ANALISIS
Una nueva cita
Por Esther Borrel (EFE)

Más de veinte líderes de América Latina, España y Portugal tienen cita del 8 al 10 de noviembre en Santiago de Chile, escenario de la XVII Cumbre Iberoamericana, con estrenos y despedidas y la única mujer gobernante de la región como anfitriona.

La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, que debutó el pasado año en la reunión de Jefes de Estado o de Gobierno iberoamericanos en Montevideo, recibirá a sus colegas en un momento en que sufre un importante descenso de popularidad.

Socialista, madre de tres hijos, separada y agnóstica, la anfitriona de la cumbre, de 56 años, ha afrontado la resistencia de diversos sectores, incluso algunos partidarios, a aceptar su manera de ejercer el liderazgo como primera mujer presidenta del país.

La cita iberoamericana constituye una tribuna para nuevos rostros en el tablero de esa comunidad de naciones que celebró su primer cónclave en 1991 en Guadalajara (México), con la asistencia del rey Juan Carlos de España, quien, a sus 69 años, es el único que ha participado en todos los encuentros.

Desde la última cumbre, tres nuevos actores se han incorporado al escenario latinoamericano: los presidentes de México, Felipe Calderón; de Nicaragua, Daniel Ortega, y de Ecuador, Rafael Correa.

Tras asumir la presidencia en un tenso clima postelectoral, Calderón, de 45 años, trabajó en normalizar lazos con La Habana y Caracas, afectados por las polémicas que enfrentaron a su antecesor, Vicente Fox, con el cubano Fidel Castro y el venezolano Hugo Chávez.

Ortega y Correa, considerado el presidente con más popularidad de la región, tomaron posesión casi al mismo tiempo, el pasado enero, y desarrollaron a su vez un acercamiento común a otro líder que juró mandato en las mismas fechas, aunque por tercera vez, Chávez.

Ortega, dirigente sandinista de 62 años, y Correa, economista de 44 con estudios en Estados Unidos, se han adscrito al "socialismo del siglo XXI" del que es promotor su colega y amigo de Venezuela, impulsor asimismo de una "integración de los pueblos" llamada Alba (Alternativa Bolivariana para las Américas).

A la iniciativa de Chávez, compartida por su homólogo cubano, Fidel Castro -alejado del poder por su precaria salud y ausente de esas cumbres desde hace siete años-, se sumó Evo Morales, presidente de Bolivia desde enero del año pasado.

Líder aimara y máximo jefe de los sindicatos de productores de coca, Morales, de 48 años, se ha adherido a los planteamientos y postulados anti-estadounidenses del "hermano" venezolano y del líder cubano, de 81 años, a quien llama "abuelo".

Inmerso a nivel interno en una polémica reforma constitucional, Chávez, de 53 años y casi nueve en el poder, abanderó también la creación del Banco del Sur, entidad destinada, según él, a romper la dependencia de instituciones financieras internacionales.