El seleccionado argentino regresó a la actividad, después del triunfo ante Nueva Zelanda por los octavos de final del Mundial de Japón, con un entrenamiento que se realizó en el Saitama Memorial Arena. El plantel, que entre sus integrantes no tiene lesionados, desarrolló su trabajo entre la una y las dos de la madrugada de nuestro país.
Una vez concluido el entrenamiento llevaron a cabo una conferencia de prensa en el estadio y luego los jugadores tuvieron la tarde libre, que fue aprovechada para dar un paseo por la cercana Tokio.
Este descanso sirvió para recuperarse de los inconvenientes sufridos a la llegada a Saitama (por ejemplo las habitaciones del hotel no estaban listas cuando arribó la delegación) y el hecho de levantase en un horario inusual (7 de la mañana) el día del partido ante los Tall Blacks.
El Mundial de básquetbol va tomando color y los hinchas argentinos llegaron al Saitama Super Arena para alentar a la "Generación Dorada", en las instancias cruciales de la cita ecuménica otorgándole color al imponente escenario con sus banderas y cantos.
No eran muchos (alrededor de 200), pero fue fácil identificarlos, ya que portaban camisetas del seleccionado nacional de fútbol, pero muchos la musculosa "albiceleste" y otros las de Boca Juniors, Rosario Central y hasta de Argentinos Juniors.
Muchos llegaron en un tour desde Argentina e incluso estuvieron en Sendai, mientras que otros lo hicieron recorriendo miles de kilómetros desde Europa, y también residentes en la otra punta de Japón, que viajaron toda la noche en distintos medios (ferry, tren bala o bus) para llegar a tiempo y ver el triunfo argentino.
Oscar, quien está radicado en Kioto, dijo que "valió la pena hacer este sacrificio para ver a "Manu' y compañía. Estoy orgulloso de este equipo", dijo.
Testimonios y voces de aliento a un grupo de jugadores que supo reconocer ese esfuerzo. Así lo reconoció Fabricio Oberto, que dijo: "Es lindo que siempre, y más cuando estás lejos te alienten durante todo el partido".