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Su imagen dulce y seductora perdura como una de las más hermosas estrellas que brillaron en el devorador firmamento de Hollywood. Siempre estuvo más allá de las sofisticaciones y sacrificios que se imponía a las mujeres que ocupaban el trono de la fama. Al llegar a Estados Unidos se negó a teñirse el pelo o alinearse los dientes. Menos a cambiar su nombre. Su bello rostro casi no necesitaba maquillaje para seducir a todos sus galanes. Con su alta figura de 1,74 m y su calzado número 40, se deslizaba por la escena con una fresca e innata seguridad.
Gary Cooper cayó a sus pies en "Por quién doblan las campanas" (1943), un año antes Lauren Bacall se escondía entre el decorado para vigilar al hierático Humprey Bogart que a pesar del alcohol y los cigarrillos sucumbía a los soñadores ojos de la sueca que le suplicaban amor en la película que se transformó en ícono del romanticismo de la época: "Casablanca".>
Charles Boyer y Joseph Cotten la admiraron en "La luz que agoniza" en 1944, con la que obtuvo su primer Oscar. En 1945, hizo una verdadera creación en el papel de una religiosa en "Las campanas de Santa María", donde asistimos a la más deliciosa lección de boxeo que haya dado el cine. Luego fue Juana de Arco, en 1948, y actuó bajo la dirección de Hitchcok en tres películas. El genial director tampoco pudo resistir su encanto.>
A todo esto, Ingrid Bergman era la hermosa y talentosa mujer que seducía en la pantalla a los hombres pero en su vida privada, su rol era de amante esposa del neurocirujano Peter Lindstron y madre de una niña, Pía.>
Pero el amor, que no entiende de razones ni límites, iba a cambiar esta historia. La bella y sensata sueca tiró todo esto por la borda cuando conoció a un temperamental director italiano, Roberto Rossellini, que por entonces vivía un romance con la volcánica Anna Magnani. Corría el año 1949.
Louella Parson, temible columnista de los chismes de Hollywood, fue quien lanzó la bomba que explotó en medio de la sociedad maccarthista de ese momento: Ingrid Bergman estaba embarazada de Rossellini siendo aún la esposa de Lindstrom.>
Fue un verdadero escándalo. Hollywood le dio la espalda, se le prohibió la entrada en Estados Unidos, el único que la apoyó en esos difíciles días fue Hemingway y para colmo de males todas las películas que rodó con su amante, incluida la primera "Strómboli", fueron un rotundo fracaso.>
La pareja finalmente se casó y tuvieron tres hijos: Robertino y las mellizas Isabella e Isota.>
La Bergman sacrificó toda la gloria que Holywood le había brindado por el amor a ese italiano talentoso y egoísta que ni siquiera pudo comprender tanta pasión.>
Para 1957 el matrimonio era ya un mal recuerdo. Hollywood, generoso, consideró que ya había castigado lo suficiente a la rebelde y casquivana mujer y le concedió su segundo Oscar por "Anastasia", hecha en Londres.>
La bella sueca volvía por la puerta grande. Casada con el empresario Lars Schmidt, volvió a filmar: "La posada de la sexta felicidad", "El Rolls-Royce amarillo", "Flor de cactus". En 1974 obtuvo su tercer Oscar como actriz de reparto en "Asesinato en el Orient Express".>
Su última aparición en la pantalla fue bajo las órdenes del genial Ingmar Bergman y junto a otra grande, Liv Ullman: "Sonata otoñal", en 1978.>
Pero en 1974 había comenzado su lucha contra el cáncer, demostrando valentía y firmeza de carácter: "Creo que jamás hay que renunciar. Las víctimas del cáncer que no aceptan el hecho y no aprenden a vivir con él, sólo destruyen el poco tiempo que les queda".>
Estaba ya en la etapa final de su enfermedad, cuando aceptó el papel de la premier israelí en la producción para televisión "Golda", soberbia interpretación que le valió un Emmy.>
Fue su última oportunidad para mostrar al mundo su talento innato.>
Ingrid Bergman falleció el 29 de agosto de 1982. Cumpliendo su deseo, sus cenizas fueron arrojadas en las frías aguas de un río, allá en su Suecia natal.>
Pero el mundo no la olvida. Su rostro perfecto nos sigue cautivando a través de la ansiedad de sus ojos, envueltos en los compases del piano que suavemente desgrana una a una las notas de "As time goes by".>
Ana María Zancada