La columna del consumidor
La otra inflación... Un sueño cada día más lejano.

El aumento de precios es un problema de nuestra economía que lejos de solucionarse se agrava cada día más. El gobierno parece haberle encontrado como solución maniatar artificialmente el índice de precios al consumidor y los valores de la canasta básica alimentaria y la canasta básica total. Los medios todos los primeros días del mes publican una ficción que nadie cree, salvo los encargados de solucionar este verdadero flagelo.

Ahora bien, existe la otra inflación, que aparentemente no ha sido manipulada y por lo tanto indica una realidad muy distinta y muy grave, especialmente, para aquellas familias que pretenden llegar a la tan anhelada vivienda propia, nos referimos al aumento en el valor de los precios de la construcción.

Para demostrar esto, analizaremos como aumentó el costo de la construcción con respecto a los salarios, sobre la base de dos indicadores elaborados por el Indec: el índice de costos de la construcción y el índice de salarios.

Valores por metro cuadrado

El índice de costos de la construcción cuenta con seis modelos de viviendas, cuatro multifamiliares y dos unifamiliares, construidos con técnicas tradicionales y distintos detalles de terminación calculando para cada uno de ellos el costo del metro cuadrado de construcción, el cual no incluye el valor del terreno, los derechos de construcción, los honorarios profesionales, los gastos de administración, el impuesto al valor agregado (IVA), los gastos financieros ni el beneficio de la empresa constructora.

El Modelo 1 -edificio de departamentos- y el Modelo 6 -vivienda individual- de tal suerte que el metro cuadrado de construcción de un departamento, tenía un valor de 405,38 pesos en diciembre de 2001 y de $ 1.180,69 en julio de 2007. Una vivienda unifamiliar Modelo 6 tenía un valor de 386,40 pesos en diciembre de 2001 y 1.057,86 pesos en julio de 2007. Es decir, que desde la salida de la convertibilidad los valores de construcción se elevaron un 191,25 % y un 173,77 % respectivamente, valores que prácticamente duplican el costo del tan vapuleado índice de precios al consumidor, que son por sí solos demostrativos de una grave distorsión en los precios del sector de la construcción.

Costos y salarios

El panorama se complica aún más si observamos que pasó con los salarios. El Indec dice que desde la salida de la convertibilidad los salarios, tuvieron los siguientes incrementos: trabajadores privados registrados 144,43%, trabajadores privados no registrados 75,25 % y trabajadores del estado 59,58 %, siendo el promedio para todos los trabajadores del 105,31 %.

Es decir, que para un trabajador de cualquiera de las tres categorías que, por ejemplo, en diciembre de 2001 un departamento le costaba lo mismo que 12 años de trabajo, hoy le cuesta a un trabajador privado registrado 14 años, a uno no registrado 20 años y a un trabajador del Estado 22 años.

Los valores señalados tienen su correlato en el desproporcionado incremento de precios en el sector de la construcción, que por ejemplo en el rubro materiales y para citar algunos casos desde diciembre de 2001 registran aumentos de: cable unipolar 631 %, ladrillo cerámico hueco 353 %, acero en barra 341 %, arena fina 293 %, cemento Pórtland 191 % y ladrillo común 231 %, cuando en igual período el dólar aumentó un 220 %.

Ahora bien ¿cómo es posible que el incremento de los precios de la construcción duplique los valores de otros precios de la economía? ¿Tendrá que ver con una estructura productiva que no invierte lo necesario y beneficiada con un valor del dólar que no permite competencia externa no aumenta la oferta y por lo tanto suben los precios? ¿O será que esta es la verdadera inflación del país sin el maquillaje del gobierno? Lo que sabemos es que en la economía de un país nada es gratuito y las ganancias extraordinarias que vía precios elevados captan unos pocos, se traduce ante o después en desajuste que se terminan solucionando con el empobrecimiento de muchos.

En consecuencia, queda demostrado que existe la otra inflación que revela un serio problema económico que se origina en los aumentos en los valores de la construcción de inmuebles que han sido muy superiores con relación al ingreso de la población.

¿Y los créditos?

Pese a los grandilocuentes anuncios del gobierno el año pasado sobre créditos baratos para que los inquilinos por una cuota equivalente al precio del alquiler pudieran acceder a una vivienda, muy pocas personas lograron este cometido, para colmo de males, en la últimas semanas se ha notado un incremento en la tasa de interés de los créditos hipotecarios de entre un 1 a 3 % y la suspensión de operatorias de crédito a largo plazo y con tasa fija en pesos.

Por lo tanto, solamente tomando conciencia de la gravedad de esta realidad -no disfrazando los índices- y buscando soluciones creativas e innovadoras, podrá el Estado comenzar a saldar una de las tantas deudas que para con sus ciudadanos tiene, habida cuenta que la mayoría de las familias argentinas han sido empobrecidas por décadas de políticas económicas desacertadas. Además, con las actuales reglas de juego no pueden por sus propios medios acceder a un consumo mínimo para mantener una calidad de vida digna y mucho menos a un inmueble.

En caso de no comprenderse la situación y creer que con el récord de crecimiento que exhibe nuestra economía -por la famosa y fracasada teoría del derrame- se solucionaran mágicamente los problemas, una nueva frustración deberán soportar miles de familias que sueñan en un país donde trabajando y esforzándose es posible lograr cada día vivir mejor.

Disparados

Los valores señalados tienen su correlato en el desproporcionado incremento de precios en el sector de la construcción, que por ejemplo en el rubro materiales y para citar algunos casos desde diciembre de 2001 registran aumentos de: cable unipolar 631 %, ladrillo cerámico hueco 353 %, acero en barra 341 %, arena fina 293 %, cemento Pórtland 191 % y ladrillo común 231 %, cuando en igual período el dólar aumentó un 220 %.

Dra. Claudia González Dato/Ing. Luis Lombó (Adelco)