"Ganas de jugar y pasarla bien" era la propuesta y lógicamente muchos chicos de Santa Rosa de Lima y otros del oeste de la ciudad partieron con una gran sonrisa a la plaza del barrio.
El juego es un derecho inalienable de los niños y forma parte de su proceso de desarrollo intelectual y social. Pero la catástrofe hídrica que padeció nuestra ciudad cercenó la posibilidad de que estos chicos disfrutaran de su infancia a través del juego. Muñecas, pelotas, juegos de mesa y hasta las bolitas de vidrio para jugar en la calle de tierra se fueron con las aguas del Salado.
El proceso de reconstrucción comunitaria posterior puso énfasis en la recuperación de las viviendas afectadas, los vehículos y los materiales didácticos de los docentes damnificados. Pero nadie se acordó de los juguetes perdidos, irrecuperables, con lo que significan para los más pequeños.
Alumnos de la Licenciatura en Terapia Ocupacional de la UNL (Escuela Superior de Sanidad Dr. Ramón Carrillo) recorrieron algunos barrios de la ciudad que habían sido afectados por la inundación, se pusieron en contacto con instituciones trabajan con ellos y advirtieron que no se había repuesto ese material lúdico de los niños.
Plantearon esta inquietud a sus docentes y comenzaron a trabajar juntos sobre este tema. Al grupo se incorporaron alumnos del profesorado de Educación Física del Instituto Nacional de Educación Física y de Psicología y entre todos diseñaron el Proyecto de Extensión de Interés Social denominado Juegotecas para niños de barrios inundados: un aporte a la reconstrucción comunitaria de Santa Fe. Su objetivo principal es reivindicar el juego como un derecho y como la necesidad inalienable de los niños, como la ocupación central de la niñez, esencial para su desarrollo.
La actividad que se realizó el sábado pasado en la plaza de Santa Rosa de Lima fue la primera Jornada Lúdica que proponía esta iniciativa, que convocó a gran cantidad de chicos de 2 a 12 años. No faltaron las cinchadas ni los dibujos en un "caminito" de papel que todos garabateaban acodados en el piso, cada uno con su estilo, ganas y temas, según las edades de los "artistas".
"Pretendemos que el juego y los juguetes, que son los elementos con los que los niños juegan, se revistan de significado a partir de las experiencias que cada uno va teniendo, que son irrepetibles. Por lo tanto, su pérdida ha significado un vacío difícil de reparar", explicaron Milagros Demiryi, Carla Boggio y Mariquita Heit, directora, codirectora y asistente de coordinación de este proyecto. Insistieron en mencionar que es incomprensible que "algo tan vital nadie haya reparado, nadie lo puso como prioritario en la agenda de necesidades durante la reconstrucción de la ciudad, que aun hoy es parcial e insuficiente".
El proyecto es amplio e incluye la puesta en marcha de juegotecas en diferentes instituciones que están contempladas en el proyecto algunos barrios del oeste de la ciudad.
En este punto, aclararon que una juegoteca es como una biblioteca en donde, en vez de haber libros, hay juguetes que están inventariados por función, edad, el tipo de estímulo que ofrece y la forma de jugar que implica.
Al respecto, precisaron que "queremos instalar las juegotecas y retomar el sentido del juego en sí, que va más allá de entregar un juguete. Esto implica que la gente de las instituciones pueda llegar a tener una concepción diferente del juego a lo que se viene manejando. En general, los padres ven al juego como una pérdida de tiempo y los maestros lo institucionalizan, es decir, no lo consideran que sea espontáneo y se pueda hacer por placer, como nosotros lo entendemos".
Por último, las profesionales mencionaron que el grupo viene trabajando el tema desde octubre del año pasado, iniciando el vínculo con las instituciones y la gente para hacer un diagnóstico de las necesidades.
Pusieron en práctica un proceso de capacitación informal para detectar las necesidades lúdicas y también comenzaron a fomentando entre quienes trabajan con niños la valoración del significado del juego. Organizaron -entre otras actividades- talleres con padres, maestras, personas que están involucradas con esa comunidad para empezar a armar las juegotecas, que es el motivo final del proyecto, según aclararon.
El grupo también tiene previsto hacer una capacitación más formal que estará destinada a las personas que trabajan en las instituciones y a aquellas interesadas en el tema, estén o no en contacto con niños. El proyecto finalizará con una jornada lúdica similar a la organizada en Santa Rosa de Lima.
Además de la notable demanda de juegos y juguetes entre los niños que sufrieron la inundación de 2003, otro elemento que dio origen a este proyecto de extensión fue que -luego de la catástrofe hídrica- recibieron donaciones de juguetes, de distintos lugares del país.
La Universidad Abierta Interamericana con sede en Rosario organizó un proyecto de fabricación de juguetes e instrumentos musicales con los alumnos de todas las carreras, que posteriormente donaron.
"En su momento -explicaron las encargadas del proyecto- una parte fue utilizada para la ludoteca que se estaba haciendo en la Escuela Zazpe, que se había perdido con la inundación. Pero el resto quedó con nosotros y como el objetivo era que llegaran a los niños, se pensó en generar este proyecto".
También recordaron que recibieron otra donación del Servicio de Terapia Ocupacional del Hospital Moyano, donde hay pacientes psiquiátricos, que trabajan en un programa de Terapia Ocupacional que se llama Servicio a la Comunidad. Ellos hacen reciclado de juguetes, y decidieron que fueran destinados a los niños que habían sido afectados por la inundación.
Por último, plantearon que "así se fue armando naturalmente una red, que es lo que reivindica este proyecto. Queremos tomarla y seguir construyéndola a partir de lo local. Acá también recibimos el aporte y tenemos la predisposición del taller Ubajay, que funciona en Esperanza, que aportó juguetes y están dispuestos a seguir fabricando en la medida de las necesidades que nosotros detectemos".
Y agregaron: "Lo que comúnmente se hace es tomar estos juguetes y repartirlos, que sería algo más fácil, pero no aporta para tomar conciencia de por qué es necesario que los niños jueguen, tan necesario como que coman, duerman, estudien. Es una apuesta fuerte a esto: reivindicar el derecho al juego y brindar algunas oportunidades para hacerlo más accesible".
Destinatarios
Los destinatarios de este proyecto de extensión son niños que asisten al CAF N° 21, Hospital de Día del Hospital de Niños Dr. Orlando Alassia, la Salita Comunitaria barrial, el Jardín de Infantes N° 1.364, el dispensario Mendoza Oeste, ubicados en los barrios Santa Lucía, Santa Rosa de Lima, Barranquitas y Roma.
Ellos y sus familias estuvieron afectados por la inundación del Salado de 2003, al igual que las instituciones que los asisten, públicas y privadas, que pertenecen a las áreas de Salud, Educación y Promoción Comunitaria.
Mariana Rivera