El asesinato de una familia en 1869, en los albores de la Colonia San Carlos es el puntapié inicial de "El cielo de Jeremías", el espectáculo coral-escénico que la Sociedad de Canto Harmonie presentará este sábado a las 21.30, en el Centro Cultural ATE Casa España (Rivadavia 2871). La obra es auspiciada por el Instituto Cultural Argentino Germano.
Se trata de una adaptación de la novela homónima de Rubén Tron en manos de Daniel Yost, director de la agrupación coral. El relato hila la historia de la familia Lefebre, propietaria de una almacén en la Colonia y masacrada por delincuentes que se ocultaron en la reducción indígena de San Jerónimo del Sauce.
Narra la obra que, indignados, los colonos decidieron hacer justicia por mano propia y marcharon al Sauce a buscar a los asesinos. Al no encontrarlos, dieron muerte al Coronel Denis, cacique de la reducción.
Sobre las tablas, los acontecimientos responden a la visión de Jeremías Magnin, uno de los colonos implicados en la muerte de Denis, quien va más allá del relato de los hechos y analiza la psicología del inmigrante y las dificultades que debió afrontar para adaptarse a un medio que le era desconocido y hostil.
Según definió Daniel Yost, se trata de "una obra musical teatralizada que no responde a los cánones tradicionales del musical sino a una caracterización que parte de la música y utiliza el lenguaje corporal para dar forma al texto".
Esta obra es la tercera desarrollada por el Harmonie, que en 2003 presentó "Cantis Corpus" y, luego, "Der Verflossene" como apuestas a nuevos espacios de expresión artística. Al igual que las anteriores, "El cielo de Jeremías" involucra a los 30 coreutas, de entre 18 y 70 años, que cuentan en canciones la tragedia de la familia Lefebre. "La mayor parte de la obra se desarrolla con todas las voces sobre el escenario, para mantener el relato coral y anclar en él las interpretaciones", comentó Daniel.
La obra fue estrenada el pasado 29 de septiembre en la Sociedad de Canto de San Carlos Sud, donde se reúne la agrupación. Así, la de este sábado será su segunda puesta en escena.
Para su director, la obra supuso "un desafío que se logró con muchísimo trabajo y perseverancia. Poco a poco, descubrimos lo que cada coreuta podía sacar de sí y llevamos al límite las leyes corales, las estructuras que enmarcan el trabajo de un coro. Al principio nos parecía utópico cantar con voces mezcladas, romper la formación tradicional, pero decidimos forzar estas estructuras y transformarlas en algo más jugado", agregó.
Consciente de lo poco habitual de la obra, Yost la propone como "un desafío doble, para el coro y para el público, que en San Carlos se mostró emocionado, conmovido. Es difícil de explicarla, hay que verla".
De la redacción de El Litoral