Se celebró en Las Palmas, a la vera de la ruta 1, muy cerca de Romang
La Fiesta de la Batata fue un éxito
Con autoridades, productores, cosecheros, delegaciones invitadas y numeroso público, Las Palmas vivió a pleno la Fiesta Provincial de la Batata. La romanense Romina Rocío Furlani, de 15 años, fue la reina del festival.

Darío Orlando Sager

Una espléndida jornada dio marco a la fiesta, fruto del esfuerzo compartido de los habitantes de esta colonia, ubicada en el extremo sur del departamento General Obligado.

Muy temprano, los bomberos de Romang balizaron la ruta número 1 para facilitar el ingreso y posterior estacionamiento vehicular en el predio. Cerca del mediodía dio inicio el arribo de público y autoridades, destacándose la presencia del subsecretario de Comunas, Gabriel Gasparutti; del intendente de Malabrigo, Omar Zampar, y los presidentes comunales Sergio Ramseyer, de Romang; Luis Hernán, de Alejandra; Juan Chapero, de Los Laureles; Ariel Romano, de Durán, así como otras autoridades e invitados especiales, quienes fueron recibidos por el presidente de la entidad anfitriona.

Poco antes de las 13 se hizo la apertura oficial, con palabras de bienvenida a cargo del titular del club: ""Esta cita anual es el renovado voto de esperanza de los hombres que amamos nuestra tierra y queremos seguir trabajando en ella", puntualizó Jorge Passarino.

Almuerzo de camaradería

Acto seguido, se sirvió el abundante menú: asado de novillo a la estaca en sus variantes de costilla, pechito y vacío; morcillas artesanales y chorizos caseros a la parrilla; batatas asadas y en puré; ensaladas varias y postre, todo ""regado" con las mejores bebidas.

En la sobremesa, se otorgaron premios y distinciones a los ganadores de concursos de calidad, cosecha y embolsada. De inmediato, llegó la presentación de las candidatas a reina, para dar paso al espectáculo bailable a cargo de tres orquestas: Grupo Deserción, de Malabrigo; Chichita Garavaglia y su arpa, de Resistencia, y Grupo Invasión, de San Justo.

Muchos bailaban, mientras otros recorrían los stands de la exposición de importantes fábricas dulceras del país, adquiriendo productos elaborados con batatas de la región.

Entre los visitantes, se destacó la presencia de una delegación de Sevilla, España, y una estudiante finlandesa. Los que llegaron por primera vez a compartir esta fiesta tuvieron palabras de elogio hacia sus organizadores.

""Vemos cómo la gente del lugar valora la producción de batatas, hablan de ella con orgullo y eso es el mejor reaseguro de que la actividad seguirá avanzando", destacó un productor que llegó desde la provincia de Mendoza.

Por su parte, los españoles quedaron asombrados por la multitudinaria fiesta y tanta hospitalidad de los palmeños. Asimismo, valoraron la actitud participativa del club, habida cuenta de que colaboran y también obtienen beneficios las cooperadoras de tres escuelas rurales de la zona de influencia: N� 6074 de Las Palmas, N� 6186 de Nueva Romang y N� 6412 de Campo Wingeyer.

Entrega de premios

Como todos los años, la producción ocupa un lugar destacado en la fiesta. Días previos se concretan los concursos de variedad y calidad de batatas, para los productores; de cosecha y embolse, para los cosecheros.

En esta oportunidad, se entregaron nada menos que 12 distinciones en diversos rubros: cosecha y embolse, mujeres y varones, seis premios; mayor peso, dos premios; calidad superior en las variedades pata de rana mechada y arapey, cuatro premios.

Si bien la fiesta tiene numerosas y atractivas actividades, uno de los momentos más esperados es aquél en que se elige la reina. Para ello se constituyó un jurado heterogéneo, que determinó que la soberana de la presente edición fuera en esta edición Romina Rocío Furlani, de 15 años de edad, que representó a Romang.

La acompañaron las princesas Lorena Furrer, de Avellaneda, y Flavia Maglione, de Reconquista. Las bellas y emocionadas niñas recibieron felicitaciones, saludos y muchos regalos.

Homenaje al trabajo

""Estamos más que satisfechos, porque en estos años se sumaron nuevos productores y hoy el cultivo de batatas también llegó a otros distritos de la región: Los Laureles, Romang, Alejandra y Durán", señaló un palmeño acerca de la fiesta.

Es que, cuando aún nadie hablaba de producciones alternativas, los palmeños ya trabajaban fuertemente en este proyecto.

Este cultivo es el principal factor que moviliza la economía de Las Palmas, dando fuente de trabajo a mucha gente por la mano de obra que ocupa, desde hace varios años a esta parte. Por eso, es masiva la participación de los vecinos en la fiesta que les pertenece, durante la cual hasta los que trabajan pagan su almuerzo. Con ese espíritu comprometido, laborioso y colaborador, pudieron levantar un club que es modelo en la región.

15 años de fiesta

Y así llegó 1990, cuando la comunidad de Las Palmas decidió llevar adelante una fiesta que nuclee a todos los que laboran en torno a este tubérculo. Nació así la Fiesta Regional de la Batata, en reconocimiento a los pioneros de ayer, como tributo a los productores de hoy, a la par que un incentivo a las generaciones que vendrán.

La sede fue el Club Atlético Las Palmas, una joven institución nacida del trabajo mancomunado de toda la gente y que es un orgullo para la región por su organización y capacidad de infraestructura instalada.

Allí, se pueden degustar platos típicos a base de batata, junto a chorizos y morcillas de elaboración artesanal, más el exquisito asado criollo proveniente de la mejor carne de novillos que ellos mismos crían especialmente para la fiesta.

Prestigiosas firmas de dulce de batatas del país, presentan sus stands y se asocian a este festejo que tiene difusión provincial a través de diarios, radios y TV.

Con todos esos antecedentes, el gobierno de la Provincia de Santa Fe, mediante decreto número 2.593 del 20 de agosto de 1992, declaró a Las Palmas sede permanente de la Fiesta Provincial de la Batata.

Lo demostrado por estos agricultores al homenajear al principal eje económico y fuente laboral de la zona, asegura su éxito de público y organización. Gente capacitada y compenetrada con este producto lugareño, que llega a todas las mesas del país.

La fiesta

nació en 1990 y luego de 2 ediciones regionales, el gobierno santafesino le confirió jerarquía provincial. Los vecinos recuerdan que se la creó en homenaje a productores, cosecheros, acopiadores y fabricantes que operan en la actividad. Asimismo, se la pensó como elemento de estímulo y difusión del cultivo de batatas, con resultados favorables a la vista.

Centro productor

La comunidad de Las Palmas, ubicada sobre la ruta provincial N� 1 en el extremo sur del departamento General Obligado, tiene una rica historia, cimentada en el impulso laborioso de sus habitantes, que nació con la llegada de los primeros pobladores.

Ellos, con su ejemplo cotidiano de la tarea fecunda, labrando la tierra, forjaron el crecimiento de la región y supieron inculcar en hijos y nietos el amor al solar nativo.

A la par de los cultivos convencionales de las primeras décadas del siglo XX, practicados con rudimentarios elementos, los colonos también llevaron adelante tareas de huerta y quinta para el consumo familiar, sin pensar que uno de esos productos, la batata, se convertiría con el paso del tiempo en el principal eje económico de la colonia.

Corrían los últimos años de la década del '40, cuando la batata dejó de ser un alimento de exclusivo uso doméstico, y se efectuaron las primeras ventas a firmas de Avellaneda y Coronda.

En 1957 se ganó espacio en la capital santafesina, donde la calidad y el sabor de la producción palmense lograron imponerse. En ese aspecto, Rubén Passarino y los hermanos Justo y Arnaldo Cian dieron los primeros pasos, vendiendo en Santa Fe y Rosario, lo que se trasuntó en un paso decisivo para la comarca.

Las Palmas comenzaba a marcar presencia y prestigio propio en la economía regional, de modo que la producción de batatas pasó a configurar una fuente de trabajo para todos los habitantes del lugar, afianzándose como de gran preponderancia e intensidad en su cultivo y comercialización.