La masonería carece de dogmas. Lo que posee son principios, y "los símbolos que decoran la Logia son los principios que están expresando las distintas modalidades de la Inteligencia del Gran Arquitecto; pues finalmente la Logia como imagen del Cosmos no es sino una representación del cuerpo del Gran Arquitecto. El Cosmos, en realidad, es el símbolo mismo del Gran Arquitecto y todos los elementos que están dentro de la Logia representan lógicamente distintos aspectos de su Inteligencia y su Sabiduría", leemos en "La logia viva", de Siete Maestros Masones, que presenta Ediciones Obelisco.
Se trata de una selección de planchas y trabajos "leídos por los masones que han conformado las distintas Logias de la Obediencia Gran Logia Operativa Latina y Americana", sobre el simbolismo en la masonería.>
Entre las afirmaciones leemos que la "Masonería no es una orden secreta sino discreta" y que su verdadero "secreto" es, "como en toda organización iniciática, de naturaleza metafísica y permanecerá por tanto inaccesible sin ser revelado jamás".>
Se nos habla del tres, el Ternario, o el triángulo, símbolo de la Unidad. "Por eso el Delta Luminoso es un triángulo", ese Delta que era venerado por los pitagóricos en la forma de la Tetraktys. Se nos recuerda la diferencia entre símbolo y alegoría: el símbolo "no es producto de la imaginación ni de la suposición humana. Él es de origen suprahumano, de ahí su sacralidad, su sabiduría y belleza implícitas, su fuerza y su energía capaz de transformarnos y hacer de nosotros verdaderos `hombres libres'. El símbolo constituye una revelación, y su esencia sólo puede ser conocida mediante la `intuición intelectual', a la que él mismo despierta". También leemos que la iniciación masónica "o cualquier otra iniciación en la vía del Conocimiento te da, es lo que tú ya posees, es decir, te despierta lo que tú ya tienes, no te añade nada".>