AL MARGEN DE LA CRÓNICA
Guitarras, bombos y platillos

Al cabo de 2007, Santa Fe será la ciudad más culta del país. Es la primera noción a la que uno arriba luego de conocer las hojas y hojas de programación cultural que desde marzo ya tienen prevista los gobiernos -el provincial y municipal- y la UNL.

Hasta lo que se conoce, la cultura siempre fue relegada en las políticas estatales, hasta el intendente de Rosario, Miguel Lifschitz, lo puntualizó cuando la semana pasada estuvo en Santa Fe para poner en marcha la "Autopista Cultural", que unirá las dos ciudades desde "las expresiones artísticas y el pensamiento". Dijo: "La actividad cultural encarada como política pública no ha sido el fuerte, ni lo es en general, del gobierno nacional, ni de la mayoría de los gobiernos provinciales o municipales. Normalmente, las políticas públicas en materia cultural son una categoría menor dentro del conjunto de prioridades que se fijan en la agenda política".>

Sin embargo, la sucesión de conferencias de prensa para lanzar los planes culturales para todo el año demuestra todo lo contrario. Quedaron en el recuerdo aquellos tiempos en los que el presupuesto de cultura era ínfimo y que una entidad sólo podía prestar un predio de su dependencia para el desarrollo de una actividad, y contar gratuitamente con el "auspicia..." u "organiza..." sin demasiado costo. Casi extenuados de soportar el taladro de los artistas devenidos en mendigos.>

Hoy la ciudad cuenta con numerosos escenarios que, al parecer, serán aprovechados al máximo por las autoridades que la habitan y que auspiciosamente proponen la construcción de otra Santa Fe. Y en ese marco, hay quienes esperan que el año electoral no se lleve tamañas intenciones para el futuro, y que las guitarras sigan sonando caprichosamente de la mano de los artistas, que son los que mejor la saben usar.>