"La conquista del honor"
La guerra y el honor desde la óptica de un director singular
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Por Juan Ignacio Novak

Clint Eastwood es uno de los pocos realizadores actuales cuya obra destila no sólo una profunda pasión por el cine, sino una visión del arte como un vehículo para repasar bajo una mirada reflexiva las diversas particularidades que distinguen al ser humano. Y esas dos propiedades de su cine aparecen con una notable nitidez en cada secuencia de "La conquista del honor", donde el otrora actor propone una muy personal mirada sobre la Segunda Guerra Mundial, o mejor dicho de uno de los episodios de aquel conflicto bélico. Y de la misma manera que hace quince años redefinió y revitalizó al western -el rubro que lo vio nacer al estrellato de la mano de su maestro Sergio Leone hace cuatro décadas- con esa impecable obra maestra que es "Los imperdonables", Eastwood toma en esta ocasión el género bélico y le introduce una serie de novedades que lo hacen intenso y a la vez revelador.

Asentado en un guión sin hendiduras, el filme toma como punto de partida una fotografía donde se ve a un grupo de jóvenes soldados norteamericanos plantar una bandera en una de las colinas de la isla de Iwo Jima en el año 1944. A partir de allí, y tomando como hilo conductor la investigación que uno de los hijos de aquellos soldados realiza muchos años después, indaga sobre el uso que le dieron en Estados Unidos a aquella fotografía como propaganda de guerra para financiar a las tropas, construyendo aparentes héroes donde, en realidad, había únicamente muchachos enfrentados a los horrores de la guerra.>

A través de una narración vibrante, "La conquista del honor" le proporciona oxígeno a un género que, desde "Rescatando al soldado Ryan" de Steven Spielberg, y "La delgada línea roja" de Terrence Malick hace casi una década, no veía nuevos retoños. Y Clint Eastwood va incluso más allá al formular una hipótesis al mismo tiempo desmitificadora y novedosa sobre la Segunda Guerra Mundial. Y lo hace con una forma de narrar a la vez clásica pero llena de fuerza y de ritmo.>

Suma de talentos

Técnicamente, el filme es verdaderamente sobresaliente. Cuenta con un excelente trabajo de fotografía que sirve para hacer más oscuras y cruentas las escenas de batallas, que al mismo tiempo están presentadas con una credibilidad y una perfección técnica como únicamente se había podido ver en la pantalla grande en la mencionada "Rescatando...".

La elección de los actores -el elenco, sin figuras descollantes, está encabezado por Ryan Phillipe- es otro importante acierto, ya que todos hacen plausibles sus personajes, y dan una cabal idea de la juventud e inexperiencia que tenían aquellos soldados. En este sentido, sobresale la mesura del director para conmover sin apelar a un innecesario sentimentalismo que fácilmente se podría imponer en algunas escenas.>

Por si esto fuera poco, el director de "Million Dollar Baby" incorporó una metodología pocas veces vista en las crónicas del cine. Es que, al mismo tiempo que rodó "La conquista del honor", trabajó sobre la mirada japonesa de los mismos acontecimientos, en otra película titulada "Cartas desde Iwo Jima", que está centrada en las historias de los miles de soldados orientales que dejaron sus vidas en la isla de Iwo Jima. Como viene haciendo desde hace varios años, el veterano actor y director demuestra estar en una auténtica cumbre creativa. Los amantes del buen cine, agradecidos.>

"La conquista del honor" (USA, 2006); dirección: Clint Eastwood; intérpretes: Ryan Phillippe, Jesse Bradford, Adam Beach, Barry Pepper, John Benjamin Hickey, John Slattery, Paul Walker, Jamie Bell, Robert Patrick, Neal McDonough, Melanie Lynskey; guión: William Broyles Jr. y Paul Haggis; basado en el libro de James Bradley y Ron Powers; producción: Clint Eastwood, Steven Spielberg y Robert Lorenz; música: Clint Eastwood; fotografía: Tom Stern; montaje: Joel Cox; diseño de producción: Henry Bumstead; vestuario: Deborah Hopper.