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"A los trece, cuando empecé a cantar, elegía temas de Gloria Stefan, boleros y rock nacional para mi repertorio; hasta que vi una foto de Roxana Falasca, una rubia de pelo largo, despampanante, junto a mi hermana mayor. Mi papá me contó quién era y me aficioné a esa mujer tan femenina, que hacía tango canción. Así incluí en mi repertorio el tango `Mi ciudad y mi gente', que fue el primero que escuché de ella. Me encantaba eso del suelo argentino donde `duele un tango, el calor de alguna mano, y me cuesta tanto el mango'. Yo de Buenos Aires no entendía, pero sí de ser argentina hasta la maceta. Amo mi país, y el tango me fue enamorando porque tiene esa voz argentina... no hay otro género que me acerque más a lo que soy".
"A los 17, Hugo Vitantonio, como guía, me instó a elegir un género. Yo sentía que no me podía hacer cargo del tango, por sus letras sentidas de esfuerzo, dolor y crudeza. Le conté que vibro cuando hay tango, que al cantarlo me hierve la sangre, como con ningún otro género. Él me dijo que elija con el corazón... Así, mi decisión fue un tanto apresurada por el buen consejo de este hombre, y elegí por el tango. Después los amigos y la vida me llevaron a Piazzolla, donde me encontré con las letras de Ferrer que mechan las miserias con la esperanza. Tienen esa cosa de porquería argentina con la ilusión de vivir en un país mejor".
"Ganar el premio `Andá a cantarle a Gardel' me hizo conocer a Oscar Del Priore, quien vio mi entusiasmo y le acercó mi disco a Ferrer. La esposa de Del Priore me llevó a conocerlo junto con mis amigos de Tango Cero... Llegamos y, al verlo, ninguno pudo decir una palabra. Para mí era una especie de mito, de ser inalcanzable, pero me encontré con el poeta que pudo escribir lo que puedo interpretar. Me dijo: `�vos sos Luciana Tourné?, un amigo me acercó material tuyo'. Se me aflojaron las piernas y no pude decir nada. Yo no tengo ídolos, nunca los tuve. Me parece que todos los artistas son laburantes, y que algunos son más grossos que otros. Por eso me emociona tanto ver a mis pares de Reconquista como a gente de Santa Fe o Buenos Aires. Conocer a Ferrer fue conocer a la persona sensible que fue capaz de escribir `Chiquilín de Bachín' o `Preludio para el año 3001', conocer esa cabeza, esa forma de vida, eso fue lo emocionante".
"Soy artista, y mi forma de ser está arriba del escenario, así esté cocinando. Tango, para mí, es alma. No distingo entre mi persona y el tango, somos una misma cosa. Yo soy en cuanto canto, no puedo ponerlo en otro espacio que no sea el mío. Hay artistas maravillosos que han dejado de cantar por un tiempo y luego retoman. Yo no entiendo cómo hacen... �se mueren esos años para después resucitar? Yo ni siquiera embarazada pude dejar de cantar. Me fui a La Falda con siete meses de embarazo y seguí cantando. Parí y a los dos meses estaba arriba del escenario de vuelta".
"Sé que mi vida de artista se va a forjar desde el amor de una familia. Elegí tener una familia y aún cuando retrasó muchas cosas en mi carrera, no dejé de hacerlo. Siento que con amor uno puede avanzar en cualquier aspecto. Yo me casé en el momento en que debía ir a Buenos Aires, pero elegí a mi marido. Si hubiese hecho otra cosa quizás hoy tendría otro lugar, otro espacio dentro del tango, pero no la hermosa familia que tengo. Son elecciones que muchas veces duelen, pero que son las mejores porque conjugan el amor con la profesión. Para mí, cantarle a diez o a veinte mil personas me causa la misma emoción, por eso el objetivo de llegar a ser una estrella de canto no es mi meta. Si algún día me toca estar en ese lugar, creo que voy a tener la fuerza emocional sobrellevarlo. La vida me preparó primero como mujer, para tener una familia que me respalde y lograr que el éxito sea un proceso natural y no un paso brusco".
"Creo que no sé hacer otra cosa. Hay algo que se trae en la sangre, en las entrañas, el corazón y los ojos. No sé hasta dónde lo elegí, cantar está por debajo de la piel y es inevitable quitármelo. Para mí cantar es como respirar. Amo mi profesión, y eso es lo que me hace reelegirla, pese a que a veces se hace difícil porque hay que levantarse todos los días y generarla. Por eso me peleo mucho con mi carrera, pero necesito cantar como necesito tomar agua. Amo mi profesión como a mi hija, como a mi marido y a mí misma. Ese es el porqué de tanta pasión sobre algo que cuesta tanto, el porqué de esos días difíciles en que respiro profundo y salgo adelante".
A los tres años, en una larga mesa familiar, Luciana Tourné se paró sobre la silla y dijo que quería ser cantante. Hoy confiesa que, para ella, "tango es alma, algo tan natural y necesario como tomar agua". Hace dos años contrajo matrimonio con Esteban Tesolín, quien junto con su hija, Madalena, la acompaña desde abajo del escenario.
Fecha de nacimiento: 6 de enero de 1980, en Reconquista.>
Estudios: A los 8 años se incorporó al coro de niños de su ciudad, al que entró como coreuta para pronto convertirse en solista. A los 14 ya cantaba en bares y fiestas de Reconquista. A los 17 viajó a Rosario, donde estudió música en la Universidad Siberia y en el Sindicato de Músicos. Estudió comedia musical en el Teatro el Círculo. Más tarde se radicó en Santa Fe, donde estudia canto lírico en el Instituto Superior de Música de la Universidad Nacional del Litoral.>
Trayectoria: En diciembre de 2002 ganó el concurso "Andá a cantarle a Gardel", organizado por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. Allí un jurado compuesto por figuras de la talla del bandoneonista Pascual Mamone, la declaró "Mejor cantante solista femenina". Su segunda placa discográfica, "Al fin, te miro y te canto" fue grabada en Sonoar, con música de Tango Cero, arreglos de Gabriel de Pedro y bandoneonista invitado, y saldrá a la venta antes de fin de año.>