El negocio agropecuario se vuelve cada vez más exigente y obliga a los productores a estar al tanto de las nuevas tendencias para no perder competitividad.
Una de las palabras más escuchadas últimamente es "intensificación". La intersiembra en agricultura o el feed lot en ganadería, pueden citarse como ejemplos. ¿Pero qué está pasando en la actividad lechera? Hay señales que obligan a la reflexión: los precios récord de los granos son una competencia difícil de sostener; y a causa de esto también es complicado resistirse a los altísimos alquileres que se ofrecen por las tierras tamberas -hasta 22qq de soja-; incluso algunos piensan que resulta por lo menos ilógico que una vaca ocupe para pastorear una hectárea que vale más de u$s10.000. ¿Será posible contrarrestar estas tentaciones y encontrar una forma más rentable de hacer leche?
En San Carlos algunos integrantes del Grupo de Experimentación Agrícola (GEA) ya arribaron a algunas conclusiones. La más contundente se refiere a la disponibilidad de alimento. "El tambo se va a definir en términos de materia seca por hectárea (MS/ha)" asegura el ingeniero Edgardo Bosser, asesor técnico del grupo.
La idea se resume de la siguiente manera: con 12.000 kg/MS/ha al año podrían lograrse, gracias a una mayor carga animal, unos 10.000 litros de leche por hectárea por vaca total -la media nacional ronda los 6.000- y hacer que el tambo sea más rentable que una soja de 40qq (con 8.000 litros igual sería más negocio que una cosecha de 25qq).
Suena simple, pero hay bemoles. ¿Cómo conseguir esa MS/ha si las alfalfas rinden, en el mejor de los casos, 9.000 kg/MS/ha? "El paradigma de que el tambo debe que tener un 60% de alfalfa tiene que caer", dice Bosser, y lo explica un poco más: se trata de disminuir al máximo la permanencia de los animales en el lote y ensilar la mayor cantidad de alimento para suministrarlo, con calidad y cantidad, de manera pareja durante todo el año. Teniendo plena disponibilidad "no hay |límite genético para elevar la producción un 50%", afirma el experto.
Una de las alternativas posibles es ensilar una soja de 6.000 kg/MS/ha en el verano y una avena o raigrás de 5.000kg/MS/ha en el invierno. Así se obtendría, en el año, un 20% más de alimento. Sería necesario también un sistema semiestabulado para tener más animales en producción -y más litros de leche- y de esa manera elevar la capacidad de compra de concentrados (según Bosser la relación actual de precios leche-maíz, $0.80 el litro contra $0.37 el kilo, es la más favorable de los últimos 20 años). Además, el menor tránsito de animales evita la pérdida de MS por pisoteo en las pasturas, que a su vez se cortan en el momento óptimo para ensilarlas y aprovecharlas en un 100%, al margen de lo que ocurra con el clima.
Este sistema mixto, de pastoreo y encierro, además se plantea como una alternativa económicamente viable contra la tendencia a estabular por completo el tambo, un cambio que requiere inversiones millonarias en dólares y mayores costos/riesgos sanitarios.
Los primeros en implementar un manejo intensivo, entre los miembros del GEA, fueron Marcelo y Hugo Cane, que junto a Alejandra son "Los 3 hermanos" que dan nombre al establecimiento fundado por su padre, Juan Carlos, en San Carlos Centro.
Con un sistema de recría de vaquillonas semiestabuladas consiguieron adelantar 6 meses la entrada en servicio, de manera tal que inseminan a los 15 meses (la media de la zona oscila entre 20 y 21 meses) con un peso de 370/390 kilos. El efecto inmediato de este planteo, que ya dio su primera generación de terneras, es permitir una alta carga animal, ejercer una mayor presión de selección del rodeo y manejar un saldo de vaquillonas para la venta. Además, entran a producir más rápido -el primer parto también se adelanta 6 meses- y con mejor crecimiento y sanidad. Eventualmente, sirve además para liberar hectáreas, ya sea para tambo como para agricultura.
Hugo considera la venta de vaquillonas como un "negocio latente", puesto que por el momento prefieren agrandar el rodeo o afinar la selección; aunque Marcelo le puso números atractivos: "el costo estimado de hacer una vaquillona es de $1.580 y el precio histórico de venta son 6.000 litros de leche, que hoy serían $3.800".
Actualmente el establecimiento utiliza 380 hectáreas propias, más 80 alquiladas. En 220 se practica agricultura (100 para soja y lo demás a maíz, que va al tambo como grano o silo); el resto se destina a alfalfa. Cuenta con dos tambos, uno con 200 vacas en ordeñe y otro con 100, que arrojan una producción de 8.639 lts/ha/año/vaca total, a tono con los parámetros de competitividad frente a la soja propuestos por el GEA.
Tal como sugiere Bosser, los Cane intensifican la utilización del alimento disminuyendo al mínimo el pastoreo en las épocas del año menos favorables: en el verano evitan las altas temperaturas, que afectan al rodeo y disminuyen la calidad nutritiva de las alfalfas, y en el otoño esquivan las lluvias y el menor contenido de fibra con el consiguiente peligro de empaste. Actualmente embolsan cuatro veces más pasturas que un par de años atrás.
El planteo semiestabulado, contra lo que podría suponerse, se hizo a muy bajo costo. Cuentan los hermanos -y puede comprobarse en el campo- que usaron postes y alambres viejos para los potreros, tambores plásticos partidos al medio para los comederos y media sombra o las arboledas naturales para el reparo de los animales.
Los primeros 60 a 90 días de las terneras transcurren en la estaca con sustituto lácteo, desarrollador del rúmen y balanceado. Luego pasan por 5 etapas -potreros diferentes- a base de heno y balanceado hasta que en la última, antes del servicio, incorporan pastura. El proceso total lleva 450 días. Actualmente cuentan con 150 animales en el sistema, desde la estaca hasta el preservicio.
En la medida que ensayan proyecciones, tanto Bosser como los hermanos Cane saben que "el campo seguirá pagando" para subsidiar al resto de la economía, pero son optimistas y apuestan al futuro de la lechería.
Para Hugo los objetivos centrales pasan por mejorar la calidad de las reservas, aumentar la carga animal y la producción por vaca. Quizás en el futuro también se avance en la semiestabulación del tambo (bajar los 8kg/MS/día que las vacas en ordeñe consiguen pastoreando 14hs a 4kg/MS/día y el resto suplementado).
Puede que a veces "Los 3 Hermanos" duden, sobre todo ante las tentaciones del boom sojero o cuando vieron su campo completamente bajo agua (como ocurrió este otoño), pero tres generaciones de tamberos no se terminan así nomás. Por eso, haya lo que haya en el horizonte, afirman que "la decisión es seguir con el tambo".
LAS ACCIONES CLAVES PARA INTENSIFICAR
-Aumento de silaje en general
-Mayor participación de porcentaje de silaje proteico (alfalfa y soja)
-Menor tiempo de pastoreo
-Mayor uso de concentrados
-Mayor carga animal
Juan Manuel Fernández[email protected]