléndidas en ambos casos.
Mientras algunas novias eligen sorprender con vestidos suntuosos, otras optan por un estilo romántico y prefieren enaguas o vestidos más sencillos. Estos modelos son más transgresores y brindan la posibilidad de incluir bordados más importantes con canutillos o incluso nácar, piedras, caracoles o elementos poco comunes.
La sencillez del vestido permite este tipo de aplicaciones, que se destacan como un detalle de glamour. En todos los casos, se puede confeccionar un vestido clásico con cola desmontable, volumen y varias capas de tela. Esto dependerá del estilo de cada mujer.
Sí... la cola y el velo siguen vigentes en las pasarelas, pero se ven con menos fuerza en los altares porque, a menudo, la novia no se anima a llevarlos. En cualquier caso, es preciso aclarar que se puede hacer un buen vestido de novia sin muchos fondos: aquello que lo encarece es el trabajo artesanal.
LOS PEINADOS
La peluquería, en general, hizo un cambio en cuanto a las opciones de moda, ya no es tan estructurada ni determinada como hasta hace algunos años. Este nuevo concepto también se aplica a los peinados de novia. Cada mujer busca una propuesta acorde a su personalidad y le corresponde al peluquero "crear" algo único y original para ese momento.
Cuando una novia llega a la peluquería con alguna vaga idea para decidir su peinado, charla con el profesional y se pone de acuerdo acerca del modelo y de lo que le conviene según sus características físicas, su vestido, la fiesta, el lugar y el momento del día en que se va a casar. Todos estos aspectos condicionan la opción y aseguran la elección correcta.
Generalmente, las novias optan por peinados más sencillos, clásicos y no tan sofisticados como los de antes. Lo importante es que dure toda la noche, que sea práctico y que pueda estar cómoda en todo momento.
La tendencia en cuanto colores para el invierno, es el chocolate y los marrones; en verano, en cambio, las transparencias son la última tendencia (ya no se usan los reflejos).
El peluquero tiene que ser un auténtico artesano, en el sentido de que su trabajo no se debe notar ni llamar la atención. Tiene que aparecer "natural".
En muchos salones de Santa Fe se ofrecen paquetes para que la novia, una o dos semanas antes, reciba un asesoramiento completo que incluye:
Según el peinado
Será el tocado que quede bien a cada novia. Depende de la altura y del perfil del rostro, si usará el pelo suelto o si irá recogido...
Opciones
Se usa mucho la "guía", que el mismo peluquero la va colocando cuando realiza el peinado. Otra opción son los grupitos de arreglos o "bucquecitos", pero todo en detalles, que luzcan delicados sobre el pelo. No se usan tocados grandes.
Artificios
Lo que está muy de moda son los elementos artificiales en los tocados: piedras, canutillos, mostacillas. Mientras, en los ramos, siempre la opción es por lo natural: flores grandes y de color (lilium).
Colores
El dorado o bronce en bordados, es el tono preferido.
Reservas
Las artesanales de los tocados sugieren encargar el arreglo con un mes de anticipación. Los precios oscilan entre 100 y 120 pesos, y el ramo (todo depende de la flor que se elija), alrededor de 80 pesos.