Tragedia educativa

Señores directores: Nuestros hijos concurren a la escuela pública porque creemos en ella y creemos en la formación del capital humano que ellas pueden brindar. Confiamos en los docentes y creemos que una tarea tan importante como ésa debe ser jerarquizada desde la formación de los educadores y desde sus remuneraciones, como requisitos indispensables para lograr el objetivo de que las generaciones por venir sean mejores que éstas. Ello sólo se consigue con más y mejor educación para todos.

Los docentes no deben renunciar a su lucha por las reivindicaciones pretendidas. Pero deben permitir que nuestros niños estudien, la "tragedia educativa" a la que asiste este país no tiene solución si los chicos no van a clases. Mientras que en otros países se conciben jornadas de estudios superiores a las nuestras y mayor cantidad de días en el ciclo lectivo, nosotros no podemos mandar a los chicos a la escuela.>

En un contexto nacional en el que se reconoce que nuestra provincia se posiciona mucha mejor que otras al momento de proponer salarios en las negociaciones, ¿es necesario impedir el comienzo de clases? ¿No se puede permitir el ejercicio del derecho a aprender sin renunciar a la lucha?>

En esta instancia y en este contexto resulta difícil entender por qué los niños no tienen clases y tampoco se puede concebir que una conciliación obligatoria dictada por la autoridad laboral sea susceptible de votación por el gremio. Si es conciliación obligatoria, por definición, no es voluntaria; eso es una violación a la legislación vigente.>

Es justo reconocer que como padres no estamos a la altura de las circunstancias, porque no ejercemos el derecho de aprender de nuestros hijos con la firmeza y decisión que corresponde. Estas cuestiones no deben reducirse a la incomodidad familiar que ocasiona que los chicos no concurran a la escuela.>

Asumamos que la educación es un valor social fundamental y por ello, irrenunciable como derecho.>

Carlos Mancinelli. DNI. 16.303.830.