Rosario, (Télam).- Un matrimonio que viajaba en automóvil, en plan de vacaciones desde Buenos Aires a Córdoba, olvidó a un hijo de 13 años que había descendido a orinar tras una parada en la ruta nacional 33, cerca de la localidad santafesina de Pujato, informaron hoy fuentes policiales.
"El chico fue visto caminando sobre la ruta por los ocupantes de un móvil del peaje, que lo recogieron y nos avisaron para que lo fuéramos a buscar", dijo a Télam el comisario Walter Freniche, titular de la comisaría 14 de Pujato.>
"Esto ocurrió a la altura del kilómetro 757 de la ruta, desde donde lo trasladamos hasta la comisaría para brindarle contención y tratar de comunicarnos a los teléfonos celulares de sus padres", amplió el jefe policial.>
"Cuando logramos hacerlo, la familia ya se encontraba en la ciudad cordobesa de Cruz Alta", distante a unos 80 kilómetros de Pujato", agregó.>
Durante su estada en la comisaría, el chico, identificado como Ramón Peralta, contó que ayer cerca de las 2 de la mañana su familia partió desde la ciudad bonaerense de Campana, en la que residen, con rumbo a Córdoba.>
Su padre, su madre y él viajaban en un Peugeot 504, y en otro auto, un Renault 19, lo hacían su hermano, su cuñada y sus tres sobrinos.>
Ramón dijo que cuando el auto se detuvo, él venía durmiendo en el asiento trasero, mientras su madre lo hacía en el asiento del acompañante. El joven aprovechó la detención para orinar. Fue así que cuando los autos reanudaron la marcha, él quedó solo en el camino y no tuvo otra opción que ponerse a caminar en procura de hallar auxilio.>
Cuando su familia se detuvo en un parador de la localidad cordobesa de Cruz Alta y comprobó que Ramón no estaba con ellos, encendió sus celulares y encontraron los mensajes que daban cuenta del paradero de Ramón.>
"Nos contó lo sucedido y parecía todo una novela, pero estaba bien vestido y no estaba alcoholizado", agregó Freniche. El oficial, que estaba a cargo de un operativo en la ruta, terminó de convencerse de que el relato era real al escuchar la descripción del auto en el que viajaba la familia: Freniche lo había visto e incluso se acordaba del portaequipaje.
El pequeño no se quebró en ningún momento, a pesar de su preocupación. Fue revisado por un médico, tomó un café con leche y le gastaron bromas con River, el club de sus amores.>
En la seccional intentaron comunicarse con el matrimonio, pero fue inútil: los celulares estaban apagados. Recién en Cruz Alta, cuando la familia se detuvo en un parador, advirtió que el pequeño, que viajaba en el asiento trasero tapado por unas frazadas, no estaba.
Al encender los celulares escucharon los mensajes. A las ocho menos cuarto, la pareja llegó a la comisaría de Pujato, donde se produjo el reencuentro. Conmovida, la madre lloró al verlo y todos se preguntaron cómo pudieron olvidarse del chico.>
El grupo se retractó una y otra vez con los policías. "No nos vamos a olvidar nunca de estas vacaciones", repetían los padres. Ramón, en silencio, aprobaba con gesto aliviado>