Molesta en los EE.UU. el uso de palabras racistas y sexistas
Protestas por las letras del rap
Contra un léxico cargado de connotaciones hubo manifestaciones de protestas. En la foto, Kanye West y Common. Foto: Agencia EFE

La música rap está en el centro de la polémica en Estados Unidos, donde en las últimas semanas se han multiplicado las protestas que piden que las letras de este sonido callejero abandonen las palabras racistas y sexistas.

Son muchas las plataformas sociales que, desde hace unos meses, reclaman que se elimine del léxico de los "raperos" norteamericanos una serie de palabras que, a su parecer, encierran connotaciones discriminatorias por raza y sexo, y que son algo común en las letras de este sonido surgido en Nueva York a fines de los setenta.

Nigga, bitch, ho son algunas de las palabras que levantan ampollas en el país de lo políticamente correcto, gracias a unos significados literales -"negro", "puta" y "putita", respectivamente- que suenan demasiado peyorativos, racistas y sexistas en muchos oídos.Raperos de fama mundial, como 50 Cents o Snoop Dog, y multitud de grupos y solistas menos conocidos en el extranjero, pero con una buena inserción en la industria musical estadounidense, incluyen de manera habitual esos vocablos en sus letras desde hace décadas.Ahora, sin embargo, hay una parte de la opinión pública norteamericana, acompañada por algunos políticos, que ha decidido echar el freno a lo que ven como un modo más de discriminación por ser de raza negra o mujer, por lo que han empezado a pedir a las discográficas que acaben con los temas más polémicos.Esta semana, Nueva York vivió una manifestación, en pleno Times Square, en la que unas doscientas personas exigieron que las palabras "n", "b" y "h", como les llaman para evitar nombrarlas, desaparezcan de las listas de éxitos de Estados Unidos.

Más protestas

A la Gran Manzana se le sumó una veintena de ciudades a lo largo y ancho del país, en las que varios centenares de manifestantes salieron a la calle jaleados, principalmente, por el mediático reverendo Al Sharpton y la Red Nacional de Acción que encabeza.

El activista afroamericano, que se ha convertido en abanderado de la causa, se manifestó en Detroit (Michigan) ante el Museo Motown, dedicado al mítico ritmo negro de los años sesenta.>

"He escogido estar aquí porque este lugar simboliza los tiempos en los que la música entretenía sin insultar", aseguró Sharpton en Detroit, donde denunció que se utilice dinero público para subvencionar a artistas que utilizan esas "palabras prohibidas" o empresas que los distribuyen.>

El reverendo se refirió al dinero que algunos Estados dedican a la denominada industria del entretenimiento -discográficas, emisoras de radio o canales de televisión- y que, en el caso del Estado de Nueva York, llega a sumar casi 3 millones de dólares.>

"Nuestros opositores utilizan el argumento de la libertad de expresión, pero �acaso ellos tienen el derecho de utilizar los impuestos del pueblo para denigrar a las personas?", argumentó.>

Contra las ofensas

Sharpton no es el único que se opone a las inversiones estatales en esa industria mientras el rap utilice palabras sexistas y racistas, ya que la causa también cuenta con el apoyo de algunos políticos, como el senador demócrata de Nueva York Antoine Thompson.

"Muchos jóvenes oyen esas palabras que cantan autores que se denigran a sí mismos. La música debería respetar a todo el mundo, ya se sea mujer, hombre, afroamericano, latino, homosexual o heterosexual", afirmó Thompson en una entrevista concedida a EFE.>

El senador ha liderado el movimiento político para detener las ayudas económicas al sector, ya que "el dinero del Estado de Nueva York no puede ir a manos de compañías que se enriquezcan con ofensas a la mujer y a las minorías.>

"Si no quieren eliminar esas palabras, el Estado debería dejar de facilitarles dinero. Es así de sencillo", aseveró Thompson.>

No es la primera vez que el uso de esos términos centra debate político y social en Estados Unidos. El pasado febrero, el Concejo de Nueva York aprobó una resolución que animaba a los neoyorquinos a no utilizar el término nigger, que muchos afroamericanos consideran insultante y racista.>

David Valenzuela (EFE)