Entre Weiner, Peralta Pino y Lucas Martínez están las posibilidades para sumar un delantero que acompañe a Rami. Los dos 0 a 0 están haciendo reflexionar al "Cabezón".
Enrique Cruz (h) - (Enviado Especial a Buenos Aires)
Nadie puede cuestionar que la elección de Trullet a la hora de reforzar el plantel, tuvo sus condicionantes. Un club sin plata, con varias temporadas de fracasos futbolísticos, con técnicos que llegaban y se iban sin cumplir los mínimos compromisos adquiridos, con jugadores que formaban parte de un plantel sin respuestas y generando deudas (en realidad, ellos no tienen la culpa si los dirigentes son los que les pagan).
Con este cuadro de situación, Trullet supo que debía salir al mercado a buscar, por ejemplo, dos delanteros. Se iba Bazán Vera, el goleador, pero la realidad es que sólo quedaba Weiner (que no es un delantero que se destaque, precisamente, por su capacidad de gol), más una promesa de inferiores como el pibe Márquez, que estuvo lesionado.
Por eso, Trullet quiso quedarse con Rami. Primero, porque confía en sus condiciones; segundo, porque lo conoce, y tercero, porque sabe que es un jugador que va a dar más de lo que brindó en Unión en la temporada pasada, donde estuvo más tiempo sentado en el banco que adentro de la cancha.
Pero Trullet supo, en todo momento, que Rami no era el delantero con gol que necesitaba para solidificar el esquema. Porque el "Flaco" tiene una gran entrega, muchísima vitalidad para pelearlas a todas, pero no es un jugador de área para dar la última puntada, como lo fue Bazán Vera, por ejemplo, mucho menos productivo para el equipo pero más efectivo para llegar al gol.
Se quisieron traer muchos jugadores. Pero Unión no pudo con la tentadora oferta de algún club de Primera o con las promesas de otras instituciones de pagar cifras que el club no está en condiciones de afrontar. Si el año pasado se trajeron varios de 10.000 pesos mensuales, ahora eso es imposible. Por ese simple pero contundente motivo, Unión se vio limitado en la búsqueda de un delantero con gol, porque son los que escasean y más se cotizan.
Martínez-Peralta Pino-Weiner
Daría toda la impresión de que algún retoque ofensivo le va a hacer Trullet al equipo, sobre todo apuntando a que jugará contra Aldosivi en Santa Fe. Ya el técnico experimentó dos partidos y vio lo que pasó. Era uno de los riesgos. Y lo bueno es que el "Cabezón" lo sabía desde el arranque. No lo sorprendió.
Veamos, ¿qué tiene para sumar al ataque?
Cuestión a resolver
Desde ya que la presencia de un segundo punta obligaría a la ausencia de uno de los enganches. En el medio no se puede tocar nada, así que la alternativa es buscar al reemplazado entre Zapata y Casanova, ya que Rosales saca una ventaja sobre el resto por presencia y gravitación, más allá de que no está rindiendo de la misma manera que lo hizo en la etapa precompetitiva.
Otro jugador que Trullet lleva al banco y casi siempre pone, es el "Memo" Torres. Con él tiene la posibilidad de jugar con un "medio delantero", pero está claro que el "Memo" no es un jugador de área. Se parece al "Flaco" Rami a la hora de prestar gravitación ofensiva, y tiene condiciones para sumarse al circuito futbolístico de los enganches. Pero no es un punta neto.
Los dos 0-0 han sido, indudablemente, el golpe de alerta que recibió el técnico para pensar en este cambio de esquema. No significa que la intención de jugar con tres enganches haya fracasado. En absoluto. Pero algún retoque hay que hacer.
Hinchadas amigas
Históricamente, las hinchadas de Unión y Chacarita fueron amigas. Pero esa amistad no ha tenido variaciones y se mantuvo fiel con el tiempo. La prueba evidente se dio con lo ocurrido con la hinchada de Central, casi tan amiga de la tatengue como la de Chaca, pero con la cual se rompieron relaciones hace un tiempo.
Lo cierto es que las dos hinchadas se dedicaron a cantar toda la tarde "borombon borombon, el que no salta, es de Colón". Y luego lo agregaron a Boca, con cuya parcialidad, la de Chaca mantiene ahora un durísimo enfrentamiento.
Hablando de gente, más de 400 hinchas tatengues ocuparon una de las cabeceras del estadio de Almagro. Chacarita, obviamente, estuvo muy bien acompañado.
