Entre las promesas de "liquidación", "al costo" y "50 % off", la mirada atónita de los que deambulan por la peatonal nunca se desvía de su propio nivel. No sube ni baja. Y, si en algún momento, sólo por un instante, algo llamara la atención como para inclinar la cabeza hacia atrás y la mirada hacia el cielo, los vastos anuncios y la convocante cartelería le impedirían ver lo que hay más allá de nombres de casas comerciales.
Entre los intentos de marketing suspendidos en el aire, efectivos o no, está el anecdotario de épocas pasadas. Las construcciones que testifican un modo de ver y entender el mundo desde el mismo momento de la constitución de este paseo comercial, cuando la calle se llamaba Comercio, pasan inadvertidas para los ávidos compradores o los ojos curiosos que buscan el precio más conveniente o la prenda más adecuada.
En lo alto, flamean los vestigios arquitectónicos de una clase que encontró en el comercio no sólo su medio de vida, sino también el tan ansiado ascenso social. Con este objetivo y un ímpetu a prueba de balas, construían sus negocios en la planta baja y su propia vivienda, en la alta.
Muchas de las edificaciones asentadas en calle San Martín que datan de fines de la década del '30 y principios del '40 son testimonio de la clásica tipología comercio/viviendas que conformaron gran cantidad de esquinas del centro comercial de la ciudad durante los primeros cuarenta años del presente siglo.
Tal es el caso de la esquina de San Martín y La Rioja (City Bank), donde originalmente funcionaba un local comercial a nivel del suelo y, más arriba, la vivienda particular de Don José Mai, reconocido hombre de negocios y propietario de la empresa constructora homónima.
Otro ejemplo fundado en esta concepción es el del edificio El Sportman, de San Martín y Falucho. El proyecto original, a cargo de Juan Carlos Ariotti, tuvo su origen en el año 1926, a partir de un programa multifuncional que planteaba como necesidades el desarrollo de un hogar y un espacio destinado al negocio familiar.
Con una marcada actitud funcionalista, y toda la intención de superar a sus antecesores, el señor Alberto Srur encargó el proyecto del Edificio Las Mil Sensaciones -San Martín y Salta- a Pedro Abatte. La obra para tres locales comerciales y dos viviendas copió la idea de sus antecesores: la tienda La Tropical y el edificio JB Rodríguez en San Martín y Mendoza. Este último nació con el advenimiento de la arquitectura moderna en la ciudad -1930-, "a veces, resolviendo requerimientos según pautas culturales y, en otras ocasiones, acorde sólo con nuevas formas que permiten a una clase social pujante identificarse a sí misma".
Mucho antes de que estos exponentes de la arquitectura funcional -esa que fundía el objetivo comercial con la misma vida del comerciante- llegaran a la ciudad, ya se habían instalado en la peatonal varios edificios que hoy se encuentran en el listado patrimonial: el Teatro Municipal 1° de Mayo -San Martín 2020-, la Bolsa de Comercio -San Martín 2231-, el antiguo Banco Nación -San Martín 2399-, la casa Bonazzola -San Martín esquina 1° Junta-, el Banco de la Nación Argentina -San Martín 2499-, el de Crédito Comercial -San Martín 2498-, el Centro Español -San Martín 2219-, el edificio Albor-La Santa Teresita y, un poco más cerca en el tiempo, la casa de Carlos Sarsotti -San Martín 2545.
Desde que la ciudad vio nacer al norte de su núcleo fundacional este espacio de la recreación, del encuentro y de la actividad mercantil, se erigieron los ladrillos y el cemento a los que hoy vale la pena dirigir una atenta mirada. Por eso, bienvenido sea el intento de -aunque sea de vez en cuando- dejar escabullir la visión entre los carteles y las llamativas prendas para apreciar los edificios que son testigos de otros tiempos y manifestaciones de un ímpetu que aún se vislumbra en el paseo.
Fuente: "Inventario. 200 obras del patrimonio arquitectónico de Santa Fe". UNL, Colegio de Arquitectos de Santa Fe, Fundación Centro Comercial.