En la Facultad Regional Santa Fe

La UTN desarrolló ladrillos más livianos y más térmicos

La elaboración de un nuevo tipo de ladrillo permitirá utilizar en un futuro no muy lejano materiales de construcción térmicos y livianos, indicaron los responsables del proyecto del Cecovi. Foto: Gentileza FRSF. 

El Centro de Investigación y Desarrollo para la Construcción y la Vivienda (Cecovi) de dicha unidad académica investiga y elabora nuevos ladrillos, con dos rasgos llamativos: son más livianos y de mayor aislamiento térmico que los comunes.

La idea de la investigación parece sencilla: lograr producir ladrillos cerámicos comunes pero más livianos.

No es un capricho ni tan sólo una forma de solidarizarse con los obreros de la construcción: los motivos de la búsqueda se justifican en las dificultades que existen en los sectores más pobres de nuestro país para tener una vivienda digna, cómoda y confortable.

En ese camino, el Centro de Investigación y Desarrollo para la Construcción y la Vivienda de la UTN Facultad Regional Santa Fe (FRSF) viene trabajando desde el año 2000 en el desarrollo de un nuevo ladrillo con propiedades aislantes. Además, este invento permitiría mitigar, en parte, algunos problemas de las grandes ciudades, como el destino final de la basura, la contaminación y la deforestación. Y, por supuesto, será más fácil de transportar.

Para lograr el objetivo, los investigadores tuvieron que cambiar -dentro de los ladrillos- la estructura compacta por una muy porosa. De esta manera, se puede obtener un mayor aislamiento térmico en las viviendas construidas con dichos mampuestos.

"Hemos hecho determinaciones sobre estos ladrillos elaborados en escala experimental y son capaces de brindar un acondicionamiento térmico en paredes de 15 y 20 centímetros igual o mejor que en una pared de 30 cm de ladrillos comunes. Con estos ensayos, en principio, estaríamos cumpliendo con el objetivo principal de la investigación", sentenció la investigadora de la FRSF, Ing. María Fernanda Carrasco.

Porosos pero resistentes

La integrante del Cecovi explicó que, "en general, quienes construyen sus casas, a menos que haya asesoramiento profesional o exigencias constructivas predeterminadas (como en los planes habitacionales del Estado), por razones económicas levantan paredes envolventes de 15 y no de 30 centímetros, como marcan los reglamentos, lo que provoca que los muros no tengan un aislamiento térmico suficiente. Es decir, hace mucho frío en invierno y calor en verano dentro de la vivienda, y se gasta mucho más energía para calefaccionar los ambientes".

El aislamiento de la vivienda hace directamente a la calidad de vida de sus moradores y soportar los embates del clima no es el único inconveniente a sortear. "No tener un buen aislamiento térmico produce condensaciones superficiales o intersticiales como, por ejemplo, en invierno, cuando la pared se enfría al estar en contacto con el ambiente exterior. Esto puede desencadenar la proliferación de hongos, que pueden llegar a tener alguna relación con afecciones respiratorias", manifestó la investigadora de la UTN.

La complejidad del desarrollo de la investigación radica en hacer los ladrillos livianos -es decir, altamente porosos-, pero, a su vez, resistentes.

"Todos los materiales frágiles, como los cerámicos, a medida que aumentan la porosidad tienden a perder resistencia. La cuestión era llegar a poner tanta porosidad como para lograr buena resistencia y tanta porosidad como fuera posible para tener un buen aislamiento. Nosotros llegamos a ladrillos en los cuales podemos obtener una clase resistente que permite utilizarlos en las paredes que soportan la estructura del techo", sostuvo Carrasco.

En la búsqueda de la porosidad del ladrillo los investigadores se propusieron otra meta: mantener los procesos de fabricación tradicionales. De esta manera, una vez terminado el desarrollo, podría incorporarse en las ladrilleras de la zona sin muchos cambios. Por eso, eligieron trabajar con agregados dentro del barro, que se consumen durante la cocción generando los poros.

Cuestiones pendientes

Los estudios no están concluidos. Queda pendiente confirmar si, como demuestran las evaluaciones teóricas y de laboratorio, algunos residuos utilizados producen algún tipo de contaminación o emisión adversa para las personas que trabajan en los hornos de ladrillos, así como para el medioambiente.

Actualmente, se gestionan subsidios ante la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la provincia de Santa Fe, a fin de poder evaluar el impacto ambiental y la factibilidad técnico-económica a escala real.

Esta iniciativa cuenta con el apoyo de la empresa Emprendimientos Tecnológicos SA, que realizará los aportes económicos y será la beneficiaria de los resultados del proyecto.

Los avances

"Hicimos muchas pruebas y creemos que el producto logrado es bueno. Además de haber alcanzado resistencia y capacidad aislante, llegamos a determinar que con algunos residuos de industrias y del flujo domiciliario nosotros podemos obtener la porosidad en los mampuestos. De esta manera, el proyecto tiene múltiples ventajas para el desarrollo desde distintos puntos de vista", agregaron desde la FRSF.

Según el Ing. Marcelo Avendaño (investigador), "se persigue el doble objetivo de lograr un ladrillo con mejor aislamiento térmico y, consecuentemente, de menor demanda en cuanto a materiales y costos, siendo el producto de un proceso que permita disponer finalmente de algunos residuos que hoy van a un relleno sanitario".

Para los especialistas, al incorporar materiales de desecho -dependiendo de su poder calorífico-, se podría bajar en algunos casos el consumo de leña para la cocción de los ladrillos. Si bien faltan estudios a otras escalas, en lo que hace al costo de los ladrillos livianos no distaría mucho de los tradicionales.

Una vez finalizados los últimos estudios, la idea es lograr transferir el desarrollo al medio productivo. "Creemos que se pueden transferir a ladrilleros y cooperativas que están fabricando hoy en día y que tengan relación con quienes se dedican al tratamiento de residuos, tanto industriales como domiciliarios, ONGs o cooperativas dedicadas a la selección, separación y ventas", agregó el Arq. Jorge Citroni, director del Cecovi y del proyecto.

El Cecovi

Allí se investigan, desarrollan y transfieren materiales y tecnologías constructivas, se brindan asesoramientos técnicos y se prestan servicios a la industria de la construcción de viviendas, edificios y obras civiles en general. A lo largo de sus más de 25 años de trayectoria, el Cecovi ha alcanzado una estrecha vinculación con el medio socio-productivo, desarrolla actividades en 10 provincias argentinas y países limítrofes, manteniendo vínculos con 300 empresas e instituciones, públicas y privadas.

Más información * Teléfonos: (0342) 469-7728/ 460-2390-1579-8585, internos 219 y 249.* Fax: (0342) 460-2390-1579-8585, Int. 215.* Web: www.frsf.utn.edu.ar/cecovi.* Mail: [email protected].* Dirección: Lavaisse 610, CP 3000, Santa Fe.

Prensa FRSF- El Litoral